La gestación subrogada sale del limbo

15 / 02 / 2017 Antonio Rodríguez
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Los partidos políticos se plantean legalizar esta técnica con la que mil españoles nacen al año en el extranjero. El sitio más garantista es California, pero allí cuesta 120.000 euros.

Matthew Broderick y Jessica Parker (padres de tres hijos). La famosa pareja tuvo un primer hijo por métodos naturales, pero las siguientes gemelas fueron concebidas en una matriz ajena

Fernando lo tiene claro tras haber sido padre de dos hijos –I. de cuatro años y M. de uno– con su marido, Andrés. “Es la mejor decisión que he tomado en mi vida”, asegura a TIEMPO. “Cuando nació mi primera hija sentí que había conseguido lo que había venido a hacer en este mundo: ser padre. Es felicidad pura la que nos dan, como todos los hijos a unos padres”. En 2010 vio en un programa de televisión el caso de un ciudadano español que había logrado ser padre en Estados Unidos mediante gestación subrogada. Los mal llamados vientres de alquiler están prohibidos en España desde 2006, con la ley socialista de reproducción asistida, y solo se conocían los casos de famosos como Sharon Stone o el matrimonio formado por Sarah Jessica Parker y Matthew Broderick, pero ese año 2010 el Ministerio de Justicia permitió de facto que los españoles pudieran buscar descendencia con esta técnica en el extranjero, al fijar la Dirección General de Registros y Notariados una serie de requisitos para que los consulados pudieran inscribir a los niños nacidos por gestación subrogada.

Los requisitos más importantes eran –y son a día de hoy– que la técnica se lleve a cabo en un país donde esté regulada, que uno de los padres sea español y que exista una resolución judicial dictada por un tribunal competente en el que se determine la filiación del recién nacido. Este último trámite solo lo cumple Estados Unidos en la actualidad, de manera que aquellos países que permiten a los extranjeros ser padres por maternidad de sustitución –Canadá, Reino Unido, Grecia, México (solo en el Estado de Jalisco), Ucrania y Rusia– o donde existe un vacío legal –no se acepta pero tampoco se prohíbe, caso de Tailandia o Kazajistán–, al final resulta que los padres se encuentran con que el consulado inscribe en el registro como madre legal a la persona que ha dado a luz, y no a la que en realidad es la madre biológica.

Este hecho obliga a esta última a iniciar los trámites de adopción del niño cuando llega a España, un proceso que se suele dilatar varios meses y que, en ocasiones, complica la vida de los padres. Por ejemplo, se han dado casos de guarderías que han pedido la autorización de la gestante para aceptar al bebé. También de jueces que han exigido la presencia física de la misma antes de dar luz verde a la adopción que reclama la madre española. De ahí que la opción de Estados Unidos sea la más demandada, pese a que la factura puede llegar hasta los 120.000 euros.

California lleva más de 40 años con una ley pionera que es la más garantista. Allí se necesita un abogado, una agencia de donantes, una de gestantes y una clínica de fertilidad, que en el caso de Fernando y Andrés fue la encargada de coordinar a la donante y a la gestante, ya que había que esperar a que ambas coincidieran en el ciclo menstrual para que, una vez el embrión quedase fecundado, se pudiera llevar a cabo la inseminación en la gestante de forma inmediata. En este sentido, la gestación subrogada está muy pautada en dicho Estado.

Así, los futuros padres se pueden entrevistar con potenciales donantes y gestantes, y estas últimas eligen a su vez a qué familia quieren ayudar a tener un hijo. Asimismo, las gestantes tienen que haber sido madres antes de participar en este proceso y si han sufrido embarazos o partos complicados es posible que el médico de la clínica de fertilidad no las considere aptas para estos procesos. Las gestantes deben aportar un historial médico y firmar los documentos formales de paternidad fruto de la fertilización a la que se va a someter de forma voluntaria. Si la gestante está casada, su marido también tiene que dar su consentimiento. Una vez que ha nacido el bebé, y con la sentencia de conformidad en la mano, los futuros padres acuden al hospital para que preparen el certificado de nacimiento, paso previo a la inscripción del niño en el consulado como ciudadano español.

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