¿Hay alguien ahí?

Foto: G. Tomasevic/Reuters

La gente que, en número cada vez más crecido, también a nuestro alrededor, piensa que ese Trump no deja de tener cierta razón con esas cosas que dice de levantar muros para que no pasen los pobres y los terroristas, miraría la cara desencajada del hombre y se fijaría en que le está gritando a la cámara. Que a lo mejor, si no estuviese allí el de la cámara, el tipo estaría tan tranquilo, dirían. No vamos a discutir eso porque no merece la pena, pero lo que no permite ninguna duda es la cara de la niña. Ambos tratan de huir, en Mosul (Irak), de la zona aún controlada por las bestias del Estado Islámico hacia la tierra liberada. Una niña no grita así si no está aterrorizada. Una niña no se aterroriza así sin motivo. Si ella y su padre no necesitan ayuda para sencillamente salvar la vida, señor Trump.