La cuenta bancaria que Franco le dejó al Rey Juan Carlos

17 / 05 / 2016 Javier Otero
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Al morir el dictador, una cuenta de donativos de la Guerra Civil se puso a nombre del monarca. Se cerró once años después.

Franco dejó al rey Juan Carlos la cuenta corriente que manejó durante cuarenta años en el Banco de España y que llegó a tener 17 millones de pesetas en 1940. Con esta y otras similares administró una inmensa fortuna que provenía de los donativos que recibió el dictador durante la Guerra Civil. Esas cuentas llegaron a sumar 34 millones de pesetas en 1940. Esta cantidad equivaldría a lo que hoy son entre 388 millones de euros, según el método de actualización del exbanquero José Ángel Sánchez Asiaín en sus estudios, y 3.000 millones, considerando el valor actualizado más los intereses, que una demanda interpuesta por el despacho de abogados de Baltasar Garzón calcula por una incautación durante la guerra de 35 millones de pesetas. Al llegar a manos del rey en 1977, la cuenta ya no tenía apenas dinero.

La misteriosa cuenta corriente, que ha descubierto la revista Tiempo, aparece entre los registros que contiene el archivo del Banco de España. Está denominada como “Donativos a disposición de S.M. el rey Juan Carlos I”. Bajo el amparo de la Ley de Transparencia, esta revista solicitó conocer todos los detalles sobre la misma, como las firmas autorizadas, fechas de apertura, saldos, movimientos y fecha de cierre, si fuera el caso. Presidencia del Gobierno, que es quien gestiona las peticiones de información que se refieren a la Casa Real, contestó que esta no tenía conocimiento de la existencia de la referida cuenta.

Cambio del titular

Sin embargo, la cuenta sí existió, aunque la información referida a ella todavía no se encuentra accesible en el Archivo Histórico del Banco de España, en la céntrica plaza de Cibeles de Madrid. Tras una reclamación ante el Consejo de la Transparencia, la Casa Real matizó que la cuenta ya no estaba vigente, pero añadió más información a su primera respuesta. Gracias a ella, y a anteriores descubrimientos publicados en Tiempo, es posible reconstruir su historia.

Habían pasado dos meses de la muerte de Franco y se aceleraban los acontecimientos de la transición política. El 20 de enero de 1976 juraban ante el rey Juan Carlos los nuevos consejeros del reino, entre ellos Adolfo Suárez, que terminaría siendo designado presidente del Gobierno. En ese escenario, ese mismo día, una cuenta del Banco de España manejada por Francisco Franco, denominada “Donativos a disposición de S.E. (Su Excelencia) el Jefe del Estado” fue puesta a nombre del recién estrenado rey Juan Carlos, según la explicación dada por la Casa Real. Las personas autorizadas en esa cuenta fueron el jefe y el secretario general de la Casa del Rey. Siete años después, el 13 de febrero de 1987, ya con el segundo Gobierno del PSOE y cuando se vivía la plena resaca de una masiva movilización de estudiantes en la que se haría famoso el cojo Manteca, la cuenta del Banco de España se cerró. Quedaban solo 1.749 pesetas de los al menos 34 millones de pesetas que sumaban los donativos que tenía Franco a su disposición en el año 1940. Esas 1.749 pesetas se traspasaron a la cuenta de la Casa Real en el Banco de España.

Donativos de la guerra

La cuenta había sido manejada por Franco personalmente a través de su secretario personal, que era quien ejecutaba sus órdenes. El dictador decidió en qué se gastaba y qué se ingresaba en la misma, como acreditan los documentos históricos desvelados por Tiempo y que se encuentran tanto en el Archivo General del Palacio Real como en los documentos del archivo de Franco que se encuentran en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. Para los expertos, los donativos, cuestaciones o suscripciones públicas forman parte de las finanzas del Estado. Quizá por esa razón la cuenta fue puesta a nombre del rey Juan Carlos y no entró a formar parte de la herencia de la familia Franco. De todas formas, esta y otras cuentas habían sido vaciadas con anterioridad.

La Casa Real informó a resultas de la Ley de Transparencia que cuando la cuenta se cerró, solo había 1.749 pesetas, pero no ofrece información sobre el saldo que tenía cuando el titular pasó a ser el rey Juan Carlos en lugar de Francisco Franco. La cuenta principal de los donativos a disposición del dictador que se reproduce en este reportaje fue vaciándose de fondos hasta que en 1965 apenas quedaban 60.013 pesetas. La información desvelada tras la información realizada al amparo de la Ley de Transparencia no señala el saldo que tenía la cuenta el 20 de enero de 1976, cuando el titular pasó a ser el rey Juan Carlos.

Si las citadas 60.000 pesetas, o menos, fueran aproximadamente el saldo que existía cuando la cuenta se puso a nombre del rey Juan Carlos, es difícil conocer por qué no se cerró en 1976 en lugar de once años después. Tampoco se conoce si en ese periodo la cuenta tuvo movimientos, tanto ingresos como reintegros.

Secretos

Según la información ofrecida por el Banco de España, la cuenta no se encuentra en el Archivo Histórico de esta institución, donde podría ser consultada. Debido a la fecha de su cierre, el contenido de esta cuenta (dice esta institución) aún no puede ser consultado. Por otra parte, tras otra solicitud de información a través del Portal de Transparencia, esta revista ha podido saber que el actual rey, Felipe VI, no tiene firma autorizada en ninguna cuenta de la Casa Real ni en ningún departamento de la Administración General del Estado.

El comportamiento de los gestores de las cuentas de Franco es significativo, según los documentos descubiertos por Tiempo en el Archivo General del Palacio Real. Otra cuenta, correspondiente a la Casa Civil de Franco (organismo parecido a la Casa Real actual), fue vaciada justo antes de la muerte del dictador. En mayo de 1975 tenía 12,8 millones de pesetas. El 15 de junio se sacan las últimas 375.000 pesetas (la misma cantidad que el sueldo mensual de Franco) hasta dejar su saldo a cero. No se sabe si este comportamiento se repitió con el resto de cuentas citadas.

En el encabezamiento del llamado libro mayor de la otra cuenta, la que el rey Juan Carlos heredó de Franco, conservado en el Archivo Histórico del Banco de España, puede leerse escrito a mano: “Secretaría particular. Sección Donativos. Palacio de Oriente”. Detrás, la denominación de esta cuenta nº 70.713: “Donativos a disposición de S.E. el Jefe del Estado Exmo. Sr. D. Francisco Franco Bahamonde”. La contabilidad conservada comienza en diciembre de 1945, con 2.482.463 pesetas. Los datos disponibles en este legajo llegan hasta 1965, cuando en la cuenta quedan unas 63.013 pesetas.

Todos los donativos y suscripciones de la Guerra Civil que aún se conservaran al finalizar la contienda tenían que haberse reintegrado al Tesoro Público, a través de una Junta Liquidadora, cosa que no hizo el dictador, ya que las manejó hasta su muerte, 39 años después.

Huérfanos de guerra

Los documentos que se conservan tanto en el archivo del Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, como en el Archivo General del Palacio Real y el Banco de España, desvelados por Tiempo, descubren que Franco tuvo cuentas a su disposición que sumaban 34.367.414 pesetas en 1940. Estaban repartidos en cuentas del Banco de España con la denominación de donativos a disposición al dictador, pero otras constaban, por ejemplo, como donativos para los huérfanos de la guerra. En 1940, la cuenta que contenía una mayor cantidad de dinero era la que finalmente se puso a nombre del rey Juan Carlos en 1976. Exactamente 17.726.018 pesetas. Esta fue la cuenta que más vació Franco en los 39 años de dictadura, hasta llegar a las citadas 63.013 pesetas en el 3 de junio de 1965, la última fecha de la que se tienen datos. Los más relevantes en este periodo son los 4,1 millones de pesetas que Franco retira en 1951. En la cuenta también se ingresaban, por ejemplo, intereses de valores invertidos a través del Banco Hispano Americano. También llama la atención un ingreso de 1,6 millones en octubre de 1946. En los papeles privados del dictador que se conservan en una copia de los fondos de la Fundación Francisco Franco depositados en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca se descubre que otras cuentas a disposición del general experimentaron movimientos, con inversiones en valores bursátiles incluidos. Los últimos datos que aparecen de estas cuentas llegan hasta 1959. Sus saldos suman 22.810.260 pesetas todavía. Como la cuenta del Banco de España en ese momento solo tenía 138.521 pesetas, quedan más de 22 millones depositados en otros bancos de los que no se conoce su destino final o su cuantía cuando murió el dictador, en noviembre de 1975.

Las inversiones de Franco

Los depósitos e inversiones en valores se encontraban en 1959 en su mayor parte en el Banco de España en Burgos, donde había 6 millones de pesetas; en el Banco Hispano Americano, que guardaba 7,5 millones; o en el Banco Español de Crédito, con otros 4 millones de pesetas; además de en la “Caja de su Excelencia el Jefe del Estado. Palacio del Pardo”, donde había 3,5 millones de pesetas. A todo esto hay que añadir otra cuenta descubierta por esta revista. Se trata de la que manejó Carmen Polo, la mujer del dictador, con fondos destinados también a donativos. Su número es el 72.470 y se encuentra depositada en el Banco de España. En 1940 guardaba 476.403 pesetas, lo que se correspondería a unos 5,4 millones de euros en la actualidad. La cuenta fue manejada también por la sección de donativos de la secretaría de Franco. En esta cuenta se mezclaban los donativos que recibía Carmen Polo para beneficencia con los ingresos de los intereses de sus inversiones personales. Entre los donativos que recibió destacan las 10.000 pesetas que donó el cardenal arzobispo de Toledo en agosto de 1939, nada más acabar la Guerra Civil, en otra cuenta de Carmen Polo en el Banco Hispano.

Además existe otro misterio sobre esta fortuna manejada por Francisco Franco. La suma de las cuentas a su disposición en 1940, justo después de la Guerra Civil, era de 34,3 millones de pesetas, mientras que al final de 1950 había bajado hasta los 21,7 millones de pesetas. No se conoce cuál fue el destino de los aproximadamente 13 millones que faltan. La partida más llamativa son 7,8 millones de pesetas que faltan repentinamente entre 1940 y 1942. Esa cantidad se corresponde con los fondos de una cuenta destinada a la reconstrucción del Alcázar de Toledo, los de otra cuenta en el Banco Espíritu Santo de Lisboa y con una operación excepcional y de un importe muy importante. Se trata de 7,5 millones de pesetas que los documentos desvelan que provienen de una operación de venta de café. El café también era un donativo. El historiador Ángel Viñas siguió la pista de los documentos publicados por Tiempo y encontró que se trataba de una donación del dictador brasileño Getulio Vargas. Esos 7,5 millones se encontraban ingresados en la cuenta que 40 años después pasó a manos del rey Juan Carlos.

Los documentos que se conservan indican que el dictador utilizaba los fondos para hacer donativos, pero también para otras operaciones que no tenían nada que ver. Con el dinero de esas cuentas Franco pagó un viaje de su hermana a Baleares o los derechos de aduanas de la importación de un coche para un hombre de confianza. También se gasta 35.853 pesetas en una alfombra para el Papa en 1950 o 20.100 pesetas para agasajar al regimiento de su guardia en su onomástica. Sin embargo, son solo pequeños detalles excepcionales que figuran en los archivos. Los extractos bancarios que se encontraban en la documentación referida a la Casa Civil de Franco y que están en el Archivo General del Palacio Real han desaparecido. Esta revista ha comprobado que existen decenas de cartas que remiten los bancos a la Casa Civil de Franco que dicen que junto a ellas se remite el extracto, documento que, sin embargo, nunca aparece.

La finca de Valdefuentes

Franco se compró en el periodo en el que las cuentas de donativos se redujeron en 13 millones de euros la enorme finca de Valdefuentes, de diez millones de metros cuadrados, al sur de Madrid. En ella se gastó precisamente 13,4 millones de pesetas, según la documentación descubierta por Tiempo. Se trata de una fortuna muy considerable, que se correspondería, según los cálculos más conservadores, con unos 134 millones de euros actuales. No existen documentos que descubran que pagó la finca con el dinero de las cuentas de donativos, pero Franco no podía haberla financiado ni ahorrando todo su sueldo como jefe del Estado, que en 1944 era de 600.000 pesetas al año.

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