La conmemoración más ideológica de Cervantes

“Morir antes huyendo, que vivir una vida tan mezquina”. No. No es una frase de un manual de autoayuda. Tampoco el eslogan de una fuerza emergente para las próximas elecciones. En realidad, se trata de una de las frases que pueden leer los madrileños en las paradas de autobús desde el pasado 16 de mayo.

“Si quieren que no hable o escriba córtenme la lengua y las manos y aun entonces pondré la boca en las entrañas de la tierra y daré voces como pudiere”, reivindica otra junto al metro de Nuevos Ministerios. Si el contenido es sugerente, el continente tampoco deja indiferente a nadie: gruesas letras negras sobre fondo blanco, dentro de un recuadro. Una estética tan sobria y minimalista como desafiante, que por momentos recuerda a los mensajes de advertencia de las cajetillas de tabaco. “Esa era la intención”, reconoce Marisol Mena, directora general de Patrimonio y Paisaje Urbano del Ayuntamiento de Madrid.

Seguramente pocos a estas alturas habrán reconocido una de las plumas por excelencia de la literatura española detrás de citas que lo mismo reivindican que “los cobardes y de poco ánimo son atrevidos e insolentes”, que recuerdan que “uno de los efectos del miedo es turbar los sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son”. En efecto, se trata de una campaña impulsada por el ayuntamiento con motivo del IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes.

“Lo que más nos llamó la atención fue la elección de cinco frases con mucha fuerza”, explica Mena, que considera que son mensajes que tienen capacidad de “dialogar con la sociedad actual”. Y reflejan tanto la sociedad actual, que no son pocos los que han cuestionado que con ellas no haya algún tipo de intención a pocas semanas de la nueva cita electoral. “No hay ideología; las frases son una declaración de principios, porque Cervantes está aún muy vigente”, se defiende Mena.

Para Marié Pretel, vicedecana de la Universidad CEU San Pablo y experta en gestión de marcas, la campaña consigue el efecto buscado de resaltar las palabras. A pesar de que las citas escogidas no sean las más conocidas de Cervantes, no cree que se deba hablar de mensajes subliminales y recuerda que la legislación es “muy clara” en lo que respecta a las campañas que pueden hacer los organismos en periodo electoral.

Detrás del diseño de los carteles está Jesús Acevedo, un ilustrador de origen español afincado en París, que en su web se define como un artista “versátil” que explora las diversas formas de conseguir una “óptima traducción visual de las ideas”. En esta ocasión, escogió la estética propia de las advertencias de las cajetillas de tabaco porque su intención era alejarse de la estética literaria para poner en primer plano “las palabras desnudas de Cervantes”.

Por esta obra el ayuntamiento le ha pagado 5.000 euros. Además, la impresión de los carteles y la distribución en las marquesinas ha costado otros 3.500 a las arcas municipales. Aunque la decisión de exhibir este proyecto artístico no ha sido competencia exclusiva del consistorio. “Todos los proyectos que nos llegan relacionados con Cervantes los enviamos a la comisión que se ha creado para conmemorar el IV centenario de su muerte”, explica Mena. Se trata de un organismo que depende del Ministerio de Cultura y que según el ayuntamiento es el encargado de dar el visto bueno a los proyectos que luego se exhiben.

Y así, con el visto bueno de unos y de otros, los madrileños podrán seguir leyendo hasta el próximo 19 de junio en el transporte público los mensajes ocultos que dejó Cervantes en sus textos. Unas citas en las que no hay ni rastro ni del lugar de La Mancha de cuyo nombre Cervantes no quería acordarse, ni de los gigantescos molinos de viento, ni de su amada Dulcinea.