Franco ha vuelto

20 / 11 / 2017 Javier Otero
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Las batallas alrededor de la figura del dictador, sus herederos y sus propiedades se acentúan en el 42 aniversario de su muerte.

Heredera. Carmen Franco Polo, la única hija del dictador. Foto: Europa Press

Pocos podrían imaginarse que 42 años después de la muerte de Franco, la figura del dictador y el franquismo iban a estar tan presentes en la actualidad política. El conflicto sobre la independencia de Cataluña ha reavivado el recurso de asociar algunos de los hechos o las decisiones políticas que se toman (actuación policial, detenciones y encarcelamientos o, especialmente, la destitución del Govern de la Generalitat) con actitudes franquistas. Más allá de esto, las novedades alrededor del destino de sus propiedades, sus papeles y hasta sus restos se acumulan más que nunca cerca del aniversario de su muerte.

En los últimos meses se han sucedido iniciativas que han puesto de relieve lo que queda de Franco tantos años después de su muerte. Una de las más recientes es el intento por recuperar dos estatuas del Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago. Las estatuas, que se cree que representan a Abraham e Isaac y que miden alrededor de 1,70 metros, se encontraban en poder de la familia del dictador, una situación que se quiere revertir. El Ayuntamiento de Santiago decidió a finales de octubre recuperarlas a través de los tribunales, tras intentar sin éxito que la familia Franco las devolviera. Las dos piezas fueron propiedad en su día del conde de Ximonde, que las vendió al ayuntamiento. Este, a su vez, las regaló a Franco posteriormente, para decorar el pazo de Meirás, aunque finalmente fueron a parar a la monumental Casa Cornide, también de la familia Franco, en La Coruña.

El hecho de que la familia Franco tuviera en sus manos las dos valiosas estatuas del taller del maestro Mateo, del siglo XII, casi había caído en el olvido, pero hace nueve años fueron cedidas por primera vez para formar parte de una exposición que conmemoraba los 800 años de la ciudad de La Coruña, aunque hasta ahora no tomaron cuerpo las reclamaciones. Las figuras, según las condiciones que impuso el conde de Ximonde al traspasar su propiedad al Ayuntamiento de Santiago, no deberían haber salido de la ciudad. Además, no se conserva ningún registro en el consistorio de la donación al dictador.

Franco recibió durante su dictadura numerosos regalos. Algunos han salido a subasta a través de la casa de subastas Segre de Madrid, como un bastón de mando en oro de 18 kilates con diamantes engastados o un reloj de oro con rubíes, regalo del presidente de Portugal a Franco, que tuvo un precio de salida de 25.000 euros. La declaración de Bien de Interés Cultural del pazo de Meirás limita la venta de las obras de arte valiosas que haya en su interior. La última reclamación que ha salido a la luz es la de un abogado que persigue la devolución de dos pilas bautismales de la iglesia románica de San Xián de Moraime, en la localidad coruñesa de Muxía. 

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