El Yunque se hace oír

El autobús naranja que la asociación HazteOír sacó hace unas semanas a la calle para advertir de que “los niños tienen pene y las niñas tienen vulva” ha sido el hito más llamativo de la organización, a la que se han dedicado horas de televisión y todo tipo de insultos en las redes sociales. El autobús, que luego se transmutó en una caravana para llevar por las calles de Madrid su mensaje transfóbico y que, más tarde, volvió a ser un autocar pero con su mensaje autocensurado, ha conseguido generar la polémica que tanto gusta a la asociación que lidera Ignacio Arsuaga, ubicuo en los días pasados en los medios de comunicación, pero que rechazó responder las preguntas de este semanario sobre los vínculos que expertos en la materia a ambos lados del Atlántico, víctimas y hasta los obispos de Toledo y Getafe establecen entre HazteOír y la Asociación Nacional de El Yunque, la matriz de esta y otras organizaciones de carácter religioso y ultraconservador. “Hemos dicho en repetidas ocasiones que no tenemos nada que ver”, dicen en HazteOír. Con respecto a la petición expresa de hablar con Arsuaga sobre El Yunque, añaden: “Si es por El Yunque, ya te digo que no tenemos más que decir que no tenemos nada que ver”.

El nombre de Arsuaga, un abogado ultraconservador, bisnieto de un general de Artillería de Franco y familiar lejano de Rodrigo Rato, apareció en 2012 en la demanda que presentaron un grupo de padres católicos en contra de El Yunque, al que calificaban de “secta” y acusaban de haber intentado captar a sus hijos mediante asociaciones “plataforma”, consagradas, en teoría, a causas provida o, en su día, contra la asignatura Educación para la Ciudadanía que implantó el PSOE. En realidad, alegaban, tienen una agenda mucho más oscura, la de crear una “aristocracia del espíritu que debe conducir y gobernar a España según los dictados evangélicos”. La cita pertenece a un informe, que tanto por su autor como por la institución a la que estaba destinada y las consecuencias que tuvo en ella, dan buena medida del estatus –minoritario– que tiene una “sociedad secreta” que en México logró colocar a dos secretarios –ministros– en el Gobierno de Vicente Fox, del conservador Partido de Acción Nacional (PAN), que en el año 2000 terminó con siete décadas de Gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI). El documento se llama El Transparente de la catedral de Toledo y es obra de Fernando López Luengos, un catedrático de instituto de Filosofía, comprometido con el activismo católico que lideraron colectivos como Foro por la Familia en contra de leyes como la del aborto o la asignatura de Educación para la Ciudadanía.

En 2010 Luengos se vio obligado a advertir al obispo de Toledo de la intromisión de asociaciones detrás de las que se encontraba El Yunque en las manifestaciones que entonces movilizaron a grandes sectores de conservadores católicos contra casi todo lo que hacía el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. De cara a la galería, compartían los mismos objetivos. De puertas para dentro, se avistaba una organización secreta con una agenda propia. La respuesta del obispado de Toledo fue la de adherirse a la decisión que un día antes habían tomado los dos obispos de Getafe (Madrid) tras reunirse con Arsuaga, a quien mostraron su preocupación por la intromisión de miembros de El Yunque en HazteOír. Su respuesta no les tranquilizó. Según el acta de aquella reunión, Arsuaga dijo que “en HazteOír no investigamos sobre la vida privada de nuestra gente. Personalmente, creo que no hay nadie que pertenezca a ningún grupo secreto, pero si lo hubiera, tampoco me preocuparía; es irrelevante”. La consecuencia es que los obispos de Getafe prohibieron a esta asociación o a sus plataformas a actuar en las parroquias de su diócesis, de la misma manera que ocurrió 24 horas después en Toledo.

El portazo de estos tres obispos quizá no sea lo que esperaba una organización secreta que nació en México en los años 50, de naturaleza filonazi y antisemita y a la que se atribuye la celebración de ceremonias que incluían saludos fascistas. También, en sus años iniciales en México, el uso de armas, fieles a su doctrina de que debían ser “mitad monje, mitad soldado”.

Su momento más exitoso allí llegó en el año 2000, cuando Fox nombró a dos de sus miembros secretarios de su Gobierno. El Yunque llegaba a la cúspide política en México tres décadas después de haber cruzado el Atlántico. Su llegada a España se produjo durante la Transición. Su primer momento de gloria en España se produciría varias décadas después, durante las Jornadas Mundiales de la Juventud que se celebraron en Czestokova (Polonia) en 1991, donde Juan Pablo II congregó a miles de jóvenes, según relata el periodista español Santiago Mata en su libro sobre la franquicia española de esta sociedad secreta, El Yunque en España. “En 1991, era la primera vez que se hizo algo así (una peregrinación masiva) al otro lado del Telón de Acero, fue mucha gente y se aprovechó para captar a mucha gente. Como hacen siempre, a la sombra, captaron a muchos y a la vuelta montaron la primera asociación potente, Profesionales para la Ética”, explica Mata a Tiempo.

Contra Zapatero

Antes de intentar convertirse en los adalides de la libertad de expresión, por la que abogaron en una manifestación ilegal en la Universidad Complutense que terminó con altercados, El Yunque, HazteOír y toda su constelación de asociaciones y plataformas tuvieron un importante altavoz durante las manifestaciones contra los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero. El papel protagonista que pretendieron ocupar provocó, sin embargo, el recelo de parte del ambiente católico y ultraconservador, que llevó a su veto en algunas diócesis. En Toledo el obispo fue advertido de que entre las plataformas civiles que cargaban contra las leyes de Zapatero “se ha infiltrado una asociación secreta con fines diferentes”. a los que se defendían en la calle en aquellos tiempos.

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