El Rey visita en secreto el CNI

29 / 03 / 2016 Fernando Rueda
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Felipe VI acudió por primera vez en noviembre a la sede del Centro Nacional de Inteligencia. Estuvo acompañado por la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría.

El rey Juan Carlos en una visita al Estado Mayor de la Defensa en 2007 con el entonces ministro de Defensa, José Antonio Alonso, y el general Félix Sanz Roldán, hoy director del CNI.

El rey Felipe VI acudió el pasado mes de noviembre a la sede del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), en los primeros kilómetros de la carretera que une Madrid con La Coruña, para participar en el acto de celebración del aniversario de la unidad operativa. Al mismo acudió también la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, máxima responsable política del servicio de inteligencia. Los dos fueron recibidos por el director de la Casa, Félix Sanz Roldán.

En el acto participaron diversos representantes de la unidad más secreta del CNI, que se encarga de llevar a cabo las misiones más arriesgadas, las que requieren del uso de medios especiales y de agentes especialmente cualificados. Los seguimientos de sospechosos, las entradas en domicilios y la colocación de interceptaciones telefónicas y micrófonos son algunas de las misiones que habitualmente llevan a cabo.

Esta ha sido la primera vez que el Rey ha acudido como tal a la sede del CNI desde que el 19 de junio de 2014 fue proclamado por las Cortes jefe del Estado, tras la abdicación de Juan Carlos. El pretexto fue una celebración que contó con la asistencia de casi todos los antiguos jefes de la unidad, que hace tiempo fue muy controvertida por su implicación en actuaciones ilegales, y que hace unos años perdió a dos de sus hombres en Irak.

Aunque llegó a la celebración más tarde que el propio Rey, a nadie le pasó desapercibida la presencia de José Luis Cortina, jefe hasta 1981 de la entonces llamada Agrupación Operativa de Misiones Especiales, destinado ya en 1973
 –año en que se produjo el atentado contra Carrero Blanco– en la Unidad Operativa de la Segunda Bis, perteneciente al Alto Estado Mayor.

El Cesid y el 23-F. Cortina fue procesado por su participación en el golpe de Estado del 23-F. La unidad a sus órdenes estuvo preparando durante meses la intentona, agentes a sus órdenes condujeron los autobuses de los guardias civiles de Tejero hasta el Congreso de los Diputados para tomarlo y posteriormente intentaron acallar de todas las formas posibles a los agentes de la propia unidad Juan Rando y Diego Camacho, para que no denunciaran la implicación del Centro Superior de Información de la Defensa (Cesid), el antecedente del actual CNI, que habían descubierto.

El consejo militar le declaró inocente y el fiscal, que había pedido 12 años de cárcel, no recurrió ante el Tribunal Supremo. Diversos investigadores han manifestado que amenazó con desvelar secretos que perjudicaban a personalidades, lo que paralizó la acción del fiscal.

A quien no invitaron al acto fue a su sucesor al frente de la unidad, Juan Alberto Perote. El jefe del departamento conocido en clave como KA, estuvo en el cargo hasta 1990, momento en el que lo abandonó llevándose las microfichas que demostraban la participación del Gobierno en la guerra sucia de los GAL y el espionaje indiscriminado de teléfonos móviles ejecutado por el Cesid contra altos cargos entre los que estaba el rey Juan Carlos.

Tras un largo proceso judicial y un tremendo debate público, Perote se convirtió en uno de los mayores enemigos que ha tenido el servicio de inteligencia, a quien nunca le han perdonado sus revelaciones, que obligaron a dimitir al director del Cesid, Emilio Alonso Manglano; al ministro de Defensa, Julián García Vargas; y al vicepresidente del Gobierno. La tranquilidad llegó después a la unidad, aunque todavía tendrían que esperar hasta el año 2002 para que el Gobierno de José María Aznar aprobara la ley de control judicial del CNI. Desde entonces, un magistrado del Supremo autoriza previamente las penetraciones clandestinas y las intervenciones de comunicaciones, dando un soporte legal a las actuaciones de los James Bond. Aunque el hecho fue guardado en secreto, la unidad demostró su entrega abnegada a finales de 2003, cuando dos de sus agentes destinados en Irak fueron asesinados junto a cinco compañeros por un grupo terrorista cercano a Sadam Husein. Alfonso Vega y Carlos Baró entregaron heroicamente su vida y una placa en la entrada de la sede operativa en El Pardo, en Madrid, les rinde homenaje.

La última visita de Juan Carlos. El rey Juan Carlos visitó también de forma discreta la sede del CNI un mes antes de abdicar en 2014. Fue una visita de agradecimiento por lo bien que el director Sanz se había comportado con la monarquía en los últimos años. Don Juan Carlos y Sanz Roldán siempre han mantenido unas excelentes relaciones personales desde antes de que el segundo accediera a la dirección del CNI.

Fuentes del centro consultadas sobre la visita del rey Felipe han afirmado que “con carácter general, los actos de aniversario de las distintas unidades del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no figuran en la agenda pública de esta institución y por tanto no pueden ser comentados oficialmente”.

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