Marc Solsona

Ilustración: Luis Grañena

Tótem territorial. Además de alcalde de Mollerussa (Lleida) y diputado de JuntsxSí en el Parlamento de Cataluña, Marc Solsona (1976) es un primus inter pares en el mundo municipal convergente. Es el presidente del influyente Consejo de Acción Municipal del PDeCAT, edil de uno de los municipios de la comarca d’Urgell, bastión de la antigua Convergència Democrática de Catalunya (CDC), y uno de los casi 650 alcaldes que abrirán locales municipales el próximo 1 de octubre. Por este motivo y porque, con 14.585 habitantes, Mollerussa es el municipio de mayor población que permitirá el 1-O, esta semana abrió la tanda de declaraciones ante la Fiscalía –en su caso, Superior de Cataluña, por ser aforado– por  cooperación necesaria en un delito de desobediencia. Solsona evitaba ser detenido si se negaba a comparecer pero, como los demás, se juega la inhabilitación política.

De Madrid a la independencia. Hace años que Solsona cambió la discusión sobre temas agrícolas en el Congreso, donde fue diputado de CiU por Lleida entre 2011 y 2015, por la retórica independentista. Si en 2013 debatía con otros diputados sobre cómo afrontar la plaga de la avispa asiática, hace unos días negaba ser un “delincuente”. En un mitin antes de las municipales de 2011, proclamó que necesitaban “recuperar el prestigio”, antes de dar la palabra a Jordi Pujol y con la reconversión de CDC en PDeCAT, Solsona es visto por algunos dirigentes como Carles Puigdemont como un miembro aventajado de la generación de jóvenes alcaldes llamados a liderar la renovación del centro-derecha nacionalista-independentista. 

Se niega a declarar. En un reciente encuentro de ediles independentistas en el Ayuntamiento de Barcelona, Solsona declaró que daban “la cara para que la gente de nuestros municipios pueda votar” pero igual que otros alcaldes, esta semana se negó a declarar al considerar que la Fiscalía se había “extralimitado”.