Francisco Reynés

La posición: en el partido entre La Caixa y Benetton, Reynés juega de red. La pieza: Abertis aumentó sus beneficios en el primer semestre un 19%. Ilustración: Luis Grañena

Decía un viejo banquero que la peor faena que te pueden hacer en la vida empresarial es lanzarte una OPA amistosa. “Ponte en lo peor –me decía–. ¿Pero hay alguien que se crea que una OPA puede ser amistosa?”. No sé si Francisco Reynés (Mallorca, 1963) pensaría lo mismo durante estas vacaciones. Pero está en medio de un enredo porque Benetton, desde Atlantia, ha hecho un traje a medida a los accionistas de Abertis y esta es la hora en la que no sabemos si Criteria, el brazo industrial de La Caixa, caerá seducida por la moda italiana, si jugará a los amoríos durante un tiempo para subir la dote o si se hará la estrecha. 

El caso es que el ingeniero industrial mallorquín, MBA por el IESE y ampliaciones de estudios en Estados Unidos y Alemania, bínubo, con cinco hijos, depende ahora de la decisión de la que fue su casa, Criteria, para armar su estrategia frente a las apetencias italianas. Y también tiene que contemplar lo que el Gobierno de Madrid quiera decir, porque sus autopistas españolas pudieran revertir al Estado y la empresa valer menos de lo que ofrece el condottiero italiano. Y luego está el lío de Hispasat. 

En estos casos hay que armarse de prudencia y de sagacidad, condiciones que reúne, y de paciencia, que no es su mejor atributo, al decir de quienes le conocen. De momento, su situación es la de red en un partido de tenis entre Atlantia y La Caixa, pero ya sabemos que la red juega a favor y en contra de los dos contendientes al mismo tiempo. Una red united colors, de diseño italiano.