El nuevo PSOE

14 / 07 / 2014 José María Vals
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Nuevo secretario general y nueva Ejecutiva. El PSOE estrena puente de mando con unos militantes que esperan reacciones rápidas y contundentes para enfrentarse al PP.

El PSOE terminará este mes de julio no solo con una nueva Ejecutiva Federal, sino necesariamente con un nuevo proyecto con el que enfrentarse a los dos procesos electorales que se avecinan. La primera cita con la ciudadanía no será, sin embargo, en mayo de 2015, cuando se celebrarán las elecciones municipales y autonómicas, sino en noviembre de este mismo año (2014), cuando las agrupaciones socialistas abran sus puertas a todos los militantes y también a los simpatizantes que quieran votar al candidato del partido para presidente del Gobierno, dentro de unas elecciones primarias abiertas.

La retirada de Alfredo Pérez Rubalcaba de la política activa y, por tanto, de la secretaría general del PSOE, había dejado abierta la puerta a un cambio de fechas para las primarias abiertas, ya que Pedro Sánchez había mostrado en diversas ocasiones su preferencia por empezar el nuevo proceso con una exhaustiva preparación de las elecciones municipales y autonómicas de mayo para pasar después al capítulo de las elecciones generales (previstas inicialmente para el otoño de 2015), en las que ya hay que ir con candidato a presidente del Gobierno. Pero en el debate que protagonizaron los tres candidatos el asunto quedó cerrado: habrá primarias en noviembre.

Para esas primarias ya hay una candidata fija, Carme Chacón, que dejó claro hace pocas semanas que no quería ser secretaria general del PSOE sino candidata a presidenta del Gobierno de España. “Lo importante, sin embargo –dice una persona cercana a la Ejecutiva–, no es quién se presente, sino con qué idea de partido y con qué propósito de regeneración de la ilusión entre la militancia y entre los votantes del PSOE”. Y es que dentro del PSOE hay muchas personas que piensan que los militantes están un poco hastiados de la caída de su partido en los últimos procesos electorales y, sobre todo, de lo que ellos ven como una falta de reacción de la dirección socialista.

Todas las encuestas, las externas y las internas, señalan que los militantes socialistas quieren un cambio. Muchos pensaban que el detonante iba a ser la irrupción de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, en el panorama político nacional. Pero al final decidió no presentarse para la secretaría general del partido y la estrategia ahora es otra. Por otra parte, los socialistas son conscientes de que tanto Podemos como Izquierda Unida están alimentados en buena medida por simpatizantes de la izquierda que no están satisfechos con las propuestas del PSOE.

La propia Susana Díaz ha reiterado en las últimas semanas que hay que hablar del partido lo estrictamente necesario y que lo que tiene que hacer el PSOE, y los nuevos dirigentes que saldrán del congreso de finales de julio, es elaborar “una propuesta ilusionante” que aglutine a los votantes de izquierda para arrebatar el poder al PP. “No es fácil –añaden las fuentes consultadas por Tiempo–, porque hay que comenzar prácticamente de cero. Y no se trata de reformar la Constitución o no para el tema de Cataluña, se trata de proponer a los españoles otra política diferente a la del PP, pero que sea creíble, que pueda ser alternativa de Gobierno”.

Ahí es donde la nueva Ejecutiva que saldrá del congreso tiene que poner el énfasis. El PSOE necesita, si quiere levantar cabeza, una oferta política radicalmente distinta a la del PP, pero alejada de las utopías revolucionarias. “Nuestros votantes –añaden las mismas fuentes– saben que los mundos mágicos no existen, pero exigen que el PSOE sea un partido de izquierdas capaz de gobernar España con propuestas sociales muy distintas a las que realiza el actual Gobierno”.

Con ese reto por delante, el PSOE tiene que elaborar su programa para las próximas elecciones municipales y autonómicas, que son las únicas para las que hay fecha fija, ya que deben celebrarse el último domingo de mayo de 2015. Las generales no pueden celebrarse más tarde de enero de 2016, pero el Gobierno podría cambiar la fecha hacia delante en cualquier momento, como hizo José Luis Rodríguez Zapatero en 2011.

De momento, los próximos meses van a ser difíciles para los socialistas. Tendrán que ajustar los equipos, ponerse de acuerdo y, probablemente, dejar de lado algunas de las propuestas políticas que salieron de la conferencia que el partido celebró en octubre del pasado año. Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo de mayo último han elevado el listón. Ahora es necesario un cambio más radical del que hubiera hecho Alfredo Pérez Rubalcaba y eso tiene que hacerse con caras nuevas.

La presidenta andaluza, Susana Díaz, se ha convertido en el referente de hecho del nuevo PSOE, ya que aunque no mande orgánicamente en el partido lo cierto es que todos miran hacia Sevilla antes de dar pasos importantes. Durante los próximos meses tendrá que decidir si da el paso o no para presentarse a las primarias para ser candidata a presidenta del Gobierno o sencillamente sigue vigilando los movimientos de sus compañeros a la espera de su momento.

No faltan en el partido quienes querrían ver a Susana Díaz de secretaria general del PSOE, pero al no ser diputada en el Congreso, otras fuentes consideran que es mejor que Mariano Rajoy tenga que enfrentarse en los próximos meses con un jefe de la oposición y del PSOE con nuevos bríos y, sobre todo, con propuestas radicalmente diferentes, ya que España entra en precampaña electoral después del verano.

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