El más difícil todavía

08 / 06 / 2016 Richi Esquilas
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España intenta lograr lo que nunca antes nadie ha conseguido: ganar la Eurocopa de fútbol por tercera vez consecutiva.

Como todos los años en el fútbol, la final de la Copa de Europa es la guinda que solo un equipo puede poner a su temporada tras diez meses de trabajo. Es el punto final a una campaña. Los verdaderos amantes de este deporte estarán deseando que lleguen julio y agosto para poder volver a disfrutar del deporte rey. Los fichajes, los torneos veraniegos...

Pero este año es par. Y eso significa que hay Eurocopa. Es decir, con la final de la Copa de Europa, este año, se pone punto y seguido a la temporada futbolística. Porque en apenas unos días, las 24 mejores selecciones de Europa se citan en Francia. Unas selecciones para debutar, como Albania, Eslovaquia, Islandia, Irlanda del Norte y Gales. Otras para convertirse en las selecciones revelación del torneo, como es el caso de Bélgica. Otras para volver a ser las grandes triunfadoras, como Inglaterra, Francia, Italia o Alemania. Y solo una para seguir haciendo historia y agrandar aún más su palmarés: España. El combinado de Vicente del Bosque buscará ser la primera selección nacional en conseguir, por tercera vez consecutiva, la Eurocopa. Y ser la selección predominante en el continente, por delante incluso de Alemania, que también cuenta con tres títulos.

Muchos alicientes. Eso desde luego. Pero sobre todo, muchas ganas de ver de nuevo a nuestra selección. Que no ha hecho una brillante ni espectacular fase de clasificación para la Euro en cuanto a juego se refiere, pero sí en cuanto a resultados y números. Diez partidos jugados, nueve ganados y uno perdido. Con 23 goles a favor y solo tres en contra. La Roja es el tercer mejor combinado en esta fase de clasificación, por detrás de Inglaterra (diez partidos, diez victorias) y Austria (diez partidos, nueve victorias y un empate).

Otro de los motivos por el cual los amantes del fútbol quieren que empiece ya la Eurocopa en Francia es para quitarse ese mal sabor de boca que quedó tras el último acontecimiento que tuvo lugar en Brasil hace ya dos años y que fue un varapalo bastante duro de asimilar, tanto para el combinado nacional como para los aficionados.

Por eso el seleccionador nacional, Vicente del Bosque, a diferencia de lo que hizo en la Eurocopa de Polonia y Ucrania en 2012, y del Mundial de Brasil en 2016, ha decidido convocar a 25 jugadores, cuando en los dos acontecimientos anteriores citó solo a 23 futbolistas. En esta ocasión, antes de que empiece la Eurocopa ha tenido que hacer dos descartes. Una decisión difícil de tomar porque requiere asumir mucha responsabilidad. La misma, o a lo mejor no tanta, como a la hora de hacer la convocatoria.

Muchos cambios son los que ha introducido el técnico salmantino. Con respecto a la última edición de la Eurocopa en 2012, un total de hasta 15 nuevos jugadores debutarán con la selección española en un acontecimiento tan importante como es la Euro.

En la portería, como principales novedades están David de Gea (Manchester United), que le podría pelear el puesto de titular a Íker Casillas (Oporto), y Sergio Rico (Sevilla).

En defensa hay tres variaciones: César Azpilicueta (Chelsea), un jugador muy del agrado de Del Bosque porque le puede utilizar tanto de lateral derecho como de lateral izquierdo, incluso de central; Marc Bartra (FC Barcelona), aunque apenas ha tenido minutos con Luis Enrique, también es del gusto de Del Bosque; y Héctor Bellerín (Arsenal), tras la lesión de Carvajal. Estos futbolistas intentarán poner las cosas difíciles a la teórica defensa titular que completa la lista en esta línea: Juanfran Torres (Atlético de Madrid), Sergio Ramos (Real Madrid), Gerard Piqué (FC Barcelona) y Jordi Alba (FC Barcelona).

En el centro del campo es donde más modificaciones ha introducido Vicente del Bosque: cinco. Koke Resurrección (Atlético de Madrid), Thiago Alcántara (Bayern de Múnich), Bruno Soriano (Villarreal), Mikel San José (Athletic de Bilbao) y Lucas Vázquez (Real Madrid). Estos cinco futbolistas a base de su trabajo, sobre todo en el último tramo de la temporada con sus respectivos equipos, se han ganado un puesto en esta convocatoria y se unen a los tres fijos: Sergio Busquets (FC Barcelona), Cesc Fàbregas (Chelsea) y Andrés Iniesta (FC Barcelona).

Y en cuanto a los delanteros, a David Silva (Manchester City) y Pedro Rodríguez (Chelsea) se unen Álvaro Morata (Juventus), Nolito Agudo (Celta de Vigo) y Aritz Aduriz (Athletic de Bilbao), que pese a tener 35 años, sus 32 goles esta temporada, entre liga nacional, Copa del Rey y Europe League, han convencido al seleccionador y le han hecho ser un fijo en la cita de Francia el próximo mes de junio, por delante de jugadores que eran indiscutibles, como Diego Costa y Paco Alcácer.

En base a la lista y, sobre todo, a los cambios de jugadores que ha introducido el seleccionador (15 con respecto a la Eurocopa de 2012 y 12 con respecto al Mundial de 2014, ya con los dos descartes realizados), se puede sacar como conclusión que, independientemente de que España viaje al país vecino para luchar por revalidar este título, se trata de un cambio generacional. No de estilo, pero sí en cuanto a jugadores.

Ya lo intentó Luis Aragonés. Primero en el Mundial de 2006 y no le salió bien. Pero no cejó en su empeño por introducir unas ideas y unos principios que eran necesarios y básicos para que el panorama futbolístico en España cambiara. Y así fue como consiguió que el combinado nacional se hiciera, 44 años después, con su segunda Eurocopa.

Del Bosque llegó para el Mundial de 2010 y la verdad es que su debut no pudo ser mejor: consiguió la primera (y única hasta el momento) estrella con la que, desde entonces, el combinado nacional juega sus partidos. El salmantino fue listo y coherente. A lo que ya creó Luis Aragonés, a base de trabajo y constancia, tan solo añadió algunas pequeñas modificaciones para que la selección española tuviera su propio sello de identidad, como por ejemplo jugar con falso nueve. Sabía que no tenía que “volverse loco” ni tocar mucho lo que ya estaba creado para que los títulos siguieran llegando. Y de esta manera, también España conquistó la pasada Eurocopa. Un caso excepcional fue el mundial de hace dos años. Ese cambio generacional que se pedía desde fuera (porque al final todos somos seleccionadores y entrenadores de fútbol) no terminó de llegar. E hizo que el intento por revalidar el campeonato se quedara solo en eso. En un intento fallido.

Del Bosque ha sabido aprender de los errores y durante toda la fase de clasificación para esta Eurocopa ha ido introduciendo cambios para conformar un equipo lleno de novedades. La mitad de la convocatoria la componen jugadores que todavía no han disputado un acontecimiento de estas magnitudes y de esta índole. Algunos no volverán a jugar un torneo tan importante. Para otros seguramente sea el primero de varios. Lo que está claro es que Vicente del Bosque cree en sus ideas. Podrá gustar más o menos a los aficionados, pero es fiel a esos principios. Y los cambios que ha introducido tienen doble lectura: a corto plazo (para conseguir la Eurocopa en Francia) y a largo plazo (para ir introduciendo a la nueva generación, que desde hace tiempo lleva llamando a las puerta de la selección absoluta).

El plan para los aficionados a partir del próximo lunes 13 de junio, que es cuando la selección española debutará contra la República Checa, no es otro que enfundarse la camiseta roja y vibrar con la Roja como lo llevan haciendo desde hace ocho años. Sentirse orgullosos y poder celebrar un mes después (domingo 10 de julio) que, de nuevo, España es campeona de Europa. Por tercera vez consecutiva. Nunca antes un combinado nacional lo había conseguido. Así, España se convertiría en la mejor selección de toda Europa con cuatro títulos. Porque ningún otro país ha conseguido alzarse, hasta la fecha, con cuatro Eurocopas.  

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