El fiasco español de Donald Trump

18 / 11 / 2016 Antonio Rodríguez
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El magnate inmobiliario quiso comprar en 2008 uno de los rascacielos más emblemáticos de Madrid para su primer hotel de lujo en Europa. Para ello buscó como socio a FCC, la constructora de Esther Koplowitz.

Esther Koplowitz y Rafael Montes cuando ella era la mayor accionista de FCC y él su presidente

Si Donald Trump se había casado en 2005 en terceras nupcias con una modelo eslovena a la que superaba en 24 años, ella no iba a ser menos. Ivana mantenía el apellido de su exmarido desde los años de su famoso matrimonio en los ochenta y su posterior divorcio a comienzos de los noventa, cuando tras una ardua batalla en los juzgados y las revistas del corazón logró que el magnate inmobiliario le entregase en mano un cheque de 25 millones de dólares (23,36 millones de euros), una mansión familiar de 41 habitaciones en Connecticut valorada en 14 millones (13 millones de euros), una pensión alimenticia anual de 5,3 millones (5,9 millones de euros), todas sus joyas y el 49% de Mar-e-Lago, la suntuosa vivienda de los Trump en Palm Beach (Florida) y que sirve de club privado para la élite estadounidense.

Así que a comienzos de 2008 la antigua modelo checoslovaca, metida a diseñadora y empresaria en aquel momento, anunció a sus hijos que contraería matrimonio con el actor Rossano Rubicondi, 23 años más joven que ella y con el que llevaba cuatro años de noviazgo tormentoso para deleite del papel couché. En el caso de Ivana se trataba de su cuarto matrimonio y el bodorrio con su yogurín de origen italiano, celebrado el 14 de abril de aquel año en Mar-e-Lago, costó 3 millones de dólares (2,8 millones de euros), tuvo un total de 400 invitados y fue organizado por su propio exmarido... con el que ya se había reconciliado. Su hija Ivanka no se quedó a la zaga en atenciones familiares y cautivó a los presentes en su papel de dama de honor. Su implicación en los preparativos previos al enlace fue tal que una semana antes no pudo viajar a Madrid junto a su hermano Donald para apuntalar el proyecto hotelero más serio que ha tenido el Grupo Trump en España.

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