Dos semanas para acabar con la parálisis

27 / 09 / 2016 Antonio Rodríguez
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Rajoy y Sánchez tienen ahora la última oportunidad para evitar las terceras elecciones en diciembre.

Tras las elecciones vascas y gallegas, el foco político vuelve a posarse en Madrid con la incógnita de saber si Mariano Rajoy o Pedro Sánchez contarán con los mimbres necesarios para una investidura que evite la celebración de unas nuevas elecciones en diciembre, las terceras en apenas un año que pasará a la historia como el de la parálisis institucional.

Tanto Rajoy como Sánchez lo tienen muy difícil. El primero podría buscar el apoyo del PNV si Íñigo Urkullu necesita a los populares para gobernar en Vitoria. De conseguir el apoyo de los peneuvistas, el líder del PP tendría 175 escaños en el Congreso de los Diputados, a solo uno de la mayoría absoluta, pero no le será sencillo negociar con los vencedores de los comicios vascos. El PNV siempre ha sido muy directo en las negociaciones de Gobierno, al poner sus demandas sobre la mesa desde el inicio. La formación jeltzale reclama a Madrid las competencias de prisiones y la reagrupación de los presos de ETA en cárceles vascas, dos aspectos que se le indigestan a Rajoy.

Sánchez, por su parte, juega con la baza de que Podemos y Ciudadanos tengan tanto miedo a las terceras elecciones que terminen aceptando el llamado “Gobierno del cambio”. La formación morada ha dado algunas muestras de querer este escenario, para así quitarse el estigma de haber impedido en marzo un Ejecutivo de corte progresista en la investidura fallida de Sánchez. Además, si los populares gallegos de Alberto Núñez Feijóo no logran la mayoría absoluta se podría formar un tripartito de izquierdas en Galicia entre En Marea, el PSdeG y los nacionalistas del BNG que podría desencallar las negociaciones entre el PSOE y Podemos, ya que este último tendría al alcance el primer Gobierno autonómico si En Marea da el sorpasso a los socialistas gallegos.

Mientras, Ciudadanos tendría muy difícil negar la abstención a la entente PSOE-Podemos si ambos partidos calcan casi en su totalidad el acuerdo que firmaron Sánchez y Albert Rivera en febrero. Fuentes socialistas subrayan a TIEMPO que el líder del PSOE solo irá a una investidura si previamente ha cerrado un acuerdo previo en este sentido.

¿Cuál es el límite máximo para dicha investidura? A priori hasta finales de octubre, ya que el 31 de ese mes es cuando se disolverían las Cortes. Sin embargo, los equipos de Rajoy y Sánchez trabajan con un horizonte temporal más corto, de solo dos semanas, hasta el 10 de octubre, para que las negociaciones cristalicen en un acuerdo previo a la investidura.

Reforma exprés

 El motivo de ello es que los partidos necesitarán tres semanas para la hipotética reforma exprés de la ley electoral si quieren conseguir que los siguientes comicios se celebren el 18 de diciembre y no el 25, día de Navidad. Para reducir la campaña electoral a solo siete días es necesario reformar la ley por la vía de urgencia. Es decir, por el trámite de lectura única que vaya directamente a los plenos del Congreso y el Senado, y no pase por las comisiones parlamentarias.

Ya se ha presentado una proposición de ley en este sentido por parte de Unión del Pueblo Navarro (UPN), socio del PP, y su tramitación se espera que empiece la primera semana de octubre. El Gobierno tiene un mes de plazo para fijar su criterio sobre la propuesta, pero la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ya dijo que el Ejecutivo no obstaculizaría la reforma, de ahí que Moncloa daría su luz verde de forma automática. Con los partidos esforzándose por evitar las elecciones en Navidad, ya no habría forma de dar marcha atrás y la legislatura entraría en la UCI sin visos de mejora. La firma de defunción sería el último día de octubre y la XII Legislatura terminaría con la misma brevedad que la anterior. 

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