Derecha e izquierda, todos independentistas

21 / 07 / 2016 Antonio Fernández
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Las bases de Convergència han impuesto sus criterios en el congreso de refundación del partido.

Gtres

Cataluña ya tiene un nuevo mapa político. La desaparición oficial de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) y la creación del Partit Demòcrata Català (PDC) ha convulsionado los espacios políticos al haber situado una nueva formación de corte claramente independentista dominando el centro-derecha. “El PDC mantiene la centralidad en Cataluña”, afirman reiteradamente desde la cúpula del nuevo partido (que es la misma que la de CDC). Por primera vez, todo el espectro nacionalista de izquierda y derecha se proclama independentista: PDC a un lado y Esquerra Republicana (ERC) y la CUP al otro.

La causa de esta singularidad hay que buscarla en el reciente congreso fundacional del PDC, celebrado entre el 8 y el 10 de julio. Las bases se rebelaron contra la cúpula que encabeza Artur Mas y obligaron al partido a definirse claramente como independentista, eliminando la calculada ambigüedad de la dirección, que prefería definirse como soberanista. Por si fuera poco, rechazaron los nombres propuestos por la cúpula, obligaron a Artur Mas a optar al cargo de presidente no ejecutivo (al haber aprobado limitación de mandatos) y le obligarán a que el coordinador general (cargo equivalente al de secretario general) sea elegido en primarias con una dirección ejecutiva de 12 miembros que pueden ser castigados en esas primarias.

Error de cálculo

 La dirección de la neonata formación será elegida el día 23 en un cónclave del PDC. Mas había previsto situar a Jordi Turull, hombre de su confianza y presidente del grupo parlamentario Junts pel Sí (JxS), como coordinador general, pero este ya ha dicho que no. Según los estatutos votados por las bases, el coordinador debe dedicarse prioritariamente al partido y Turull, como máximo líder del mayor grupo parlamentario catalán, difícilmente podría dedicarse más al PDC que al Parlamento. De ahí que su paso atrás llevase emparejada la apuesta por un tándem que implique renovación de caras: se postulan como caras visibles de la nueva cúpula la actual portavoz, Marta Pascal, y el diputado David Bonvehí.

Pero las bases están alerta. “Queremos desterrar definitivamente las viejas formas de hacer política. Aquí se iba a crear un partido muy alejado de la ciudadanía y hemos puesto las cosas en su sitio”, explica uno de los militantes que asistió al congreso fundacional. Las bases están dispuestas a asumir una hoja de ruta independentista, pero quieren hacer las cosas con cabeza. “Necesitamos renovación de todo: de ideas, de formas de hacer y de caras”, se queja otro militante. Y un tercero añade que “la rebelión contra Artur Mas fue un toque de atención. La dirección de Convergència llegó aquí con la idea de hacer un congreso a su medida y no contaba con que la gente tenía ganas de decir la suya. Artur Mas tuvo un error de cálculo”.

Contrapeso

De momento, la estructura de la Administración no será un problema, aunque reconocen que es “una especie de contrapoder al partido”. Y ello, a causa del régimen de incompatibilidades aprobado por las bases: los miembros de la dirección del PDC solo pueden tener un cargo institucional. De este modo, la portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, que se perfila como vicepresidenta (haciendo tándem con Artur Mas de presidente), tendría que dejar su escaño si aspira a estar en el partido. Y algunos alcaldes que son al mismo tiempo diputados no podrán ocupar cargos de responsabilidad dentro de la estructura de la formación.

En fin, que quien esté en la Administración y en el partido, no podrá estar en el Parlamento. Y si alguien simultanea alcaldía o concejalía con escaño parlamentario, no puede estar en el partido. Así, su estructura será –dicen– el contrapeso perfecto de la estructura institucional. Y Artur Mas puede dedicarse a ejercer su poder sin tener cargos públicos. Como lo hizo en su día Xabier Arzalluz en el País Vasco.

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