De profesión, conferenciante

08/10/10

EN QUÉ SE PARECEN la ex ministra Ana Palacio, el ex ministro Miguel Boyer, el alpinista Sebastián Álvaro, la empresaria Isabel Aguilera y el escritor Fernando Sánchez-Dragó? En que todos tienen como segunda actividad la de ser conferenciantes. Una práctica muy extendida en el mundo anglosajón, sobre todo en Estados Unidos, y cada vez más en España. Cada vez son más las empresas, partidos políticos, ONG o fundaciones que deciden recurrir a un conferenciante. Las razones son diversas. Por un lado, para animar y motivar a sus empleados; por otro, para asegurarse un hueco en los medios de comunicación y en algunas ocasiones para recaudar fondos.

La experiencia es un grado y en este caso, además, una fuente de ingresos que repercute directamente en el conferenciante. Esta actividad se ha profesionalizado tanto que en España ya existen empresas que se dedican a gestionar las conferencias de diferentes personajes. Es el caso de Thinkingheads, cuyo presidente es Daniel Romero-Abreu, que fue pionera en este sector. En la actualidad cuenta con más de 70 representados. Entre ellos, los ex ministros Ana Palacio, Javier Solana, Miguel Boyer, Pedro Solbes o Manuel Pimentel. Algunos de ellos en exclusividad, como el ex presidente del Gobierno Felipe González. En ocho años de funcionamiento, su compañía ha organizado más de 3.000 conferencias. Daniel Romero-Abreu cuenta que su trabajo consiste en trabajar para el conferenciante no profesional: “Hay que distinguir entre los que se dedican por completo a esto y los que no. Yo trabajo mayoritariamente con los segundos. Son personalidades que no viven de esto pero que tienen mucha demanda para dar conferencias y necesitan a alguien que se las gestione. Le generamos un método de trabajo, le introducimos en el mercado de las ideas y velamos por sus intereses”, explica.

Tarifas para todos los gustos.

Las tarifas de los conferenciantes dependen mucho de la demanda y del tipo de conferenciante. Por ejemplo, un conferenciante poco conocido, pero especialista en alguna materia, puede llegar a cobrar alrededor de 1.500 euros por conferencia. El precio se duplica si el orador es un personaje mediático y relativamente conocido. Uno de los grupos más solicitados son los profesionales que se dedican a dar charlas sobre liderazgo y capacidades directivas, cuyas tarifas oscilan entre los 3.000 y 7.000 euros.

A partir de los 7.000 euros ya entramos en otro tipo de tarifas y otro tipo de criterios. Se trata normalmente de personajes famosos, que están muy solicitados y que suelen ser muy mediáticos. El precio subiría entonces a más del doble, el taxímetro de la conferencia sube entonces de los 15.000 euros en adelante. La tarifa se dispara además si la personalidad en cuestión es internacional, alguien como el ex presidente de Estados Unidos Bill Clinton. Las cantidades en esta ocasión pueden superar los 25.000 euros.

Pero las empresas y fundaciones están dispuestos a pagar esa cantidad algunas veces por motivar al empleado o por conseguir determinadas perlas de sabiduría de alguien como el cocinero y propietario de El Bulli, Ferran Adrià. O como la alpinista Edurne Pasabán, que es otra de las personalidades del deporte que se ha incorporado al mundo de las conferencias. En su caso, suelen estar muy destinadas al liderazgo y la fortaleza. La primera mujer del mundo en conquistar los catorce picos de más de 8.000 metros sabe mejor que nadie cómo aguantar en condiciones extremas y llegar a la meta. Una metáfora muy valiosa para determinadas empresas y para directivos ambiciosos que reclaman cada vez más a la alpinista.

Fundaciones como Mapfre, Rafael del Pino o Barreiros son un ejemplo del tipo de organización que contrata conferenciantes. Entre sus actividades habituales está la celebración de jornadas y conferencias donde reclaman pesos pesados de la economía, la cultura o la investigación. En esta etapa de crisis económica, los más solicitados sin ninguna duda son los premios Nobel y los expertos en economía, como el economista y profesor de la Universidad de Columbia Xavier Sala i Martín.

Pero, como explica Romero-Abreu, no todos buscan sólo el conocimiento o la experiencia acumulada de estos expertos, sino que son muchos los que saben que contratando a un personaje mediático o muy conocido tienen asegurado un nivel de cobertura de los medios que de otra manera no conseguirían. Este empresario, que creó su agencia a los 23 años, ya ha visto y ha tratado con la mayoría de los conferenciantes y grandes empresas de España. Dice que quiere ser “la Carmen Balcells de los conferenciantes”. Entre las anécdotas más divertidas que le han sucedido a Romero-Abreu está la de un bodeguero español que llegó a pedirles que se rodara un capítulo de la serie de éxito estadounidense Friends en su bodega.