Cuando los famosos utilizan a sus hijos

06 / 11 / 2009 0:00 Teresa Legazpi
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El Defensor del Menor ha desatado la polémica al pedir que se investigue a Belén Esteban por hablar de su hija Andreíta en televisión. Pero ella no es la única: muchos famosos se lucran vendiendo la imagen de sus vástagos.

Parece increíble, pero en España no se habla de otra cosa. La crisis económica y el paro han pasado a un segundo plano. En los últimos días, las protagonistas absolutas de la actualidad son Belén Esteban y su hija. La carta del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, pidiendo a la Fiscalía que investigue si se vulneran los derechos de Andrea Janeiro, de 10 años, al estar su vida privada expuesta constantemente en los medios de comunicación, ha abierto la caja de los truenos.

El asunto se ha convertido en una auténtica batalla mediática, donde se han dado informaciones que no se ajustan del todo a la realidad. El informe en cuestión no es nuevo, se envió hace aproximadamente un mes a Telecinco, y no se trata de un requerimiento específico contra la colaboradora del programa Sálvame, sino que es una queja dirigida a la cadena por el trato que se le da a la pequeña en los programas, tanto por parte de su madre como de los comentaristas del corazón.

La pregunta es, ¿no debería la dirección del canal privado habérselo comunicado a Belén o, al menos, cambiar de actitud ante esta llamada de atención? Tanto ella como su abogado, Ricardo Ibáñez, aseguran que se enteraron de todo a través de la prensa y aseguran que tomarán medidas legales contra quien haya filtrado la noticia. A este respecto, desde la oficina del Defensor del Menor se niega que la carta se haya enviado a todos los medios de comunicación, como algunos han insinuado, e insisten en que no han tenido nada que ver con su difusión. Se recuerda que Arturo Canalda pedía expresamente que no se difundiera, algo que tanto Antena 3, que fue la primera en dar la información, como el resto de las cadenas no han respetado. “Si lo que se pretende es proteger a una menor, jamás se tendría que haber hecho pública esta actuación. Ahora lo importante es defender a Belén, porque la niña no se encuentra en ninguna situación de desamparo”, afirma el letrado. Se ha dicho que esta denuncia había sido promovida por siete peticiones de ciudadanos anónimos, indignados por la sobreexposición de la hija de Jesulín de Ubrique, pero lo cierto es que esas cartas han de venir firmadas con nombres y apellidos para que puedan tramitarse. Muchos apuntan al torero y a su mujer, María José Campanario, como la mano negra que está detrás de este asunto, algo que desmienten categóricamente fuentes autorizadas. Sin embargo, ya hay voces que apuntan que una de las personas que ha denunciado vive en Cádiz y que podría estar relacionada con las dos personas antes mencionadas.

Frivolidad y polémica

En medio de semejante revolución mediática, Arturo Canalda está siendo duramente criticado por la opinión pública, que considera que tomar medidas en el caso de la niña de Belén Esteban es una auténtica frivolidad teniendo en cuenta los graves problemas que tienen otros menores en nuestro país. Algunos han ido más lejos, como la Organización Impulsora del Discapacitado (OID), que ha presentado una denuncia contra el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid por prevaricación y revelación de secretos por solicitar a la Fiscalía que actúe contra la presentadora por el uso que hace de su hija con fines lucrativos. Canalda, por el momento, prefiere guardar silencio.

Tampoco quiere entrar en polémicas su antecesor en el cargo, Javier Urra, aunque nos asegura que le llama “poderosamente la atención que este caso haya saltado a los medios”. Apoya la postura de su compañero e insiste en que “siempre que un ciudadano pone una queja al Defensor, él tiene la obligación de comunicarlo y tomar medidas. Éste es un caso más. La Fiscalía aún no ha empezado a estudiarlo, pero a raíz del informe valorará si debe intervenir o no”. Por eso, Urra no entiende el revuelo que se ha montado y tampoco las afirmaciones que están haciendo algunos periodistas y colaboradores. “Nadie se ha planteado quitarle la custodia a la madre, ni nada por el estilo. El único interés que se tiene es proteger a la menor”, confiesa.

Pese a las explicaciones que se están dando, lo cierto es que muchos no en- tienden por qué se ha actuado contra la Princesa de San Blas y no contra otros famosos que comercian con su vida privada y con sus hijos en las portadas de las revistas. Precisamente, Belén es uno de los pocos personajes populares que, salvo cuando nació Andrea, no ha vuelto a hacer ningún reportaje con ella y siempre que la niña sale en las fotografías se le ha de tapar la cara. Esto reabre la vieja polémica de si es lícito posar con los menores en el papel cuché a cambio de dinero y después exigir a los fotógrafos que no capten imágenes de los niños.

El negocio de las exclusivas

En los últimos meses hemos visto también en las portadas a Paz Vega, presentando en sociedad a su segunda hija, Ava. El caché de la sevillana es alto y en las pocas ocasiones en que ha posado en familia se ha embolsado unos 190.000 euros. También Jesulín de Ubrique, padre de Andreíta, y su esposa, María José Campanario, han vendido exclusivas con sus vástagos. Su caso llega a límites rocambolescos, pues bautizaron a su primogénita, Julia, a las once y media de la noche para proteger el reportaje.

En el universo de las celebrities internacionales tenemos muchísimos casos. Jennifer López cobró alrededor de cuatro millones de euros por enseñar la carita de sus mellizos. Brad Pitt y Angelina Jolie superaron esta cifra al nacer sus gemelos, cobrando unos nueve millones de euros, que donaron, eso sí, a la beneficencia.

Además, la baronesa Thyssen ha mostrado a sus gemelas, Carmen y Sabina, en la revista Hola en repetidas ocasiones. También el hijo de Carmen Cervera, Borja Thyssen, ha posado con su pequeño Sacha varias veces. La última exclusiva que vendió Borja con el niño, y donde anunciaba también un nuevo embarazo, le habría reportado unos 200.000 euros, según fuentes del sector.

Curiosamente, en España las cosas están muy claras desde el punto de vista legal. La ley estipula que si unos padres exponen permanentemente en los medios a sus hijos y comercian con su imagen, el Ministerio Fiscal podría demandarlos. Según dice el artículo 20.4 de la Constitución, la libertad de información tiene sus límites en el respeto a los derechos, en especial el del honor, a la intimidad de la propia imagen y a la protección de la juventud y de la infancia. Entonces, ¿por qué no actúa el Defensor del Menor en más casos?

En este mismo sentido se pronunciaba hace un tiempo el fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, que en un informe establecía lo siguiente: “Los casos de personajes públicos que explotan su intimidad, incluyendo la de sus hijos, se tratarán por el fiscal de acuerdo con el interés del menor, de modo que podrá llegar a entablarse la correspondiente demanda en interés del niño y contra sus progenitores y el medio informativo”. Sin embargo, nunca habíamos tenido noticia de una actuación como la de ahora con Belén Esteban.

Guerra de audiencia

¿Qué ha pasado en este caso? Muchos hablan de una guerra de audiencias entre Telecinco y Antena 3. Guste o no, la polémica rubia se ha convertido en un fenómeno mediático sin precedentes. De hecho, sus últimas apariciones en Telecinco han permitido a la cadena recuperar parte de la audiencia que había perdido durante los últimos meses.

Pero, al margen de los ejemplos anteriores, también existe la otra cara de la moneda. Hay un amplio grupo de personajes que llevan a rajatabla la protección de sus hijos. Es más, algunos de ellos, como la periodista y presentadora Marta Robles, en su día pidieron amparo al Defensor del Menor para evitar que sus retoños aparecieran en las revistas del corazón, y lo han conseguido. Otra que acudió a los tribunales fue la hermana de la princesa Letizia, Telma Ortiz, quien el año pasado pidió en vano que las revistas no publicasen fotos de su hija.

También Alberto Martín Caballero, ex marido de Lydia Bosch, recurrió para preservar la intimidad de sus dos hijos pequeños en medio de su polémico y mediático divorcio. Un caso singular es el del torero Francisco Rivera, que no permite que se publiquen imágenes de su hija Cayetana en la prensa y amenaza con demandar a quien se atreva a hacerlo. El torero ha defendido, incluso a tortas con los paparazzi, la intimidad de la niña. Sin embargo, es frecuente que la saque al ruedo cuando acaba de torear y dé la vuelta a la plaza mostrándola al público y a los fotógrafos presentes.

Y antes de marcharse a Washington los duques de Palma hablaron con los directivos de los principales medios de comunicación para rogarles que, a partir de ahora, no publiquen fotografías de sus cuatro hijos. Parece que la infanta Cristina está angustiada por la constante aparición de Pablo, Juan, Nicolás e Irene en la prensa y quiere aprovechar su estancia en Estados Unidos para darles un poco de privacidad y conseguir que crezcan en el anonimato.

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