Cortejo independentista a Podemos

“Para culminar con éxito el proceso, necesitamos ensanchar la base social favorable a la independencia. Y en este caso, es crucial que los comunes se sumen”. La frase es de un dirigente de la Candidatura de Unidad Popular (CUP), uno de los partidos catalanes favorables a la secesión. Y no es baladí. Tanto esta formación como el Partido Demócrata Europeo de Cataluña (PDeCAT), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la Asamblea Nacional Catalana (ANC) u Òmnium Cultural son conscientes de que la masa social que apoya la independencia es aún insuficiente. Roza el 47%, según los votos de las últimas autonómicas. Y en sus documentos internos hacen continuas referencias a esa necesidad de “ensanchar la base social del proceso”.

La vista en las confluencias

Por eso, los ojos de los independentistas se han vuelto hacia los comunes, es decir, hacia las confluencias formadas por Podemos, Guanyem (el partido de Ada Colau) e ICV. “Hemos sondeado a Podemos, pero no tomarán ninguna iniciativa. Solo en el caso de que se produzca una desobediencia masiva de instituciones municipales como consecuencia de la prohibición del referéndum, se sumarán a la protesta”, añade la fuente antes citada.

Desde las filas independentistas se obvian las críticas a las confluencias. Pero desde estas, en cambio, no se privan de criticar la deriva de confrontación de los independentistas. Y es que la estrategia de desobediencia a las leyes y las sentencias que proponen PDeCAT, ERC y la CUP no son plato de gusto de la izquierda plural catalana. Es más: los comunes tienen un componente no independentista que no hay que desdeñar. “Podemos no ha entrado en la operación de creación de Un País en Comú [el nuevo partido que incorpora a ICV, a Guanyem y a un sector crítico de Podemos] precisamente por el tema de la independencia”, señala a TIEMPO un miembro del Consejo Ciudadano de Podemos en Cataluña.

Desde Madrid, no se ha interferido en la decisión de Albano-Dante Fachín, líder de Podemos en Cataluña, de no sumarse al proyecto, pero lo cierto es que desde la cúpula del partido ha habido declaraciones para que la dirección catalana de la formación se sume a la refundación de la izquierda.

Y el mismo Iglesias se muestra más proclive que Fachín a formar parte de la propuesta liderada por Ada Colau y a asumir la reivindicación de un referéndum independentista.

Desde las filas secesionistas se aduce que los comunes “están muy cerca de nosotros. De hecho, en sus programas electorales reivindican el derecho a decidir. En lo único que diferimos es en la estrategia, puesto que la desobediencia no entra en sus planes”. ¿Se solucionará eso con negociaciones a corto plazo? Difícilmente. “No se puede convocar un referéndum ilegal. No se pueden saltar las leyes. El referéndum ha de ser pactado con el Estado”, responden desde las filas podemitas. 

Convocatoria del referéndum

Y todo se une a la presión de la CUP, que exige al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que convoque el referéndum cuanto antes. “Hemos sido muy prudentes. No proponemos fecha, pero queremos que el president se moje y diga ya cuándo será para visualizar que esto va en serio, que no hay marcha atrás. Es decir, queremos que se den pasos, como el encargo de la fabricación de las urnas, que era una de las condiciones”, reconocen a TIEMPO desde la CUP. Eso sí, los antisistema aprietan al presidente catalán para “que no sea una convocatoria fantasma, sino con condiciones. Y que tenga efectos vinculantes y jurídicos”.