¿Brote psicótico?

Una vez mas y por desgracia, la psiquiatría y la enfermedad mental están ocupando las primeras paginas de los medios de comunicación. Y digo por desgracia por que los enfermos psíquicos sólo aparecen en la prensa escrita, radio o televisión por hechos luctuosos y dramáticos. En esta ocasión ha sido un adolescente de tan sólo 13 años, quien ha matado a un profesor y ha herido a 4 personas. Y lo ha hecho según nos dicen las primeras informaciones, gravemente enfermo por un pensamiento trastornado y afecto de un mas que posible “brote psicótico”.

El menor llevaba además de una ballesta artesanal, una mochila con ropa de camuflaje y una botella con un líquido presumiblemente inflamable. Según declaraciones de una alumna del instituto, el infante-agresor presumía de tener un arsenal en su casa y de ser gran aficionado a las armas y al ejército. Al parecer, había confeccionado una lista negra de gente a quien iba a matar en la que incluía a alumnos y profesores que no eran de su agrado. Todo al mas puro estilo de telefilme americano, pero esta vez era aquí, en España, en la ciudad condal.

Pronto han empezado a oírse opiniones sobre que es lo que motivo a un púber a  actuar de esta forma tan abyecta; si era previsible un hecho de esta magnitud; la importancia que las truculentas series de televisión que acostumbraba a ver hayan podido tener; si hay que modificar la ley del menor para dar respuesta mas contundente ante casos como este; si la sociedad es la responsable indirecta de este tipo de conductas. En fin, toda una amplia y variada gama de valoraciones, criticas y comentarios, de expertos, pseudoexpertos y tertulianos oficiales y no oficiales.

Los que llevamos tiempo estudiando la mente humana, este hecho no nos sorprende en exceso. Las conductas que tenemos las personas son imprevisibles, en muchos casos inevitables y puntualmente sórdidas y crueles. No siempre que hay un comportamiento dañino existe una enfermedad mental, pero también es cierto que ciertas alteraciones psiquiátricas pueden expresarse a través de conductas gravemente destructivas y llamativas. No son la norma sino la excepción y eso debe quedar claro, aunque la ampulosidad y absurdez del hecho pueda dar otra impresión.

Lo que ha ocurrido en Barcelona a fecha de hoy está por aclararse, no obstante los datos iniciales van todos en la misma dirección: psicosis. Es decir la enfermedad mental más grave y dañina, la enajenación mental por antonomasia, la locura con mayúsculas. Este adolescente, casi niño, parece haber sufrido una psicosis breve, psicosis reactiva, o “brote psicótico”. Es decir ha estado “fuera de si” durante un tiempo, y ello le ha llevado al paso al acto y a la comisión de tan distorsionado y aberrante comportamiento. Estas alteraciones son raras en esas edades y además suelen tener un periodo “prodrómico” o de inicio, pero, o no ha sido este el caso, o no se ha sabido valorar adecuadamente.

Por mucho que nos duela y angustie estas situaciones son difícilmente previsibles y en muchos casos inevitables. La condición humana es así. En un momento el relámpago cruza el cielo y la tormenta descarga con toda su fuerza, aunque luego, a toro pasado, muchos digan que ya se venía venir.