Bloqueo perpetuo
02 / 09 / 2016 Clara Pinar
La elección de un nuevo presidente no solucionará fácilmente el problema de gobernabilidad que supone un Parlamento tan fraccionado. Aprobar los presupuestos o afrontar el desafío independentista en Cataluña exigirán complicadas mayorías. Y, por si fuera poco, la parálisis podría extenderse a Galicia y al País Vasco tras las elecciones del 25-S.
Llevar casi nueve meses ya sin un Gobierno con plenas labores ejecutivas no es la única anormalidad que vive España en estos días. Nunca un Gobierno en funciones lo fue durante tanto tiempo. En concreto, 256 días desde que el 22 de diciembre el BOE publicara el cese del presidente y sus ministros hasta el 2 de septiembre, segunda votación de investidura de Mariano Rajoy. Tampoco un país europeo había repetido elecciones en menos de un año desde después de la Segunda Guerra Mundial. Rajoy ha hecho esta advertencia en varias ocasiones y el cálculo de los días que España lleva sin Gobierno ya es un clásico que se hace más emocionante a medida que la cifra se acerca a los 289 días sin Gobierno del caótico Irak o a Bélgica, un país que en 2010 provocaba la incredulidad por su incapacidad para tener un primer ministro hasta pasados 541 días de las elecciones y al que los más optimistas ya creen que terminaremos arrebatando la medalla de oro en estos particulares Juegos Olímpicos del desgobierno.
