Banderas, no tan zorro en los negocios

25 / 09 / 2017 Charo Carracedo
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“Se hace país con quien se la juega”, afirma el actor que lleva treinta años poniendo en marcha proyectos con suerte desigual.

En 2008 recogiendo el premio Donostia

Un cineasta extraordinario, querido y admirado a nivel nacional e internacional; el primer español capaz de hacerse un nombre en Hollywood y el actor que ha abierto camino para otros actores y actrices españoles en la meca del cine. Esos son los logros que han hecho de Antonio Banderas merecedor del Premio Nacional de Cinematografía que el Ministerio de Cultura le entregará el próximo 23 de septiembre en el marco del Festival de San Sebastián. A sus 57 años culmina un tiempo mágico en su vida en el que ha superado el susto que le dio el infarto que sufrió en enero, tras el que le implantaron tres stends, y  disfruta feliz del amor de su novia la espectacular Nicole Kimpel, y del de su hija, Stella del Carmen, que cumplirá 21 años justo al día siguiente de que él reciba este prestigioso galardón.

Del premio se enteró en julio estando en Isquia (Italia), donde participaba en el Festival de cine, acompañado por su inseparable Nicole, después de haber pasado por Miami, Londres, Nueva York, Málaga, Gerona y Marbella en poco más de un mes. Al malagueño, hijo de policía y profesora de instituto, en España ya no le queda nada por recibir. Tiene el Goya de honor, y cuatro Goyas como mejor actor; el premio Donostia, la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes, la Biznaga de oro de Málaga, el premio Camino Real que le entregó en abril el rey Felipe en la Universidad de Alcalá de Henares, el premio de la Escuela Superior de Artes Escénicas que recogió en junio en Málaga…

El prestigio de este Premio Nacional de Cinematografía, dotado con 30.000 euros, le consolará del disgusto que se llevó cuando su proyecto de crear un centro multicultural en los antiguos cines Astoria y Victoria de Málaga fue duramente criticado. “El dinero que he ganado como profesional ha sido básicamente fuera de mi tierra, viviendo en aeropuertos y hoteles y sin ver crecer a mis hijos. A Málaga vengo a gastármelo” dijo dolido. “Nunca pasó por mi cabeza que el proyecto fuese rentable. La idea era más bien la contraria”.  Pero Antonio no renuncia fácilmente a sus sueños y menos al de crear y dirigir su propia compañía teatral permanente en Málaga, así que el teatro Banderas de Málaga tal vez algún día sea una realidad.  De momento “no quiero hablar de dinero público; viene muy envenenado. Pero continúo con esto y en los próximos días iré a cerrar el asunto. El teatro me ha querido y yo no lo he abandonado”, dijo el pasado día 12 de septiembre durante la presentación en Madrid de Vibuk , una red social para actores, que la usan para ofrecer sus servicios y contactar con productores y directores de reparto. Banderas no solo es el rostro de la empresa sino que se ha convertido en parte activa al entrar en el accionariado con un 25%.

En agosto pasó también por España para cumplir con dos de sus grandes compromisos personales: la gala benéfica Starlite que tuvo lugar el domingo 13 en Marbella, con la que recaudó fondos para su Fundación Lagrimas y favores, y en la que un jeque árabe llegó a pagar hasta 20.000 euros por su beso con Nicole; y la fiesta de su 57 cumpleaños, que se celebró tres días antes, el 10 de agosto, en su casa La Gaviota, -la misma que perteneció a Encarna Sánchez-, rodeado por supuesto por su familia y sus “amigos de siempre”. La fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada y no faltaron Valeria Mazza y su marido Alejandro Gravier, ni su íntimo amigo, Enrique Ponce, quien bailó divertido a lo Michael Jackson, al son de Billie Jean, acompañado por Sara Baras, presente.

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