Algo de luz en los archivos militares
15 / 02 / 2012 11:55 Antonio Rodríguez
Defensa estudia desclasificar 10.000 documentos secretos sobre la Guerra Civil, la participación española en la Segunda Guerra Mundial y el periodo franquista hasta 1968.
La primera desclasificación a gran escala en España de archivos militares secretos está más cerca que nunca. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, recibió de su antecesora en el cargo, Carme Chacón, un informe para cancelar la clasificación de secreto que aún conservan 10.000 documentos castrenses sobre la Guerra Civil, la participación española en la Segunda Guerra Mundial y acontecimientos más recientes del periodo franquista hasta 1968, como la guerra de Ifni, planes a posibles amenazas de invasión y claves criptográficas. Un “patrimonio documental de gran interés para los historiadores”, según se explica en la propuesta de acuerdo del Consejo de Ministros, a la que ha tenido acceso Tiempo, y en la que se subraya que su divulgación no constituye, en la actualidad, “riesgo real alguno para la seguridad del Estado”.
La ley española de secretos oficiales, que data de 1968 y por tanto es preconstitucional, no establece ningún plazo de desclasificación, como ocurre en Estados Unidos u otros países de nuestro entorno. Además, el criterio de que la publicidad de dichos documentos era una amenaza para la seguridad y defensa del país ha primado siempre por encima de cualquier otra consideración.
El anterior Ejecutivo pidió a las Fuerzas Armadas que estudiasen qué documentos secretos, reservados y confidenciales anteriores a 1968 se podrían desclasificar ahora. El resultado es una lista de 42 apartados aptos para la desclasificación en función del archivo en el que estén depositados. La documentación más interesante, a priori, es la del Ejército de Tierra: de la Guerra Civil se mantienen aún bajo secreto bandos de guerra, órdenes de batalla, datos sobre detención de extranjeros y actos de censura, información sobre campos de concentración, actos de espionaje y hasta información sobre “desembarcos alemanes” en el sur de España y nombres de “protegidos y agentes franceses”.
Sobre el periodo que va de 1939 a 1968 hay documentos sobre “batallones de soldados trabajadores, arrestos, denuncias, deserciones, sospechosos y sabotajes”, así como líneas de fortificación a lo largo del Pirineo o actividades en Marruecos, entre otros documentos.
El informe llegó en octubre.
La Armada, por su parte, cuenta con claves y material criptográfico anterior a 1968, informes y evaluaciones de su propio personal militar, un fondo documental de las marinas republicana y nacional durante la contienda civil, y una prolija documentación de los años 1940 a 1946 sobre incidentes con buques ingleses, italianos y alemanes en aguas españolas, hundimientos, recogida de náufragos e información sobre buques de guerra del Eje, entre otros apartados.
Por último, el Estado Mayor de la Defensa dispone de planes de reorganización de las Fuerzas Armadas o de “contingencia para hacer frente a posibles amenazas para la defensa nacional”, que podrían ver ahora la luz, mientras que el Ejército del Aire ofrece información sobre operaciones militares, planes estratégicos, movimientos de fuerzas o aeronaves militares o sobre el estado “de la eficacia operativa y moral de las unidades” hasta la citada fecha de 1968.
Chacón no pudo desclasificar toda esta información secreta ya que el informe llegó a su mesa en octubre del año pasado, con el Gobierno socialista ya en funciones. El PP podría empezar ahora por estos documentos su proyectada ley sobre transparencia pública, que remitirá a las Cortes en los próximos meses.
