Verónica Forqué
01 / 09 / 2014 Karmentxu Marín
Se encuentra cómoda en el teatro clásico, representando a Juana la Beltraneja, sobrina de Isabel la Católica, que la dejó sin trono. Su práctica de la meditación y el yoga dice que le ayuda en la escena y en la vida. Además de la lectura, y de estar con su ‘pequeña familia’, lo que más le gusta es el trabajo.
“La monarquía me parece cosa de otra época”
Recorre España con Así es si así fue, de Juan Carlos Plaza Asperilla, donde pone a escurrir a su tía Isabel la Católica. ¿Usted hubiera querido ser reina de Castilla?
Ni de Castilla ni de ninguna otra parte. Primero porque la monarquía me parece cosa de otra época.
¿Y luego porque le da pereza lo de Letizia?
Y tener toda tu vida programada, y perder tu libertad, aunque no es que tengamos mucha. Pero esa cosa de sentirte tan adorada por todo el mundo, no se sabe muy bien por qué, me resultaría muy inquietante. Prefiero ser La Beltraneja.
La obra habla de los siglos XVI y XVII, pero los poderosos, los vicios, los deseos, las virtudes y los amores son muy parecidos a los actuales. ¿No aprendemos?
No aprendemos. O aprendemos muy despacito, y nos quedan muchos siglos, si es que el Planeta llega a sobrevivir. Las bajas pasiones eran igual de bajas en el siglo XVI que ahora: el ansia de poder, de riqueza, de ser admirado, amado, y el ansia de fundirse con lo divino. Hay una parte muy bonita dedicada a los místicos, con poemas de Teresa de Jesús y de Fray Luis de León.
En eso no se parecen las épocas. Hoy hay pocas Teresas de Jesús.
Desgraciadamente. Si no, el mundo estaría mucho mejor de lo que está. Afortunadamente, las hay, y yo las admiro. Lo que sí hay más son inquisidores.También. Ahora los peores inquisidores son la extrema derecha y los bancos. Antes era la monarquía.
Cuando hizo, también en teatro, Shirley Valentine, tuvo que darse al vino blanco para llevar adelante la obra. ¿Con qué riega a La Beltraneja?
Con mucha, mucha agua del tiempo. Hablamos tanto que mis tres compañeros y yo tenemos junto al atril una mesita con agua. Y La Beltraneja, pobre: a los 17 años ingresó en el monasterio de Santa Clara de Coimbra, después de haberse casado dos veces, y murió a los 68 años sin haber salido del convento.
Espero que no se le ocurra imitarla en esto.
Bueno, me imagino vidas peores. Me gustaría ser una monja como sor Lucía Caram o la Teresa Forcades. Estas monjas me gustan mucho.
Tiene cuatro goyas. Pero últimamente se dedica más al teatro. ¿No hace honor al cabezón de la Academia de Cine?
El cine hace poco honor a todo el mundo. Hay muy pocas películas, y, cuando pasas, además de una edad, y eres mujer, es más complicado todo. Pero no me quejo. Ya he hecho películas. Ahora hago otras cosas.
En la nueva temporada estará en televisión, en La que se avecina, de Telecinco. Siempre ha dicho que casi no ve televisión. ¿No aguanta ni las series en las que participa?
Verme no es una cosa que me resulte gratificante. Una de las buenas cosas que tiene el teatro es que no te ves. Te ven los demás, y recibes lo que te cuentan.
¿Sigue hablando con las plantas?
Sí. No les cuento cosas importantes, pero las animo a que sigan viviendo.
¿Y qué opinan de la hija de Enrique IV?
Ellas están a favor totalmente. Son de La Beltraneja.
Siempre ha tenido un gurú, un maestro espiritual. ¿Ve en esa línea a De Guindos, Montoro o Rajoy?
No. Ni creo que lo pretendan. ¿O sí? Maestros espirituales no son.
¿Y los hay en el Parlamento o en la Conferencia Episcopal?
En la política no veo ninguno. Este Papa me cae más simpático que los anteriores, pero vamos a ver si realmente consigue hacer algún cambio en profundidad.
