Rafael Ansón

Acaban de homenajearle cocineros y empresarios de forma multitudinaria, con Arzak y Ferran Adrià a la cabeza. Presume de haber acabado con el monopolio de Francia en este campo.

¿Se puede vivir toda la vida del comer bien, como ha hecho usted?

La verdad es que yo he trabajado mucho. Fui director general de RTVE y asesoro a muchas empresas. Vivo del mundo de la comunicación. Es verdad que he disfrutado mucho con la gastronomía, pero es mi hobby y no cobro nada.

Es exquisito desde el biberón. No se lo tomaba si no tenía buena temperatura.

Eso decía mi madre, que yo lo escupía. Ella era una persona muy especial, y en vez de decir: este niño que se lo coma, lo probaba y, si lo encontraba espeso, me lo cambiaba.

¿Cuántos kilos es capaz de ponerse en unas navidades?

Ninguno. No engordo nunca. Yo como de todo poco y tengo suerte.

¿Qué porcentaje tiene esto de ciencia y cuánto de cuento?

Tiene mucho de cuento y de esnobismo. Pero cuando le dedicas tiempo te das cuenta de que la realidad es la materia prima, los alimentos, las bebidas. Y luego la cocina es como todo. A mí me gusta más la catedral de León que el Guggenheim, pero lo que sale en el periódico es el Guggenheim.

¿La gastronomía española es lo más?

En vanguardia, creatividad e innovación, la número uno del mundo con diferencia. Todos nos copian.

Su hermano en la RAE y usted en otra Academia, la de Gastronomía. ¿Cuál le parece más divertida?

Mucho más divertida la de Gastronomía.

¿Dónde ha tenido más contestación: en su academia o en Radiotelevisión Española?

No tiene nada que ver. Aquí, contestación ninguna. Les parece todo bien.

Estudió en el colegio del Pilar. ¿Los pilaristas son pijos?

Bueno, yo creo que sí. La verdad es que nos encanta ser pilaristas. Sí, somos muy particulares y tenemos un sentido muy especial de la libertad.

Empresario de imagen y comunicación, ¿cuál de nuestros políticos necesita un repaso al respecto?

El que tendría que haber hecho otro tipo de estrategia de comunicación es el presidente Rajoy, porque creo que ha hecho cosas muy bien y, más que hacerlas mal, ha dejado de hacer cosas. Y en cambio la imagen que tiene y la campaña que ha habido contra él ha sido destructiva.

¿Usted es más de Ansón o de Anson?

No, yo soy de Ansón. Anson es “hijo de Ana”, y si venimos de un lord o de un soldado, eso ya no lo sabemos. Mi padre se llamaba Ansón y yo también.

¿Cuál es su chef favorito?

Con el que mejor lo paso, sin duda Juan Mari Arzak.

Dijo una vez que la reina Sofía comía mejor que su marido. ¿Letizia come?

He estado hace poco con ella y tiene una figura maravillosa. Sabe muchísimo de nutrición. Me he quedado asombrado de lo que ha aprendido. Creo que se ha dado cuenta de que se puede comer maravillosamente bien y tener una figura muy estilizada, que es lo que ella quiere.

¿Sabe lo que es pasar hambre?

Sí. No me acuerdo mucho porque pasé mucha hambre con 4, 5 y 6 años, después de la guerra. Pero sí recuerdo cuando empecé a comer bien, y cuando tuve la sensación de que podía comer todo lo que quería. Porque en casa con un poquito de mantequilla mi madre nos ponía mantequilla a los cuatro. Recuerdo muy bien la escasez que había. Sensación de hambre, no; apetito, puede ser.

Ha creado 30 academias de gastronomía en el mundo y 17 en España. ¿Para cuándo su efigie en las Naciones Unidas?

Eso digo yo, que para cuándo [ríe]. He hecho como Santa Teresa, pero en vez de monasterios he creado academias. Ella contribuyó al bienestar espiritual y yo en otro sentido. Es muy divertido, porque te genera muchas satisfacciones y muchas posibilidades de ayudar a España.