Patxi López

28 / 04 / 2017 Luis Calvo [Foto: Paco Llata]
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Candidato a la secretaría general del PSOE

“Todo lo que hemos visto estos días avala nuestra defensa del no a Rajoy”

Patxi López se niega a asumir el papel de invitado a las primarias que sus rivales se empeñan en asignarle. Sigue confiando en que los militantes optarán por la unión en lugar de por el enfrentamiento entre compañeros. Lo hace, además, con pasión. Se le encienden los ojos cuando habla de recuperar la esencia de un partido en el que lo ha sido casi todo. Solo le falta la secretaría general, una aspiración a la que hace un año había renunciado y para la que ahora corre contra Susana Díaz y Pedro Sánchez.

Vistos los acontecimientos de los últimos días, ¿fue un error la abstención?

Yo defendí votar no a este Gobierno hasta el final, pero perdimos. El PSOE adoptó una decisión de forma democrática, después de un debate y una votación. Una vez tomada, y en esas condiciones, había que acatarla. Eso no quita para que todo lo que estamos viendo estos días avale nuestra defensa de votar que no a Mariano Rajoy. Mientras se imponían a este país grandes sacrificios, algunos en el PP estaban ideando sistemas para saquear los recursos públicos. El PP está anegado de corrupción. Y ya no vale que Rajoy diga que no sabía nada.

¿Cree que sí lo sabía?

No lo sé, pero lo que tiene que hacer es dar explicaciones a este país. Lo que tiene que hacer es limpiar su partido y asumir responsabilidades. No vale con la dimisión de Esperanza Aguirre, que más que una asunción de responsabilidad, parecía una huida para no dar la cara. Ya no vale con eso. Y luego está todo lo que hemos visto: un ministro mandando sms, un fiscal evitando las investigaciones... Esto exige dimisiones, exige responsabilidades. El Partido Popular no se puede ir de rositas en estas cuestiones.

Hace un año había renunciado a liderar el PSOE. ¿Por qué quiere hacerlo ahora?

Tras aquel fatídico Comité Federal del 1 de octubre recibí mensajes de mucha gente en la que creo y en la que confío, con la que he compartido muchas cosas. Me pedían que ayudase a evitar un choque de trenes que pusiera en riesgo el partido. A mí el PSOE me lo ha dado todo y ante el riesgo de ruptura no me puedo poner de perfil. Mi opción, casi una obligación, es la de volver a unir al partido, volver a integrar sensibilidades, ideas, propuestas, compañeros y compañeras que no piensan lo mismo para recuperar una senda compartida. 

¿Su candidatura no buscaba cortar el paso a Pedro Sánchez?

No, lo dije el mismo día que lo hice público: yo no me presentaba para impedir que otro lo hiciera. Al revés. Animé a todo aquel que tuviera ganas a que diera un paso al frente. Estamos en un momento en el que los militantes tienen derecho a escuchar distintas opciones, pero también en el que tienen que ser escuchados. No vale decir que es la hora de los militantes, pero luego recurrir a ellos solo para llenar los actos y agitar banderas.

Los sanchistas le tachan de traidor.

Una de las cosas que estoy viendo y que no he visto en otros conflictos del PSOE, y he vivido unos cuantos, es este nivel de agresividad, de descalificación, de llamar a los compañeros traidores o fascistas, de clasificar a los militantes en bueno o malos, de izquierdas o derechas, rojos o azules... Creo que debemos recuperar esos valores de la cultura del partido que hemos perdido en el camino: fraternidad, lealtad, debate... Las primarias son un magnífico instrumento para escuchar a los militantes, no las convirtamos en un circo romano de violencia. 

¿Le molesta que Sánchez se proclame el candidato de la izquierda?

No me gusta nada ese discurso de “yo soy el bueno y tú el malo, o conmigo o contra mí”. O el de “soy el candidato de izquierdas, del siglo XXI y de los militantes”. Como si los demás fuéramos otra cosa. Todos tratamos de definir el proyecto que creemos mejor para el PSOE. Yo defiendo un PSOE claramente de izquierdas en que el objetivo no puede ser acompañar al PP, pero tampoco buscar una alianza ciega con Podemos. Cuando a los partidos socialistas se les identifica con las políticas de la derecha, o se limitan a ponerles parches, pierden. Y cuando se envuelve en banderas de cierto izquierdismo “puro”, que promete asaltar el cielo pero es incapaz de cambiar la tierra, también. Debemos definirnos en una izquierda, alternativa clara a la derecha, capaz de atraer a la mayoría progresista de este país.

Le veo muy crítico con el papel de la socialdemocracia.

Yo soy muy crítico con ese papel de acompañante que hemos tenido de las políticas de derechas. Hemos comprado todos los dogmas del liberalismo. Empezamos con que las reglas del mercado eran fijas y no se podían cambiar. Compramos que la economía era otra cosa, independiente de la política, en lugar de que fuese esta la que se encargara de definir esa economía. Compramos lo de que solo los empresarios creaban empleo en lugar de poner en marcha al Estado emprendedor capaz de fomentar sectores estratégicos...

Suena a enmienda de los últimos Gobiernos socialistas.

Yo no digo que no hayamos conseguido avances, digo que no nos dimos cuenta de que estaba cambiando todo y manteníamos las mismas respuestas. Pensamos que ya lo habíamos hecho prácticamente todo con construir el Estado del bienestar y dejamos al lobo al cuidado de las ovejas. Fue cuando muchos partidos socialdemócratas europeos pusieron en marcha lo que se llamó tercera vía, que era básicamente partidos de izquierda haciendo políticas muy parecidas a los de derechas. 

De vuelta a las primarias, ¿habrá integración el día después?

Mi voluntad es esa. Si gano lo primero que haré será llamar a los otros candidatos y sentarlos en una mesa. Se acabó la broma, hay que ver cómo integramos de verdad. Y si no soy elegido, llamaré a quien haya ganado.

¿Está dispuesto a participar en la nueva dirección?

No se trata de que esté yo, pero sí gente de todas las sensibilidades. Yo creo que tenemos la obligación de integrar e integrarnos. Es la única forma de conseguir un partido unido. No podemos permitirnos el lujo de repetir congresos como los dos últimos, fallidos, en los que quienes perdían se quedaban organizando una especie de oposición interna. Eso nos llevaría al desastre.

¿Cree que Susana Díaz o Pedro Sánchez pretenden integrar?

Yo solo puedo hablar por mí. Pero a veces veo, no tanto en los otros dos candidatos, pero sí en gente que les rodea, que su voluntad es cargarse a los rivales. Estas primarias no son para eliminar a Pedro o Susana. Estas primarias son para salvar el PSOE. Si alguien lo que espera de este proceso es que rueden cabezas, que no me vote, por que yo no lo voy a hacer.

Sánchez quiere reconocer Cataluña como nación. ¿Está de acuerdo?

No creo que ese sea el debate. Un país antes que nada es un pacto entre ciudadanos y ciudadanas libres, con sentimientos de pertenencia diversos, pero que quieren convivir con derechos y libertades iguales. Respecto a lo que está ocurriendo en Cataluña, que no es un problema catalán, sino de todos, tenemos que dar respuestas más allá de la nomenclatura. Si ese problema en mayúsculas, que así no tiene solución, lo desbrozamos y vamos dando respuestas concretas a los problemas que lo componen... Por eso la propuesta socialista es un modelo federal que reconoce una España diversa y plural, que responde a la financiación, al marco competencial...

¿Considera vigente la Declaración de Granada?

Sí. 

Desde que la aprobaron se han hundido en el País Vasco, Cataluña, Galicia...

Pero no tiene que ver con eso. La razón primera es el hundimiento general del PSOE. Permítame que hable de Euskadi, que es lo que más conozco. Allí cuando el PSOE va bien, el PSE va mejor. Y cuando va mal, vamos peor. Hay una relación evidente. Y después porque las últimas elecciones coincidieron con un momento de división interna evidente. Ahora que hemos definido otra posición y buscado entendimientos con otras fuerzas, que damos estabilidad a las instituciones y seguridad a los ciudadanos, estamos volviendo a remontar. 

¿Se presentará pase lo que pase con los avales?

Sin duda. Yo he oído de todo desde que di el paso: que pactaría con unos o trataba de perjudicar al otro. Lo que necesita el PSOE no es el choque de trenes, esa polarización en la que algunos se mueven encantados, sino tratar de unir. Habrá una papeleta con el nombre de Patxi López, que querrá decir unidad e izquierda. 

¿Cree que puede ganar?

Claro que sí. Hay campañas que pueden ser más visibles que la mía, pero yo estoy en contacto directo con los afiliados y veo que hay una mayoría de militantes silenciosos, que no hacen tanto ruido, ni ondean banderas ni cantan tantas internacionales, pero que lo que quieren es no ver a su partido roto. Quieren volver a reconocerse en un proyecto de izquierdas claro, como alternativa, sin matices y sin complejos.

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