Morgan Freeman y Michael Caine
Actores
“Los selfies son muy molestos. Se acercan y disparan. ¿Quiénes son?”
En la comedia Un golpe con estilo, Michael Caine, de 84 años, y Morgan Freeman, de 79, planean un robo en un banco porque les han quitado su pensión.
A ustedes se ve que les gusta rodar juntos ¿Qué hace tan buena esa cooperación?
Michael Caine: La tranquilidad entre nosotros.
Morgan Freeman: Sí, justo eso, es como nuestra zona de confort.
¿Hay rivalidad en el set?
M.F.: A nuestra edad, no.
M.C.: No nos falta nada. No se me ocurre nada que uno de nosotros tenga y el otro no.
¿Sienten algo así como presión?
M.F.: Ante la exposición pública, yo sí siento presión. Pues no puedo caminar por la calle, ni ir a comprar o pasear. Para mí es una molestia.
M.C.: Yo salgo a pasear, me pongo una gorrita y no me reconoce nadie.
M.F.: Es increíble. Lamentablemente yo he perdido esa capacidad.
¿Les parecen molestos los selfies?
M.F.: Muy molestos. Sencillamente se acercan y disparan. Yo siempre pienso: “¡Déjame en paz! ¿Quién eres tú?”.
M.C.: Que me hagan fotos no me molesta, pero tener que firmarlas lo odio, pues sé que luego las venden. En cierta ocasión di un autógrafo y el tipo no podía leer mi nombre. Y me preguntó: “¿Cómo se llama?”.
M.F.: [Ríe]. Sí, eso pasa. La gente se te acerca y te pregunta: “¿Es usted famoso?”.
M.C.: Entre 75 y 100 dólares [entre 69 y 72 euros] cuesta un autógrafo mío en Internet.
En la película hay una escena en la que ustedes y Alan Arkin están viendo el reality The Bachelor...
M.F.: Todo el mundo nos habla de esa escena.
M.C.: Es realmente sorprendente. Nunca lo habíamos visto antes. Yo ni siquiera sabía lo que era.
¿Con qué se relajan en su tiempo libre?
M.C.: Me gusta estar en mi casa de campo. Tengo tres nietos, con ellos me relajo. Además cocino con mis propias verduras y me gusta el jardín.
M.F.: Yo juego al golf. Hago deporte regularmente. Y tengo la suerte de pasar el tiempo con una señora relativamente joven, en todo caso más joven que yo, y que es increíblemente atractiva. Eso da mucha vida.
En la película hablan ustedes a menudo sobre la muerte. ¿Eso es algo sobre lo que reflexionan también en la vida real? ¿Les preocupa?
M.F.: ¿Si me preocupa la muerte? Para nada, ¿Para qué?
M.C.: Por Dios, no. En algún momento te tienes que ir. No importa para nada.
Tras todos estos años ¿Qué les empuja a seguir trabajando?
M.F.: No sé, si no, ¿qué podría hacer en la vida? ¿Jubilarme? ¡Ni pensarlo! Nada me parece más lejano.
M.C.: Yo quiero seguir siendo actor siempre, porque la jornada de trabajo acaba pronto... y te pagan. [DPA]