Miquel Iceta

Está convencido de que ningún alcalde socialista desafiará la legalidad el próximo 1 de octubre y advierte de que el clima de confrontación que vive Cataluña es un mal presagio. 

Miquel Iceta (Barcelona, 1960) llega al hotel donde se celebra la entrevista sonriente. Incluso en un momento de tensión como el que vive Cataluña es difícil que el primer secretario del PSC pierda su humor característico. Poco amigo de los agoreros, prefiere centrarse en el día después del 1 de octubre, cuando hayan pasado los fuegos de artificio y siga siendo necesario buscar una solución. 

P_ ¿Qué va a pasar el día 1?

R_  No lo sé. Ni creo que nadie lo sepa. Lo que sí sé es lo que no va a pasar. No va a haber un referéndum efectivo, vinculante y con garantías que es a lo que se había comprometido el Gobierno de Cataluña.

P_ Si gana el sí, Puigdemont amenaza con declarar la independencia.

R_  Es que eso ya se ha hecho varias veces de otra maneras. Se ha dicho que Cataluña es soberana, que no tiene que obedecer al Tribunal Constitucional, se ha aprobado una ley fundacional de la república… Es la demostración de que tú puedes hacer muchas cosas en las instituciones, pero que si te saltas las reglas, no tienen validez. La ley del referéndum duró 48 horas. Si hay una declaración de independencia durará eso, 48 horas. 

P_ ¿Debe el Estado evitar que se vote?

R_ Yo creo que lo que debemos es encontrar una solución. Y en eso el Gobierno de Cataluña y el Gobierno de España tienen responsabilidad. Los Gobiernos tienen la obligación de hacer cumplir la legalidad, pero esa no puede ser su única función. Si no bastaría con tener jueces. Yo espero que la vía política, que es la única que permite dentro del marco legal evolucionar y acordar, se retome pronto.

P_ Pero, ¿son un error las detenciones del pasado miércoles?

R_ El error fundamental es emprender una vía ilegal. Y eso implica consecuencias que luego a nadie le gustan. Quien incumple la ley se expone a una sanción penal. En España hay un sistema de separación de poderes. Las actuaciones que ordenan los jueces se tienen que llevar a cabo, te gusten más o menos, y son ellos quienes deciden después si hay un delito o no. No el resto de ciudadanos.

P_ Hay alcaldes socialistas que pretenden ceder locales.

R_ Yo creo que ninguno se saltará la ley.

P_ Alguno dice que está dispuesto.

R_  Bueno, decir es decir, pero hacer… Yo creo que ninguno se va asaltar la ley. Estoy convencido de que ninguno dará ninguna instrucción que ayude a la celebración del referéndum. Pero también estoy convencido de que si lo hace tendrá que rendir cuentas ante la Justicia.

P_ Colau, a quien ustedes apoyan, dice tener un acuerdo para ayudar a votar.

R_ Yo es que no sé cómo es ese acuerdo. Y que no lo sepa yo no tiene importancia. Lo importante es que no lo sabe nadie. Ella dice que tiene un acuerdo, pero no lo enseña. Son esas cosas de la nueva política. Tan nueva que es francamente sorprendente. Yo pensaba que su elemento central era la transparencia, pero parece que no. Yo lo que sí sé es que tenemos un acuerdo de Gobierno en Barcelona por el que las cosas que exceden el ámbito municipal cada partido opina como quiere, pero el ayuntamiento se rige por la legalidad. El secretario del ayuntamiento ya ha dicho que de ningún modo se colaborará con el referéndum. Y estoy convencido de que así será.

P_ Mientras sus alcaldes salen en carteles. ¿Hay acoso en Cataluña?

R_  Sí, hay acoso, hay señalamiento… Y lo peor es que quien lo ha fomentado es el presidente de la Generalitat. Fue él quien pidió a los ciudadanos que interpelasen a sus alcaldes. Y es injusto. Si la Generalitat decide organizar lo que sea, que lo asuma. Lo que no tiene sentido es organizar una fiesta de cumpleaños y enviar a los invitados a casa de otro. Eso demuestra que tipo de político es.

P_ ¿Puede haber violencia en las próximas semanas?

R_ Yo creo que no... Yo espero que no. Hay un dicho que dice aquello de “teme lo peor, desea lo mejor y quédate con lo que venga”. A mi no me gusta temer lo peor. Pero a veces cuando la tensión sube hasta ciertos límites se empiezan a correr riesgos que luego todos lamentamos.  

P_ Espectáculos como el del Parlament no ayudan a calmar los animos, supongo.

R_ Perdone que le corrija. Lo del Parlament no fue un espectáculo, fue un atropello de derechos. Fue tremendo. A la oposición se nos negó pedir informes a los letrados o al Comité de Garantías y se retorció el reglamento para aprobar de forma exprés las dos leyes que serían las más importantes de la historia de Cataluña si no fuera por que ya están suspendidas. Eso rompió cosas y sobrepasó líneas que nunca se habían superado. Yo había visto discusiones duras en el Parlament, pero nunca cercenar derechos.

P_ ¿Cree que es un precedente para volver a saltarse la ley?

R_  Cuando te saltas una vez la ley y te da igual, te la puedes saltar 23. Yo creo que dependerá de lo que pasé el día 1. Si no se llega ni a la participación del 9-N, como creo que será, difícilmente se atreverán a dar ningún paso.

P_ ¿Está justificada la intervención de las cuentas catalanas?

R_  Yo es que diría que hay actuaciones que son casi obligadas. Si el Gobierno de Cataluña decide saltarse la ley y utilizar el dinero público para cosas ilegales, es lógico  que el Estado establezca mecanismos para evitarlo. Hay reacciones que son buscadas por la Generalitat.

P_ ¿Y el artículo 155? ¿Utilizarlo estaría justificado?

R_   No lo veo ni útil ni necesario. Ahora, es al Gobierno al que le corresponde decidirlo. No estamos con el Gobierno, estamos con la Constitución y el Estado de Derecho. Apoyamos la legalidad. Pero esa no puede ser la única solución.

P_ ¿Qué le parece como solución la Asamblea que propone Iglesias?

R_ Se habla demasiado de un país sudamericano. No me gustaría citarlo, pero eso de la Asamblea Constituyente a mi me suena. Yo en política suelo ser muy tradicional. Donde hay que debatir es en el Congreso. Por eso hemos promovido que se cree una comisión para que los partidos expongan sus posiciones, las acerquen y llegar a una solución.

P_ Una mayoría de catalanes quiere votar. ¿La solución pasa por ahí?

R_  Pero, ¿votar qué? ¿O decidir qué? Yo quiero que se vote, pero un acuerdo que renueve el pacto constitucional. Y parece que hay una mayoría amplia de catalanes que con un autogobierno más potente, mejor financiación y más respeto a la diversidad nacional, estaría de acuerdo.

P_  ¿El Estatut es buen punto de partida?

R_  A mi hay una frase que me gusta mucho y que se la oí por primera vez al presidente de Extremadura: Cataluña es hoy la única comunidad que no tiene el Estatuto que quiso. Eso es así. Ni su Parlamento ni sus ciudadanos quisieron el Estatuto que tienen. Resolver eso sería una buena forma de empezar. Pero solo de empezar. Hay más temas pendientes. ­

Cinco cosas sobre Miquel Iceta

1. Político precoz. Se afilió con solo 17 años al PSP y un año más tarde a las Juventudes Socialistas de Cataluña. Su militancia temprana le hizo abandonar la carrera de Químicas

2. De Cornellá a Madrid. Fue concejal de Cornellá de Llobregat durante cuatro años hasta que Narcís Serra le reclamó para que le acompañara en el gabinete de la Presidencia del Gobierno

3. Ponencia del ‘Estatut’. Vivió en primera persona el fracaso del Estatut como miembro del grupo de diputados catalanes encargado de negociar en el Congreso su redacción definitiva

4. ‘Sanchista’ moderado. Aunque no conoció a Pedro Sánchez hasta que este era ya secretario general, tienen buena sintonía. Sin perder la neutralidad del PSC, nunca ha ocultado su preferencia

5. Melómano. Media España le recuerda bailando Queen en un mitín. Es uno de sus grupos favoritos, pero también adora a Tina Turner o Elton John, del que confiesa entre risas que estaba enamorado cuando era joven