Michelle Jenner

“Además de Isabel me gustaría ser Juana de Arco”

Francamente: hacerle una entrevista mientras se está muriendo, con toda la Corte pendiente...

Pero me quito el camisón y vuelvo a ser yo.

 

Vaya forma de empezar la tercera temporada de Isabel. Y con ese pedazo de Fernando que le han puesto, acostumbrado a regar fuera del tiesto.

Sí. Pero en la época era lo habitual. En la serie se ve que era un poco ligoncete. E Isabel sufre, aunque lo asume. Y le dice una frase que me encanta: “Si no me respetáis como mujer, por lo menos respetadme como reina”.

 

¿Le ha dado tiempo con este rey a comprobar el tanto monta, monta tanto?

 No, no [ríe]. Que no, claro que no. Que no, para nada. Es que no me esperaba la pregunta. Me quedo a cuadros. Qué va, qué va, por Dios. Nos llevamos muy bien y nos reímos mucho.

Luce en la serie muy mona y limpita. ¿No quedamos en que la reina de Castilla era alérgica al agua?

Pues hay escritos que dicen que no era tan así, que incluso en aquella época ya se depilaban. Sí se cuenta que cuando Fernando se iba a luchar ella no se lavaba, como para esperarle a él. Tenían que tener un olor corporal, con esos vestidos... Pero yo no me meto tanto en mis personajes. Vengo pulcra y aseada todos los días.

 

¿Con qué momento se queda de esta historia?

Con la secuencia de la coronación. Me parece un momento muy importante y muy bonito, ver cómo se corona sola y siendo mujer, con ese punto de valentía y un poco de feminismo. También Fernando era muy moderno para la época, porque asumía que Isabel tuviera tanto poder.

 

¿Y si le dejaran elegir papel, pero de toda la Historia?

Me ha tocado uno impresionante. Pero también lo sería Juana de Arco, que es un personaje que me gusta mucho.

 

En el casting para interpretar a la Reina católica desbancó a Adriana Ugarte, a Verónica Echegui y a María Valverde. ¿Porque es usted más beatona o más rubia?

Al final, que te cojan o no para un papel depende de tantas cosas... Y, desde luego, ella era rubia y de ojos azules, como yo. Pero seguro que no fue por hacerlo mejor o peor. Les gustaría la prueba que hice y vieron en mí el perfil que querían darle a Isabel.

 

No se malacostumbrará y pensará, tras el rodaje, que todos a su alrededor son súbditos.

No. Ahí yo soy una más y penco igual. Todos codo con codo para adelante.

 

Isabel tiene abierto un proceso de beatificación. Usted que la conoce, ¿cree que se lo merece?

No creo que sea para tanto. Por católica sí se lo merece, porque ella creía mucho en Dios. Evidentemente, luego hizo cosas que... con la Inquisición y todo no estaríamos muy de acuerdo.

 

Pasiones, intrigas, sexo, poder. ¿De cuál de estas cosas está más cerca?

Las que más me gustan, pasiones y sexo, la verdad. Intrigas y poder las veo más complicadas.

 

¿Qué pasiones tiene?

Depende de lo que se entienda por pasiones. Estar con los míos, con mi familia, mis amigos, mi gente; la naturaleza, y poco más. Es que soy muy tranquila. Lo que me hace feliz... Una casa de campo con huerto, con mis perros y mis gatos.

 

Su padre, actor de doblaje, como usted cuando empezó, dice que ha sido “pizza, candelabro y Marlon Brando”. ¿Usted puede decir otro tanto?

Pues yo he sido reina, hada, abusada, chica de Harry Potter en doblaje, he hecho magia, dibujos animados... Eso es lo divertido de este trabajo.