Mariano Rajoy

31 / 05 / 2017 Jesús Rivasés [Fotos: Paco Llata]
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Presidente del Gobierno

“Mientras yo sea presidente no habrá ningún referéndum en Cataluña”

Mariano Rajoy con el director de TIEMPO durante la entrevista en su despacho de La Moncloa

Mariano Rajoy, en su despacho de la presidencia del Gobierno, en Moncloa, donde concede a TIEMPO una entrevista con motivo del 35 aniversario del semanario, transmite sensación de tranquilidad y su mayor preocupación parece ser el asunto catalán.

El presidente del Gobierno es un veterano y un superviviente de la política. El último de su generación en activo y en primera línea. Practica, con su innata ambigüedad gallega, su propio distanciamiento brechtiano que, sin duda, le permite mostrar una apariencia de enorme tranquilidad, pero siempre quedará la duda de si la procesión va por dentro. Esa táctica, aplicada con perseverancia durante años, le ha dado buenos resultados y quizá no encuentra motivos para cambiar, aunque pueda desesperar en ocasiones a sus colaboradores, sus partidarios y sus votantes. Cordial en la distancia corta tras la formalidad de las declaraciones a TIEMPO –revisadas por su equipo–, a Rajoy, obviamente, le incomodan los casos de corrupción que afectan al PP, pero lo que de verdad le ocupa es cómo encontrar una salida al llamado “asunto catalán”. Y en este caso los frecuentes equívocos y dobles sentidos de sus palabras se convierten en rotundidad ante el gran desafío: “Mientras sea presidente no habrá referéndum en Cataluña”. Eso sí, también esquiva cualquier detalle sobre el nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez.

P_ ¿Cómo valora el que Emmanuel Macron haya formado en Francia una especie de Gobierno de gran coalición?

R_ Emmanuel Macron lo que ha hecho, más que un Gobierno de gran coalición, es incorporar a su Gobierno a personajes que procedían de las filas socialistas y de las filas de Los Republicanos, pero socialistas y republicanos van a presentarse a las elecciones y esos partidos siguen teniendo voluntad de ser mayoritarios. En cualquier caso, lo más importante de la victoria del señor Macron es que apuesta por Europa, por una Europa cada vez más unida y más integrada, en definitiva, por todo lo que he defendido en los últimos años. Es también un buen mensaje de estabilidad y de futuro para Europa, que es lo más importante, porque si hubiera ganado la señora Le Pen el futuro de Europa iba a ser muy complicado.

P_ ¿Ofrecería ahora otro acuerdo de gran coalición al nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez?

R_ Ahora estamos en una situación distinta, pero todo el mundo que no sea partidista sabe que la propuesta que yo hice en su día era la razonable, es decir, un acuerdo con el PSOE y con Ciudadanos. Era razonable porque permitía gobernar mejor, tomar decisiones, afrontar los grandes retos que tiene España y, además, eso sí que hubiera sido una segunda Transición.

P_ ¿Pero repetiría ahora la oferta?

R_ Hoy no está sobre la mesa, porque el PSOE ya la ha desechado y por tanto no hay nada de qué hablar. Ahora trabajamos para aprobar los Presupuestos con otras mayorías pero, en cualquier caso, lo importante es que el PSOE esté presente en los grandes temas de Estado. Ha estado en algunos, como la aprobación del techo de gasto y la reducción del déficit. No ha estado en otros como el de los estibadores –y debería haber estado–, porque se trataba de cumplir una sentencia de un tribunal europeo y un Parlamento nacional no puede decirle que no a un tribunal europeo. Eso no tiene ningún sentido, pero, en cualquier caso, el PSOE de momento está presente en algunos asuntos de Estado.

P_ ¿Qué relación espera tener con el nuevo secretario general del PSOE, ahora que vuelve a estar al frente del partido Pedro Sánchez?

R_ Yo procuro llevarme bien con todo el mundo porque tengo espíritu constructivo y porque creo que es mejor trabajar juntos por los españoles que andar a la gresca y no aportar nada. El PSOE es el principal partido de la oposición, un partido con una larga historia y una tradición de Gobierno que ha sido importante en España. Para la imagen exterior de España, para su estabilidad, creo que es importante llevarnos bien. Pero para eso las dos partes tienen que quererlo. 

P_ ¿Ha tenido que cambiar sus planes tras esa elección de Pedro Sánchez?

R_ Mis planes son los mismos desde el 21 de diciembre de 2015. Mi mano está tendida para alcanzar acuerdos. Lo dije entonces, que ofrecí una gran coalición, me pareció la mejor manera de gestionar la voluntad expresada por los españoles las dos veces que fueron consultados. No pudo ser y hemos tenido que buscar otros apoyos. Con un gran esfuerzo de diálogo esperamos aprobar los Presupuestos, y con ese mismo espíritu hemos aprobado el techo de gasto, el decreto de la estiba... Yo he dicho hasta la saciedad que mi intención es agotar la legislatura y eso solo se puede lograr hablando, para buscar entendimientos y para llegar a acuerdos que beneficien al conjunto de los españoles. Para ello trabajo y seguiré trabajando.

P_ ¿Piensa que el PSOE puede ser, como hasta ahora, uno de los grandes partidos políticos españoles?

R_ Es el segundo partido más votado por los españoles y tiene una trayectoria indiscutible en la historia reciente de nuestro país, no veo ninguna razón para que no siga siendo así.

P_ ¿Ha muerto el bipartidismo en España? ¿Pueden sobrevivir los partidos tradicionales?

R_ Yo soy un defensor del bipartidismo. Creo que los países más prósperos y más estables son aquellos en los que funciona un sistema bipartidista. El éxito de España en estos 40 años también está fundamentado en ese sistema; incluso la construcción del proyecto europeo es una obra fundamentalmente de socialdemócratas y conservadores. Los partidos tradicionales tenemos que adaptarnos constantemente, escuchar a la gente y saber evolucionar, pero sin tirar por la borda nuestra personalidad ni nuestra identidad.

En España los partidos tradicionales son las dos primeras fuerzas políticas. En tiempos difíciles, con una crisis económica como la que hemos vivido, han surgido en todo el mundo planteamientos políticos que ofrecen soluciones mágicas, que explotan la confrontación para aglutinar el enfado o la desesperación. Pero creo que la mayoría de españoles sigue prefiriendo la centralidad, el sentido común, la eficacia y la moderación frente a los experimentos y la radicalidad.

P_ ¿Y entonces, cuáles son ahora sus objetivos inmediatos como presidente del Gobierno?

R_ El primero y fundamental, mantener la senda de crecimiento de la economía y la senda de crecimiento del empleo, porque eso se traduce en mejor vida para los españoles, porque supone más y mejores pensiones, porque es mejorar el Estado de bienestar. En los dos últimos años la economía española ha generado el 25% del total de empleo de la Eurozona y el 40% del empleo joven, y ha contribuido a la reducción del 50% del desempleo. Siguiendo esa senda tenemos un presente y un futuro espléndidos. Este año el PIB crecerá al menos el 2,7%, y le estoy hablando de una previsión, como siempre, muy prudente. Ya de entrada, el PIB creció un 0,8% entre enero y marzo en comparación con el trimestre previo, y la economía avanzó un 3% entre el primer trimestre de 2016 y el mismo periodo de 2017. La previsión de crecimiento del 2,7% supone que podremos mantener el ritmo de creación de empleo en torno al medio millón de nuevos puestos de trabajo en el conjunto del año. Para conseguirlo es bueno también tener unos Presupuestos Generales del Estado, que den estabilidad y credibilidad a España. Por lo demás, y a pesar de las dificultades políticas, creo que sería muy positivo alcanzar algunos grandes pactos nacionales en cuestiones tan importantes como las pensiones, la educación, la financiación autonómica o la Justicia. Otro reto fundamental que tenemos ante nosotros es la gestión del brexit, que debe ser la oportunidad de oro para hacer más y mejor Europa, más unida, más eficaz, más cercana al ciudadano, en la que tengamos no solo una moneda común, sino también una defensa común y una estructura económica cada vez mejor integrada.

P_ ¿Qué lugar ocupa entre sus preocupaciones la corrupción?, porque ha hablado de sus objetivos pero no la ha citado.

R_ Bueno, me preocupa.

P_ ¿Porque hay un ministro del Gobierno reprobado, la presidenta de la Comunidad de Madrid está bajo sospecha y afloran una serie de nuevos casos?

R_ Me preocupan dos cosas. Primero, la corrupción, y luego me preocupa que la presunción de inocencia se pueda convertir en España en presunción de culpabilidad, porque la presunción de inocencia es un elemento clave, decisivo en el Estado de Derecho y en la democracia. Es muy importante que sepamos mantenerlo, pero a partir de ahí lo que más me preocupa es intentar evitar que la corrupción no se vuelva a producir nunca más en el futuro. ¿Qué hemos hecho? Primero, hemos aumentado los controles para hacerla más difícil; en segundo lugar, intentar descubrirla y perseguirla. Para eso, hemos dotado de medios a todos los que tienen que hacerlo, Policía, Guardia Civil, jueces, fiscales, etcétera, y hay que apoyar a todos. Y en tercer lugar, me preocupa que se sancione y por eso hemos aumentado las sanciones. De hecho, hay un dato que es positivo. La corrupción se descubre y aparecen casos que se produjeron hace quince años. Antes no ocurría así. Vamos a seguir perseverando en la triple dirección: más controles, más esfuerzo para perseguirla y descubrirla y más esfuerzo para sancionarla. Por supuesto que me preocupa la corrupción, sin duda alguna. Sería un irresponsable si no fuera así.

P_ ¿Cree que la aparición de nuevos casos de corrupción, como el del Canal de Isabel II, pasará factura en votos al PP?

R_ La corrupción es algo absolutamente despreciable venga de quien venga, pero cuando afecta al PP me duele y me enfada especialmente. Estos casos generan un malestar entre los ciudadanos que es muy comprensible y que influye a la hora de votar. También es cierto que esta situación demuestra que ahora somos mucho más eficaces en la lucha contra la corrupción, ahora es cuando se están investigando y juzgando hechos de hace más de diez años. Y en eso trabaja el Gobierno, en mejorar los controles, apoyar a quienes persiguen los delitos y endurecer las sanciones a quienes los cometen. En los Presupuestos de 2017 hemos incluido nuevas medidas para fortalecer a la Fiscalía y combatir aún más la corrupción. Vamos a convocar más de cien plazas de jueces y fiscales, vamos a reforzar la plantilla de la Fiscalía Anticorrupción, a implantar la Oficina Fiscal en todo el territorio y a dotar a la Fiscalía General del Estado de una unidad de apoyo en el marco de la Administración General del Estado.

P_ ¿Le sorprende que Ignacio González esté en la cárcel? ¿Alguna vez lo imaginó?

R_ La Justicia actúa y yo no valoro ni hago apreciaciones subjetivas al respecto. Pero son los jueces los que deciden en función de un trabajo serio y de una investigación policial y judicial. Y en este caso, como en tantos otros, queda demostrado que en España no existe el menor resquicio a la impunidad y que quien la hace, la paga...

P_ ¿Por qué el PP no denunció o investigó a Ignacio González cuando tuvo noticias de que podía tener una cuenta en Suiza?

R_ Desconozco si el PP sabía o no que podía tener una cuenta en Suiza. Pero en cualquier caso sí le digo que en un Estado de Derecho, quien acusa tiene que aportar pruebas.

P_ ¿Cree que la Justicia en España es suficientemente independiente?

R_ Por supuesto que lo creo; no hay más que ver lo que sucede cada día. Jamás se ha actuado con más libertad, independencia y recursos en la lucha contra la corrupción. Ni mi Gobierno ha intentado jamás influir en la Justicia, ni los jueces españoles tolerarían ningún tipo de injerencia.

P_ ¿Se siente incómodo por tener que ir a declarar como testigo ante los tribunales? ¿Declarará en La Moncloa o en los tribunales?

R_ Nunca me sentiré incómodo por colaborar con la Justicia, es mi deber como presidente y como ciudadano y lo hago encantado. El formato es el que determina el tribunal; me atengo a lo que dicen el reglamento y el juez.

P_ Europa ha vivido una grave crisis institucional provocada por la crisis económica, ahora debe hacer frente a la salida del Reino Unido y al auge de los populismos antieuropeos. ¿Asistimos al fin del sueño europeo?

R_ En absoluto. Europa es una de las mejores creaciones que ha dado la política, es un gran mercado, pero además una zona de libertad, de bienestar y de  respeto a los derechos humanos.

P_ ¿Ve posible, como ha dicho en alguna ocasión, una legislatura larga, sin un gran adelanto electoral?

R_ No solo lo creo sino que trabajo para ello cada día. Mi objetivo, lo he dicho muchas veces, es agotar la legislatura, culminar las reformas que han llevado a España de la desesperación de una crisis como hacía mucho que no vivíamos a liderar el crecimiento europeo, a crear más empleo que nadie, a mirar al futuro con optimismo renovado. Aspiro a agotar la legislatura y dar por superada la crisis también en materia de empleo cuando alcancemos la cifra de 20 millones de españoles trabajando. Es una legislatura en la que hay que apelar a la responsabilidad de muchos, porque es un periodo en el que nos jugamos mucho, no los políticos o el Gobierno, sino España y el conjunto de los españoles. Es una legislatura para la responsabilidad política y yo celebro las decisiones que se han adoptado en ese sentido: el techo de gasto, los Presupuestos, la reforma de la estiba, etcétera.

P_ ¿Está convencido de que no se celebrará un referéndum en Cataluña?

R_ Mientras yo sea presidente, no lo habrá. Y no es una cuestión de voluntad política, ni de eufemismos, es un asunto de ley. Y la ley ha de estar siempre por encima, si queremos mantener nuestra democracia a salvo. Los partidarios del referéndum saben perfectamente cuál es el camino legal para lograr sus objetivos: que presenten una reforma de la Constitución y que esta sea aceptada por la mayoría del pueblo soberano.

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P_ ¿Se ha producido algún avance en el diálogo con el Gobierno de Cataluña en los últimos meses? ¿Hay alguna posibilidad de entendimiento tras las últimas propuestas de Carles Puigdemont?

R_ Siempre hay posibilidades de entendimiento si se dialoga de lo que cabe dentro de la ley. Y aún hay más si de lo que se dialoga es de los problemas reales de los ciudadanos y de cómo solucionarlos. Por ejemplo, como ha hecho el Gobierno, planificando la inversión en infraestructuras muy necesarias para los ciudadanos de Cataluña, como Rodalíes. El problema es que el Gobierno de la Generalitat se ha echado en brazos de radicales antisistema que representan a una minoría exigua de la sociedad catalana y se ha olvidado de los asuntos que de verdad importan. Desde esa posición, y viviendo al margen de la ley, es difícil entenderse.

P_ ¿Qué les diría a los presidentes autonómicos que se quejan del pacto con el PNV para los Presupuestos?

R_ Bueno, yo creo que hay que enfocar las cosas de otra manera. En primer lugar, están en su derecho de protestar. Las inversiones se reparten en comunidades en función de las necesidades que existen. En el caso del País Vasco, la alta velocidad es una obra que lleva mucho tiempo pendiente, y no digamos la reforma del cupo. Pero de todos modos creo que es importante subrayar que en estos Presupuestos hay 5.000 millones de euros más de gasto para las comunidades autónomas de lo que había en los anteriores. Cinco mil millones que se pueden aprovechar mucho, y a los que hay que añadir obras de infraestructuras importantes, como el AVE a Granada, el AVE a Galicia, el Corredor Mediterráneo o, más recientemente, el anuncio de una inversión de mil millones en el Parque Central de Valencia... Es decir, que no dejamos a nadie de lado ni se prima a unos sobre otros. La recuperación económica también nos permitirá generar más inversiones, más obras en toda España.

P_ ¿Cree que es lógico que en un Parlamento de 350 miembros, algo tan importante como los Presupuestos dependa al final de la voluntad de un solo diputado, como es el caso del de Nueva Canarias?

R_ Depende de la voluntad de, al menos, 176 diputados y todos son igual de importantes. Y digo al menos porque ojalá salieran con el apoyo también del PSOE, eso daría un mensaje de confianza y tranquilidad aún mayor que el que ya damos por el hecho de tener unos Presupuestos aprobados. Lo importante es tener unos Presupuestos que permitan continuar con el crecimiento y la generación de empleo, y dedicar más dinero a pensiones, sanidad y educación como así hacen estas cuentas. El 70% del Presupuesto que hemos presentado está dedicado a políticas sociales. La aritmética parlamentaria es caprichosa a veces, pero estos Presupuestos están respaldados primero por Ciudadanos, luego por Unión del Pueblo Navarro, Coalición Canaria y el Partido Nacionalista Vasco. Es de agradecer.

P_ ¿Cómo afronta la moción de censura presentada por Podemos, la retire o no si presenta otra el PSOE, y qué opina de la trayectoria parlamentaria de Pablo Iglesias?

R_ La moción de censura es un mecanismo que está en nuestro ordenamiento jurídico y que un partido político puede proponer. Ahora, esta en concreto me parece poco seria, planteada desde un tipo de política que consiste en el grito y el espectáculo antes que en un planteamiento político responsable. Todo el mundo, incluido el señor Iglesias, sabe que no existe una alternativa política en España al Gobierno del PP; un Gobierno que, además, se justifica en un hecho tan destacable como que superamos en más de 50 escaños al segundo partido. La voluntad de los ciudadanos ha sido inequívoca.

P_ ¿De verdad cree posible llegar a 20 millones de personas con trabajo el año 2020?

R_ Claro que es posible; solo se trata de mantener el ritmo de creación de empleo de 2014, 2015 y 2016. Los datos de 2016 son un buen indicador de que ese objetivo es posible: se afiliaron a la Seguridad Social más de 540.000 personas, el empleo aumentó en 413.900 ocupados en términos de EPA y se redujo en 541.700 el número de parados. Y este año llevamos un cuatrimestre muy bueno que nos permite ser optimistas. Nuestras previsiones señalan que podríamos alcanzar la cifra de los 20 millones en la segunda mitad de 2019.

P_ ¿Está garantizado el poder adquisitivo de las pensiones? ¿Cómo se puede garantizar?

R_ Quienes pagan las pensiones son los que trabajan. Por tanto, si seguimos creando empleo al ritmo al que lo estamos haciendo, podremos equilibrar las cuentas de la Seguridad Social. Más allá, me gustaría un pacto a 20 o 25 años para hacer más objetiva la cuantía de la pensión y que no esté al albur de las decisiones de cada momento político. Por eso hay que trabajar en la Comisión del Pacto de Toledo en aportar ideas y soluciones que nos permitan alcanzar ese objetivo, que es de Estado y beneficia a todos.

P_ ¿Echa de menos la disolución del Consejo Empresarial de la Competitividad como foro de debate Gobierno-empresarios?

R_ Es una decisión que adoptaron ellos libremente y en la que el Gobierno no tuvo ningún tipo de participación. Lo importante es que los empresarios, los grandes, pero también y con especial relevancia, los pequeños y medianos, los emprendedores, sigan desempeñando un papel fundamental en esa senda de futuro que nos hemos trazado como objetivo. Ellos son los generadores de empleo y hay que hacer políticas y reformas que les den la tranquilidad y la estabilidad que permite crear empleo, que es el primer paso para generar riqueza y bienestar.

P_ ¿Cree que es inevitable la reforma constitucional?

R_ Una reforma de la Constitución no es una cuestión sobre la que se deba frivolizar. Primero, debe haber un consenso amplísimo sobre qué se tocaría y qué no y sobre todo, abordar ese debate desde la reflexión, desde la búsqueda de encuentros y desde el mismo espíritu de concordia que presidió la elaboración de la Carta Magna. Hay que ser prudentes cuando hablamos de una Constitución, que es el pacto más importante que se ha hecho entre españoles en los últimos 40 años afirmando la unidad, la soberanía nacional, la igualdad entre españoles y garantizando nuestros derechos. Ahora mismo no veo que se den las condiciones para un pacto similar.

P_ ¿Se ve a sí mismo como un superviviente de la política, como un resistente?

R_ No. Yo soy una persona a la que le gusta la política. Para mí es un honor ser presidente del Gobierno. Es un honor servir a España. Hay momentos muy duros en la actividad política, pero yo creo que, a estas alturas de mi vida, lo que debo hacer –e intento hacerlo– es tomar decisiones cuyo único objetivo es que sean buenas para el interés general. Me puedo equivocar, pero es mi único objetivo. Yo no me considero un superviviente, me considero una persona que sirve a España y que le gusta hacerlo, aunque haya momentos difíciles, y me encuentro muy bien. Creo que estoy en el mejor momento de mi vida. La pasada legislatura fue muy difícil. También lo fue todo lo ocurrido en el año 2016. Lo de ahora también es difícil, pero me encuentro con fuerza y ganas y, sobre todo, con el equilibrio suficiente para afrontar los problemas que tiene España.

P_ ¿Comparte entonces la máxima de su paisano Camilo José Cela de que “en España, el que resiste, gana”?

R_ No solo hay que resistir. También hay que presentar un balance. España hace cinco años estaba en quiebra. Hoy es el país –entre los grandes de Europa– que más crece y el país que más empleo crea. Resistir es importante, pero también darle la vuelta a la situación.

P_ ¿Volverá a presentarse a las elecciones como candidato?

R_ Es una buena pregunta que le responderé cuando llegue el momento.

P_ ¿Ha pensado en qué hará cuando deje de ser –cuando sea– presidente del Gobierno?

R_ No le he dedicado ni un minuto a ese asunto, pero le garantizo que el día que deje la política, la dejaré del todo. —

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