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José Carlos Díez

06 / 07 / 2015 Karmentxu Marín
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¡Gracias!

Es uno de los economistas más escuchados. Publica La economía no da la felicidad, pero ayuda a conseguirla.

Es uno de los economistas más escuchados. Publica La economía no da la felicidad, pero ayuda a conseguirla. No lee sus libros a sus niños por la noche: “Hasta que tengan 18 no son recomendables”.

¿Es usted feliz?

Bastante.

¿Y es gracias a la economía?

La economía me ha ayudado, pero es gracias a mi familia, a que me dedico al trabajo que me gusta y a que tengo los amigos de siempre y hago otros cada día.

¿Guindos, Draghi o Lagarde pueden provocarnos felicidad?

El punto del libro es que pueden ayudarnos a no ser infelices y a protegernos mejor de las crisis. Draghi ha hecho la compra de deuda, ha bajado la prima de riesgo, ha depreciado el euro y ha permitido que Europa vuelva a crecer. Lagarde tiene menos responsabilidad. Y Guindos es el único ministro de Economía de la democracia que ha sido rescatado por el Fondo Monetario.

O sea, menos felicidad. Yo diría que, puestos a pasarlo bien, mejor Varoufakis.

Para ustedes las mujeres, sí [ríe]. Pero yo creo que ya está un poco defenestrado.

Cuenta que en la Francia del siglo XIII se inventó la letra de cambio para evitar los robos en las caravanas comerciales. ¿Qué podríamos inventar ahora para evitar los robos bancarios, sin caravanas ni nada?

Ahora lo que hemos inventado son bancos centrales, supervisores, y el Banco de España y el BCE que les vigile, ya que ha habido errores muy graves en la supervisión en los últimos quince años, y los estamos pagando.

Aconséjeme: ¿Andorra, Suiza o las Caimán?

Yo me iría a Chinchón, al parador, a tomar una caña.

¿Es mejor fiarse de los bancos o de los políticos?

De los políticos.

¿A usted quién se le aparece más en sueños: Keynes, Montoro o Piketty?

Bueno, suelo soñar con temas cotidianos de mi vida. No suelo tener estas obsesiones. A lo mejor en el subconsciente, pero no lo he registrado.

Solapa del libro: “José Carlos Díez es el economista más influyente de este país”. ¿No debería cortarse un pelo?

Bueno, supongo que será una técnica comercial. Pero las solapas de momento no las hago yo.

Está siempre pergeñando soluciones: ¿por qué cree que no le hacen caso?
 ¿Es un gurú incomprendido?

Bueno, sí me hacen caso, pero tampoco soy el único que da esas soluciones. En mi anterior libro había quince o veinte propuestas y se han hecho cuatro o cinco: el BCE ha cambiado su política monetaria, la Comisión Europea ha cambiado su política fiscal, Rajoy ha dejado de quebrar bancos y de hacer rescates y todos nos hemos ordenado.

¿Europa está pendiente de lo que usted escribe?

No, no. Soy un economista más de los muchos que pedíamos que el BCE comprara deuda.

Tres recetas urgentes para luchar contra el incremento de la desigualdad.

Atacar las deudas de hipotecas en im-pago, reestructurarlas y permitir que las personas se queden en las casas; un modelo de crecimiento mejor, que nos permita pagar mejores salarios, y planes específicos para que desempleados y jóvenes puedan acceder al mercado de trabajo.

¿Los beneficios del libro los cederá al Banco de España, para que nos haga felices?

Jajaja. Yo gano un euro por libro. Los beneficios se los cedo a los libreros, y a la distribución y a todo el empleo que genera, que es un sector que lo está pasando francamente mal.

Pero ese euro que se embolsa...

Mire: voy con el padre Ángel, de Mensajeros por la Paz, y con la ONG Salva Un Caballo, a hacer cosas con niños con problemas y terapia con los caballos, y yo voy a poner dinero, por supuesto.

Usted puede hacernos más felices que el Banco de España.

Bueno, el Banco de España revierte sus beneficios al Estado y al presupuesto. Tampoco está mal.

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