Inés Arrimadas
¿Quéle pareció el discurso de investidura de Mariano Rajoy?
No es el discurso de una persona convencida de lo que dice y de poder tener apoyos para volver a ser presidente del Gobierno.
Fue curioso que no se dirigiese al PSOE cuando el candidato del PP les pide que le dejen gobernar.
No sé si Rajoy ha entendido que quien tiene que buscar apoyos a su candidatura es él, no los demás. Nosotros podemos dar un sí con 32 diputados a cambio de reformas, pero él es el que tiene que seducir al resto de diputados y de grupos parlamentarios.
Llevamos 300 días sin Gobierno y esto parece que no tiene fin.
Yo espero que el PSOE haga una reflexión interna pues se encuentra en los tres noes: no a este acuerdo de reforma, no a intentar una alternativa y no a unas terceras elecciones.
¿Y alguno de estos noes se tiene que levantar?
Así es. ¿Qué alternativa plantea el PSOE? La gente que les ha votado se preguntará para qué está sirviendo. Los que lo hacen por Ciudadanos saben perfectamente que está sirviendo para obligar a la vieja izquierda y la vieja derecha a cambios, pero ¿de qué sirve ahora mismo votar al PSOE?
En Finlandia, el tercer partido que quedó en las elecciones es el que gobierna. Ciudadanos pactó en su momento con el PSOE y ahora con el PP. Llegados a este punto de enconamiento entre los dos principales partidos, ¿por qué no se postula Albert Rivera como una tercera vía?
De momento esa opción no se ha valorado. Nosotros estamos intentando ser realistas y somos muy conscientes del peso que tenemos, no tanto en votos sino en escaños, y por tanto intentamos ser útiles. Ahora mismo, lo más lógico es intentar hacer que los dos viejos partidos se pongan de acuerdo, dialoguen y entiendan que deben cambiar su enfrentamiento de las últimas décadas. Es el escenario más lógico y no hemos valorado esa otra vía.
El pacto de febrero con el PSOE sumó 130 escaños. El de ahora con el PP, un total de 170 si se suma a Coalición Canaria. ¿Importa el número?
Siempre hemos intentado ser el voto útil para conseguir cosas, impulsar reformas y ser decisivos para que los autónomos paguen menos, las mujeres tengan más semanas de baja por maternidad, se revierta la amnistía fiscal, se mejore la normativa laboral o se apruebe la dación en pago. Nosotros estamos dispuestos a hablar con los partidos constitucionalistas para que haya un Gobierno. Es verdad que en este pacto con el PP hay más apoyo parlamentario, pero en política no todo son números. A veces, la fuerza, el liderazgo, la capacidad de convencimiento también son importantes. Viendo el discurso de Rajoy, esas capacidades no se encuentran fácilmente en él.
¿Cómo ve ahora el sentimiento independentista en Cataluña?
Lo que veo en la calle es que la gente está preocupada por llegar a final de mes, de que no haya Gobierno, que el Govern esté en manos de la CUP, que no haya trabajo y que la obsesión del Gobierno siga siendo esta. El foco mediático, ahora mismo, no está tanto en Cataluña, pero el posicionamiento del Gobierno es el mismo y volverá con el 11-S.
¿Qué hace falta en Cataluña?
Una alternativa política realista, que no mienta a los catalanes, que reconozca los errores de la Generalitat y defienda los intereses de los catalanes sin el rupturismo que plantea el señor Puigdemont. Es curioso, pero la defensa de los intereses de los autónomos, pymes y trabajadores catalanes la estamos llevando nosotros. Convergència ha dejado de ser la voz representativa de Cataluña. Ya no tiene ni grupo parlamentario propio y es mucho más inteligente el ser influyentes para cambiar este país que decir que nos vamos y que se rompe todo.
¿Cómo interpreta la descentralización de actos para la Diada que llevará a cabo la ANC el 11-S?
Su capacidad de movilización ha bajado, eso es evidente. No se puede mantener a la gente tensionada tanto tiempo. Sobre todo cuando no les das resultados. Llevan no sé cuántos años diciendo que va a llegar la independencia y ahora empiezan a decir de nuevo que harán un referéndum unilateral de independencia, cuando supuestamente se hizo el 9-N [de 2014]. Una consulta que no esté pactada, que sea ilegal, es lo mismo que hicieron el 9-N. Vuelven por tanto a etapas anteriores porque no pueden avanzar y no podemos perder más tiempo y dinero con esto.
¿Ciudadanos participará en algún acto de la Diada?
Haremos un acto propio [en Premià de Mar] porque los actos institucionales tienen una carga política evidente en defensa del independentismo y por eso no participamos. Nos gustaría, al igual que en otras CCAA, que la Diada no tuviera connotaciones políticas, pero por desgracia no es posible.
¿Influirá la Diada en la moción de confianza de Puigdemont del día 28 de septiembre?
Puigdemont quiere poner a hervir la olla, como se dice en catalán, a modo de presión y por eso ha puesto la moción de confianza después de la Diada. Se les acaban los fuegos artificiales, esto no se puede mantener y no tienen salida. Cuando llegue junio del año que viene y se demuestre que no somos independientes, los problemas seguirán ahí, las facturas sin pagarse, la gente sin llegar a final de mes.
¿Qué le pediría a Puigdemont si perdiera esa moción de confianza?
Si la pierde tiene que convocar elecciones y le pediría que no siga prometiendo imposibles, con la obcecación de la independencia, que cambie el rupturismo por el reformismo y que, en vez de ser comentarista desde tercera fila de lo que pasa en Madrid, intente ser partícipe.
Serían las cuartas elecciones en seis años...
Algo lamentable que lo ha provocado Convergència. Deberían pedir perdón a las catalanes por meter a Cataluña en esta situación de incertidumbre, inestabilidad, de falta de proyecto político más allá de la independencia.
Junts pel Sí se plantea incluir una partida económica en los Presupuestos de 2017 para ese referéndum unilateral. ¿Cómo recibís ese gesto?
Es una muestra clarísima de que ya no saben qué hacer. No tienen proyecto y están volviendo a ideas viejas que ya intentaron y que nos costaron muchísimo dinero. Están intentando alargar la agonía, lo que supone una irresponsabilidad tremenda. Con este planteamiento tan radical a los únicos socios que pueden apelar es a la CUP y ni siquiera tienen asegurado su apoyo.
¿Existe alguna posibilidad de acercamiento con Convergència?
Si tuvieran un planteamiento dentro de la normalidad democrática podrían buscar otros socios dentro del Parlament. Hemos dado estabilidad en otros parlamentos autonómicos y ayuntamientos sin entrar en Gobiernos ni pedir sillas. Ahora mismo, el Govern plantea saltarse la legalidad y declarar la independencia, un escenario que impide cualquier apoyo que no sea el de la CUP, un partido antisistema, asambleario, antiUE, antieuro y antitodo.
¿La inhabilitación de Artur Mas y Carme Forcadell en el caso de una hipotética condena es suficiente?
Los jueces son los que decidirán. Cuando un ciudadano se salta las leyes, quien decide lo que le pasan son los jueces y no los políticos. No quiero un nuevo 9-N ni que se suspenda la autonomía. Tampoco que un expresident esté imputado o que una presidenta del Parlament pueda quedar inhabilitada, pero no me gusta que se salten las leyes y piensen que están por encima del bien y del mal.
¿Afecta en algo la llamada operación Cataluña que se ha gestado supuestamente desde Interior?
En Convergència puede que estén felices porque se creen que va a tapar toda la corrupción que han tenido. Nosotros vamos a estar ahí para recordar que ni se puede hacer lo que está haciendo el ministro [de Interior] Jorge Fernández Díaz ni robar a manos llenas como lo han hecho algunos en Cataluña.
¿Ha perdido frescura Ciudadanos?
Seguimos hablando alto, somos libres para plantear reformas a las que nadie se atreve.
¿Teméis a unas terceras elecciones?
No pensamos en ello, sino en evitarlas. Otras elecciones sería alargar las políticas de la mayoría absoluta del PP y, objetivamente, nefastas para el país.
Además, las elecciones caerían en un 25 de diciembre. ¿Qué le parece la fecha elegida por Rajoy?
Evidentemente, no es un buen día. Es una faena, sobre todo para las personas que estarían en las mesas. Pero me preocuparía más la imagen ante el mundo y los 150 millones de coste. Hay que tener una visión más amplia y no decir que es un incordio ir a votar ese día.