Fernando Savater

08 / 11 / 2017 Luis Calvo [Fotos: Justy García]
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Filósofo y escritor 

“Lo de Cataluña es la revolución de los paletos”

Foto: Justy García

El Filósofo y escritor denuncia la dejación de los Gobiernos del PP y el PSOE ante el adoctrinamiento en Cataluña. Sin la propaganda de medios y escuelas, asegura, nunca habríamos llegado hasta aquí.

P_ Treinta años después de Contra las patrias publica Contra el separatismo (Ariel). ¿Por qué?

R_  Creo que es necesario aclarar las diferencias. El nacionalismo es un narcisismo colectivo casi inevitable. Tiene grados distintos, desde el de “mi pueblo es el mejor y donde mejor se come”, que todos compartimos un poco, hasta el agresivo como el que provocó dos guerras mundiales el pasado siglo. El primero, ese nacionalismo amable de equipo de fútbol y de barrio, no se va a extirpar nunca. Lo que no deja de ser ridículo es magnificarlo creando un partido basado en el narcisismo. Otra cosa, en todo caso, es el separatismo. Eso es una agresión directa a la ciudadanía. El intento de trocear la soberanía nos compete a todos. En el fondo, lo que se está dirimiendo es si un señor de Cádiz tiene tantos derechos como quien vive en Cataluña.

P_ Esos partidos tienen el apoyo de un porcentaje muy grande la población.

R_ Claro, después de que les hayan dejado usar hasta la saciedad la educación y los medios de comunicación para ello. Al principio, en la Transición, solo había ese nacionalismo cursi y snob del que hablábamos. Eso que caracterizó tan bien Borges cuando dijo que los catalanes querían ser franceses pero se les notaba la impostura. Pero el goteo de la enseñanza y la propaganda casi hitleriana, respaldada por la televisión, los colegios y los curas, han hecho su efecto.

P_ ¿Qué responsabilidad han tenido los Gobiernos nacionales en ese auge?

R_ Altísima. Por omisión ante el adoctrinamiento constante de la educación o los medios de comunicación y por complicidad. Pujol saqueó durante 30 años Cataluña con el beneplácito de Felipe González y José María Aznar. Suponían que si le dejaban hacer, mantendría a los suyos quietos. Es lo mismo a lo que  ha jugado siempre el PNV. A decir, “si no queréis entenderos con nosotros, tendréis que entenderos con los chicos de la gasolina”. Y claro, nadie quería. Preferían dejarles las manos libres. Es el caciquismo autonómico. Se compraba con el apoyo en el Congreso el silencio sobre lo que pasaba en su territorio.

P_ Y llegado este momento, ¿qué cree que se debe hacer para combatirlo?

R_ El Estado tiene unas leyes y lo que tiene que hacer es cumplirlas. Así de fácil. Estamos en un Estado de Derecho, eso quiere decir que se cumple la ley. El Derecho va delante de todo. Lo lógico es intervenir la autonomía de forma real y que todos aquellos que han cometido delitos sean juzgados y condenados de acuerdo con lo que marca la ley, ni más ni menos. Hecho eso, quienes sustituyan a esas personas al frente de las instituciones deben dar un paso más y acabar con la fábrica de propaganda en que se ha convertido TV3, debe intervenir en la educación en cuestiones de lengua, por ejemplo... se debe hacer todo lo que no se ha hecho antes por miedo. Eso creará problemas y resistencia, sin duda, pero es que los problemas los vamos a tener de todas formas.

P_ ¿La persecución penal del Govern no es crear mártires para la causa?

R_ Es que cuando no se les pone cara de víctima, se les pone cara de matón. Yo casi prefiero que vayan de víctimas. Aquí cuando discutíamos si se debía ilegalizar Batasuna, se decía que lo iban a utilizar para sus fines. Pues bien, se ilegalizó Batasuna, se metió en la cárcel a sus líderes y lo único que pasó es que a los tres años se acabó ETA. Y aquí era más difícil. Te mataban. En Cataluña solo hay un remolino. Lo de Cataluña es la revolución de los paletos. Unos cuantos que se han creído que su autonomía es un país independiente. Y eso tiene hasta gracia, porque si Puigdemont tuviera capacidad de verdad para proclamar una república, ya serían independientes hace tiempo.

P_ ¿Las elecciones solucionan algo?

R_ No, en las condiciones actuales las elecciones no resuelven nada de nada. Solo lo harán si antes se tomaran una serie de medidas concretas, como intervenir TV3. Los efectos de la educación perversa no se pueden revertir hasta dentro de 20 o 25 años. Pero los medios de comunicación, sí. Y podrían haberse puesto las elecciones dentro de seis meses, cuando la gente se hubiera acostumbrado a que ya no mandan los mismos. Yo creo que hay que ir a votar, pero temo que el resultado puede, de hecho, servir de coartada a los independentistas. Si sale Oriol Junqueras, ¿qué dices? Y sería normal. El nacionalismo tiene copados los mensajes que llegan al electorado. El no nacionalista sigue sin ser visible en muchos pueblos.

P_ Si ganan de nuevo, ¿no puede ser una salida pactar una consulta?

R_ No, sería acabar con la ciudadanía. Yo no puedo permitir que jueguen con mi ciudadanía, que la recorten. Me convierto en un paria sin voz. Salga lo que salga. Aunque gane el quedarse en España, estoy reconociendo que no soy quien para decidir sobre mi propio país. Si reconocemos que son unos ciudadanos distintos, que pueden decidir de espaldas al resto, ni siquiera necesitarán un referéndum para certificarlo. Solo se puede aceptar una consulta pactada: aquella en la que voten todos los españoles.

P_ ¿Teme un contagio al País Vasco?

R_ Por parte del PNV, no. Urkullu es quien más miedo tiene a lo que pueda pasar en Cataluña. Pero hay otros. Nuestra CUP local, Bildu, estaría encantada. Siguen esperando su oportunidad y en cuanto la vean, se van a lanzar a degüello. Y tenemos, creo que aún más peligrosos, los populismos comunistas que están esperando el descuartizamiento del país para quedarse con los restos.

P_ ¿Se refiere a Podemos?

R_ A Podemos y a sus fragmentaciones. Yo creo que es más peligroso para las libertades democráticas lo que significa Podemos que lo que significan los nacionalismos. Estos bárbaros lo que van es directamente a cargarse la estructura de una democracia liberal.

P_ Esas fragmentaciones ganaron las generales tanto en el País Vasco como en Cataluña...

R_ Porque mucha gente estaba deseando votar a una izquierda que no fuera nacionalista. Eso suponiendo que no son nacionalistas. No está muy claro. Un amigo me decía cuando surgió Podemos: “Por fin se puede ser de extrema izquierda sin tener que aprender euskera”. Aquí juegan a mostrar una cara distinta a la del nacionalismo. Por ejemplo, denuncian cada día el sectarismo de Euskal Telebista, también porque les conviene, eh, no lo niego. Pero están en contra.

P_ ¿Y por qué los considera un peligro?

R_ Hay un cierto oportunismo táctico, pero su estrategia, el objetivo de fondo, es la destrucción de la democracia burguesa. No lo digo yo, lo dicen ellos. Quieren acabar con ese parlamentarismo, con el pacto entre derecha e izquierda que dio a luz a las democracias modernas. Podemos quiere acabar con las Constituciones y el sistema social de mercado que tenemos. Ese planteamiento, la introducción del latinoamericanismo radical, es una amenaza tremenda. En un país organizado, sólido, con instituciones fuertes, con educación y medios de comunicación neutrales, eso es fácil de frenar, pero en un país descuartizado es mucho más difícil.

Savater-2-F

Cinco cosas sobre Fernando Savater

1. Prolífico escritor. Ha publicado cerca de un centenar de obras entre ensayos (la mayoría), narrativa y teatro, además de multitud de artículos. En TIEMPO escribe desde hace más de diez años

2. Profesor. Estudió en el famoso Colegio del Pilar y más tarde en la UCM, donde también se doctoró. Ha sido profesor allí, en la UNED y la Universidad del País Vasco

3. Amenazado por ETA. A pesar de haber pasado por la cárcel durante el franquismo, ETA le puso en su diana por denunciar la sinrazón del terrorismo. Durante años tuvo que llevar escolta

4. Fundador de UPD. Participó en movimientos contra el terrorismo de ETA y los nacionalismos. De esos movimientos nació UPD, partido del que fue fundador y con el que sigue colaborando en la actualidad

5. Viudo y enamorado. Su mujer, Sara Torres, murió en 2015, pero el filósofo sigue echándola de menos cada día de su vida. Ambos compartieron vida y trabajo durante muchos años. Ni quiere ni puede olvidarla

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