Félix Revuelta

24 / 06 / 2016 Álvaro Nieto
  • Valoración
  • Actualmente 5 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 5 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

Empresario.

“Desde el resto de España estamos ayudando a que aumente el separatismo”

Con la autoridad que le confiere llevar en Cataluña más de media vida, el presidente de Naturhouse habla sin tapujos sobre el proceso separatista. Y con la independencia que le da el dinero critica duramente a los políticos, sobre todo a los europeos. Por culpa de ellos ahora ya solo piensa en invertir en Estados Unidos.

Entrevistar a un hombre hecho a sí mismo es un bombón para un periodista, porque un empresario que no le debe nada a nadie habla con tanta claridad que los posibles titulares no paran de acumularse durante la conversación. Félix Revuelta es muy crítico, sobre todo con los políticos, y se lo puede permitir porque su negocio no depende de ellos. Es cordial y campechano, nadie diría que estamos ante uno de los hombres más ricos de España. Habla frente al mar Mediterráneo, desde la terraza de su última gran aventura: el Healthouse Las Dunas, un complejo de lujo creado en Estepona para que los europeos con dinero aprovechen sus vacaciones para purificar cuerpo y mente.

¿Cómo se le ocurrió la idea de abrir un hotel después de tantos años dedicado a la dietética con Naturhouse?

Hace años que lo tenía en mente, pero me faltaba encontrar la localización. Siempre había querido montar un hotel de salud diferente a los que ya existían. Los hoteles de salud suelen ser feos y priman el rigor, casi carcelario, matándote de hambre. Yo quería modernizar el concepto: que uno esté a dieta no quiere decir que no pueda estar alegre y contento disfrutando de la playa y de la comida.

Apuesta usted por un turismo muy especializado, el de la salud. ¿Es ese el futuro del sector en España, buscar nichos de especialización para competir con destinos más baratos?

Yo creo que España tiene que apostar por el turismo de lujo. El turismo es una de las riquezas más importantes que tenemos, pero nos falta aumentar el nivel de calidad.

¿Cómo va su empresa? ¿Está notando la recuperación que señalan las cifras macroeconómicas?

Nosotros somos el mejor indicador económico que hay porque nuestros productos funcionan cuando a la gente le sobra el dinero. Hasta agosto de 2007 Naturhouse estaba creciendo cada año a un ritmo del 30%. En agosto de 2007 se empezó a notar la caída y hemos estado cayendo hasta enero de este año. Llevamos cuatro meses subiendo. Somos los primeros en notar la crisis y los últimos en ver los brotes verdes.

Tengo entendido que ustedes son un ejemplo de cómo salvarse de la crisis a través de la internacionalización.

Pues sí, todo lo que hemos perdido en España lo hemos ganado fuera. En 2005 decidimos internacionalizarnos y diversificarnos en otros negocios. Nuestra idea era llegar a tener un 50% del negocio fuera de España y un 30% en otros negocios distintos a Naturhouse. Y ahora tenemos el 75% fuera y un 30% de otros negocios. La crisis la hemos pasado sin ningún problema, en gran parte porque, debido a mi cultura empresarial catalana, siempre he sido muy austero, he tenido los pies en el suelo y he huido de los créditos.

¿La incertidumbre política que vive España afecta a los negocios?

Afecta mucho. Las inversiones están todas paradas. Yo he decidido que en Europa no voy a invertir nada más porque no va bien, no solo España. Europa dejó de dar pasos adelante desde que entramos en el euro. Tanto en España como en Europa tenemos el mismo problema: hemos creado una estructura funcionarial mastodóntica que no hace nada. Se han montado unas estructuras que no fomentan la cultura del esfuerzo y las empresas se están yendo a los sitios donde hay mejores expectativas. Nosotros, por ejemplo, tenemos problemas para encontrar empleados hasta en Alemania, porque la gente no quiere trabajar.

¿Y en España?

España es una locura. Para que me autoricen un producto tengo que ir a ver a 17 organismos autonómicos, mientras que voy a Italia y lo arreglo en Roma en una mañana. Hemos hecho un país invertebrado.

¿Le da miedo que pueda llegar Podemos al Gobierno?

Lo que más me preocupa de Podemos es su mensaje. Ese populismo es peligroso. Yo conozco Venezuela muy bien desde los años en que su nivel de vida era tres veces superior al de España, y el populismo de Chávez lo ha destrozado todo. Eso no funciona. Al ser humano hay que inculcarle que tiene que esforzarse y trabajar. Hay que formar, y eso antes se hacía muy bien a través de la mili, por ejemplo. Fue un gran fallo acabar con la mili. A mí la mili me formó, me educó, me dio disciplina. Seis meses de mili no le vendrían mal a muchos jóvenes.

¿Qué le parece que se trate de criminalizar a los empresarios?

Eso es una tontería. Hay muchos empresarios que son personas honestas. Si aprietas al empresario, se va a otro sitio con su dinero. Lo que tenemos que hacer es ser justos y, por supuesto, a los empresarios que no cumplan hay que darles duro y que devuelvan todo.

¿Ser rico es un pecado?

Yo siempre digo que me enorgullezco de tener dinero y creo que mi obligación como empresario es ganar dinero. Si gano dinero, puedo pagarle bien a mis empleados, puedo pagar los impuestos, puedo pagar a mis accionistas y luego, encima, puedo hacer obra social. Pero si no gano dinero mis empleados no cobran y no puedo pagar impuestos. Yo no me escondo y lo digo muy claramente: me gusta ganar dinero.

¿Le parece bien que los políticos se pasen a la empresa privada?

Si un empresario que ha tenido éxito gobierna, cuando acaba su paso por la política tiene que poder volver a sus negocios. Tiene que haber unos años de incompatibilidad, pero prohibir trabajar en las empresas es una barbaridad. Si prohibimos las puertas giratorias llegaremos a estar como en Venezuela, donde un conductor de autobús es el presidente. No tengo nada contra los conductores de autobús, pero yo para primer ministro quiero al premio Nobel de Economía o al mejor empresario de España.

Usted llegó a Cataluña con 18 años. ¿Cómo ve la situación actual allí?

Cuando llegué a Cataluña en el año 1966 me quedé enamorado: era una sociedad muy emprendedora y dinámica, y yo mamé toda esa cultura. Y gracias a estar en Cataluña he llegado donde he llegado. Los catalanes éramos bienvenidos y admirados en toda España. Hoy día todo ha cambiado: la gente quiere ser funcionario de la Generalitat, Cataluña es la autonomía con más empresas públicas, que sirven para invitar a todos los amiguetes a no hacer nada. Han creado un monstruo. Con el tema de la inmersión lingüística se han cerrado, y lo dice alguien que tiene hijos que hablan catalán. Antes Cataluña era captadora de talento, ahora ya no es así. Se han cometido grandes errores, los nacionalismos son muy perjudiciales. Está bien querer la tierra de uno, pero sin excluir a los demás. Cataluña ha perdido mucho peso específico, ha perdido el tren por culpa de sus políticos, que han sido un desastre.

Me sorprende la claridad con la que habla del tema un empresario cuya compañía tiene su sede en Cataluña. No todos los empresarios se atreven a decir lo que piensan...

El problema de Cataluña no es el miedo. Lo que pasa es que los pequeños comerciantes no se definen para no perder a la mitad de la clientela. Los pequeños empresarios tampoco porque tienen mucho negocio en Cataluña. Y las grandes empresas, como dependen mucho de la administración pública, tampoco se mojan. Y al final quedamos tres o cuatro empresarios que somos los únicos que podemos decir algo. Lo de Cataluña es una barbaridad.

¿Qué habría que hacer para revertir el proceso secesionista?

En Cataluña hay dos brechas sociales. Una brecha interna y una externa. La interna es ese 47% de personas que creen que la separación de España es la panacea. Hay familias completamente divididas, y eso habrá que ir resolviéndolo poco a poco. Sin embargo, es la brecha externa la que a mí más me preocupa. Es la que hay ahora mismo con el resto de España y me parece muy peligrosa: cada vez que un catalán que se siente español es rechazado en el resto de España, estamos creando un futuro independentista. A Piqué, mientras juegue en la selección española, no se le puede pitar. Le puedes pitar cuando juegue con el Barcelona, pero no cuando está defendiendo a España. Mi hija cuando llega a Madrid nota ese rechazo. El problema del País Vasco se empezó a solucionar cuando salimos a gritar “vascos sí, ETA no”. Ahora hay que hacer lo mismo: “Catalanes sí, separatistas no”. Los catalanes tienen que ser bienvenidos en el resto de España, porque bastante tenemos que aguantar en Cataluña. Estamos ayudando desde el resto de España a que aumente el separatismo, y eso hay que evitarlo.

¿Naturhouse se irá de Cataluña si se produce la independencia?

No me queda otro remedio, yo no voy a comenzar a pagar aranceles con el resto de Europa. En principio estoy aguantando en Cataluña porque pienso que no debo irme en estos momentos. Yo busco seguridad jurídica, democracia y libertad. Y Cataluña, mientras esté en el mercado común, me las da.

Grupo Zeta Nexica