Daniel Kutner

02 / 12 / 2016 Luis Calvo
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Embajador de Israel

“Acumular resoluciones de la ONU contra Israel no va a resolver nada”

El embajador de Israel en España responde en su despacho de Madrid en un perfecto castellano. Bonaerense de nacimiento, aunque de familia polaca, no ha perdido aún ese aire reflexivo con el que hablan los argentinos. Responde tranquilo, sin prisas, masticando las preguntas, y solo en el momento en el que se habla del conflicto vivo con los palestinos su discurso adopta cierta vehemencia.

Se cumplen 30 años del establecimiento de las relaciones entre España e Israel. ¿Qué han supuesto?

El establecimiento fue un acontecimiento histórico. Además de diplomático, muy simbólico. Había una comunidad pequeña de judíos en España ya antes, claro, pero curiosamente ni siquiera la democracia había traído la normalización de relaciones. Nuestra tarea es doble: por un lado, mirar al pasado y reconocer el legado judío de Sefarad y, por supuesto, como cualquier misión diplomática de países modernos, afianzar las relaciones mirando al futuro. En ese contexto tratamos de enseñar nuestra realidad en España: cultural, académica, económica, comercial, de inversiones... Encontramos, por ejemplo, mucho interés respecto al nicho de las start-ups, en cuanto a innovación.

¿Por qué se tardó tanto en establecer relaciones diplomáticas?

Bueno, cuando tras la Segunda Guerra Mundial España buscó el apoyo del joven Estado israelí para ingresar en la ONU, este se lo negó. Entonces, Franco descubre que la falta de relaciones con Israel podía ser una ventaja en los países árabes. España tenía solo dos posibilidades para romper su aislamiento: una era Latinoamérica, la segunda, el mundo árabe. Desde entonces, España se centró en explotar esa ventaja. Más aún cuando existía la certeza de que la presencia de España en Marruecos podía ser utilizada para tacharla de colonialista. Era muy cómodo presentar el apoyo a la causa palestina como una carta a su favor. Luego, más adelante, había miedo a la reacción de los países árabes. Incluso se mantuvieron en secreto las negociaciones hasta el último momento para garantizar la seguridad de la misiones española en Oriente Medio. Al final no hubo grandes consecuencias. Desde entonces las relaciones se han normalizado.

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