Daniel Barenboim
10 / 03 / 2015 Pablo Sanguinetti
Vive en Berlín, tiene cuatro nacionalidades y su trabajo es patrimonio de una humanidad sin fronteras, pero este músico, uno de los más importantes de los últimos cien años, mira ahora hacia atrás y se reencuentra con Argentina.
“Amo Argentina”
¿De dónde se siente usted?
Me siento muy bien en muchos países del mundo. Estoy muy feliz de vivir y trabajar en Alemania. Pero a la Argentina la amo. Es otra cosa. No tiene nada que ver. Mi vínculo con mi país es cada vez más fuerte.
Ya ha cumplido 72 años y cada temporada vuelve a dirigir en el teatro Colón. ¿Es solo nostalgia?
A lo mejor es una cosa de la edad. A los 30, 40 o 50 años uno no siente tanto la relación con el pasado, porque está mirando al futuro. Pero eso cambia cuando uno llega al punto donde no se puede esperar un futuro tan largo como el pasado. Lamentablemente es mi caso.
¿Se siente querido en su país?
Verá... Un señor me paró en la calle, nos sacamos una foto y conversamos. Me dijo: “Maestro, es muy importante que venga aquí y esté aquí con nosotros”. Le pregunté por qué y respondió: “Porque representa lo que nosotros quisiéramos ser”.
Es usted el argentino más célebre después del Papa...
Es una figura gigantesca de inteligencia y sensibilidad humana.
