Beatriz de Orléans

03 / 07 / 2009 0:00 Marisa Perales
  • Valoración
  • Actualmente 3 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 3 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

Princesa consorte, separada de Michel de Orléans y madre de cuatro hijos. Imagen de Christian Dior en España durante casi treinta años, lo suyo es vender: ilusión, lujo o marca. Lo que sea. Ahora se atreve con el Sha Wellness, una clínica macrobiótica única en España.

“Si me divorciara y mi marido se volviera a casar, no sería princesa”

¿Quién es?

Una típica mujer francesa y parisina de buena familia, educada en un colegio religioso y empapada de cultura. Fui a la universidad, a la Sorbona, y trabajé como periodista en WWD (Women’s Wear Daily), una revista mensual, la biblia de la moda.

Y se casó con un hijo de los condes de París.

Fue una historia de amor absoluta, me enamoré locamente de Michel y él de mí, pero después de treinta años estaba hasta las narices y lo eché de casa. Vivimos en Alemania, Marruecos e Inglaterra y tuvimos cuatro hijos, tres de ellos casados.

Cuatro hijos que sacó usted sola adelante con su trabajo en Dior.

Michel ha sido educado como príncipe, es muy inteligente, licenciado en matemáticas, física y química, pero se quedó sin trabajo y me tuve que poner las pilas. La generación de mi marido no podía aguan- tar que la mujer trabajara mientras él no. Y me separé. Hace una semana Francia me ha otorgado la más alta condecoración: Caballero de la Legión de honor. A Béatrice Franclieu, no Orléans.

Una curiosidad: ¿sigue siendo princesa?

Si yo me divorciara y mi marido volviera a casarse, su nueva mujer sería la princesa de Orléans. Pero automáticamente me darían otro título por ser la madre de príncipes de Francia.

En una Francia que es republicana.

Los títulos en Francia no existen, menos los de la familia real francesa, los Orléans, y la de Napoleón. Somos altezas reales, condes, duques o príncipes.

¿Ese acento francés tan marcado le hace ser más chic?

Vine a España después de los 20 años y nunca fui a una academia. Me arrepiento. Mis hijos se ríen de mí. Siempre que tomaba un taxi y decía Alfonso XII , 50, donde vivía, una calle que no tiene ni erres ni ges, el taxista me preguntaba: ¿francesa?. Era toda una bofetada.

Fue imagen de Dior y ahora de una clínica macrobiótica. ¿Lo suyo es vender?

Lo llevo dentro. Cuando me comprometo con algo, me lo creo. He vendido Dior durante veintiocho años como consejera delegada y lo he hecho encantada.

Su armario debe de ser impresionante.

Sí. Guardo y acumulo buena ropa.

¿De qué va vestida en estos momentos?

Llevo una mezcla de Zara y de Dior. Por la noche, siempre de Dior.

¿Cómo es esa clínica macrobiótica de la que es imagen?

Es una filosofía en la que los alimentos se convierten en energía que cambia nuestra manera de ver la vida y de actuar. Compara el cuerpo humano a una maquinaria perfecta que puede durar cien años. Depende de cómo lo cuides.

Y la comida es imprescindible.

Sí. Hay que evitar las grasas animales, la leche, la carne desarrolla agresividad, el café es veneno y fuera todo lo químico, como las pastillas. Como lema: Eres lo que comes.

El dueño de esta clínica se curó de un cáncer con la dieta macrobiótica. ¿Es así?

Alfredo Bataller es un constructor de Altea al que a los 52 años le diagnosticaron un cáncer en el aparato digestivo. Antes de someterse a procesos de quimio, siguió la filosofía de Michio Kushi, consejero de la OMS y presidente de la Federación Mundial de Medicina Alternativa Natural. Después de seguirla durante un mes y medio volvió al Ruber Internacional y estaba curado.

Grupo Zeta Nexica