Albert Rivera

17 / 06 / 2016 Luis Calvo
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Candidato a la Presidencia por parte de Ciudadanos.

“Sin renuncias personales de los principales líderes no salimos de esta”

Foto: David García-Amaya

Mantiene que Rajoy no puede ser la persona que lidere el cambio en España. Tras el 26 de junio está dispuesto a negociar con todos los partidos, pero no cree que sin renuncias personales de los líderes políticos pueda haber salida al bloqueo.

Hace solo seis meses que Ciudadanos decidió alquilar dos plantas de un edificio junto a la madrileña plaza de Las Ventas. Entonces ni siquiera tenía representación parlamentaria. Hoy, con 40 escaños y pensando ocupar el resto del edificio, Ciudadanos se enfrenta a una reválida electoral. Su líder, Albert Rivera, nos recibe en su despacho de la cuarta planta, presidido por un cartel original de John Fitzgerald Kennedy. En plena campaña, con los tiempos ajustados y siempre con prisas, Rivera, sin embargo, se relaja en cuanto empieza la conversación. Habla mirando a los ojos, rápido cuando arranca, pero tomándose su tiempo antes de empezar a hablar.

 

Nadie se mueve de su posición. ¿Puede haber terceras elecciones?

Poder, puede haber, pero nosotros no las queremos. Si de nosotros depende no las habrá. El objetivo es negociar, pero para eso necesitamos ser decisivos y que nuestros escaños puedan determinar un Gobierno nuevo. El problema es si no está en nuestras manos... Conociendo a algunos de los personajes que ya han bloqueado la situación no puedo poner la mano en el fuego por que no las haya.

No las descarta entonces.

No. Mariano Rajoy no ha movido un dedo desde el 20-D, Pedro Sánchez dijo que él o nadie e Iglesias que o le daban los sillones que quería o nada. Con esas posiciones maximalistas y sobre todo personalistas, no vamos a ningún sitio. Yo creo que eso cambiará. Espero que después del 26 de junio nadie se atreva a decir que o su sillón o nuevas elecciones. Eso provocaría irritación hasta entre sus propios votantes.

Ustedes también ponen vetos. ¿Si no se va Rajoy habrá nuevas elecciones?

No. Nosotros lo que consideramos es que si quieren contar con nosotros tiene que haber cambio de Gobierno. Si lo que quiere el PP es mantener lo mismo, tiene al PSOE. No necesita a Ciudadanos.

¿Qué significa cambio de Gobierno? ¿Basta con un cambio de presidente?

Bueno, como mínimo el presidente, claro. Pero también un nuevo Gobierno, con gente nueva, con nuevas políticas... otra etapa. Si no hay nueva etapa el populismo seguirá creciendo. Hay quien piensa que se puede frenar el populismo dejando que todo siga igual, a pesar de la evidente decadencia política. Otros creemos que hay que darle un impulso al proyecto para atacar la desigualdad, la corrupción, la falta de reformas... Estoy convencido de que un Gobierno nuevo, con las manos limpias, autoridad moral y que atienda los temas pendientes puede ilusionar a la sociedad española.

¿Quién sirve para eso del actual Gobierno y quién no?

No voy a entrar en quinielas de nombres. No voy a hablar de “nunca” sobre nadie. Ahora, que el presidente y su principal equipo tienen que marcharse es un revulsivo necesario. Pero es un nuevo Gobierno y deben ser también nuevas políticas: reformar la educación, los autónomos, la Justicia, la administración... España se tiene que poner en marcha.

¿Le inquieta que el PSOE no diga con quién quiere pactar?

El PSOE está en un dilema importante para el propio PSOE e importante para España. Debe elegir entre formar Gobierno con partidos constitucionalistas, asumiendo la transversalidad de esos acuerdos, o sumarse a lo que está haciendo con Ada Colau en Barcelona, donde ha entrado en el Gobierno, o apoyar a Manuela Carmena... Apoyar a los populismos. Ese dilema para un partido socialista europeo es fundamental. ¿Qué vas a hacer? ¿Como Schulz pactando con Juncker y los liberales o apoyar a Syriza? Yo espero que el PSOE se decante por el constitucionalismo y las reformas desde posiciones moderadas. Pero los hechos, como en Barcelona, rompen los esquemas.

¿Sería mejor que en Madrid gobernara Esperanza Aguirre o Xavier Trías en Barcelona?

No, pero se pueden pactar presupuestos sin tener que entrar en el Gobierno ni apoyar cada iniciativa que sale de él. Nosotros lo estamos haciendo.

Es más beligerante ahora con Podemos que el 20-D. ¿Qué ha cambiado?

Bueno, que ha enseñado la patita. Podemos en campaña se viste con piel de cordero, pero desde la misma noche electoral se vio un cambio absoluto. La intransigencia de Podemos, y especialmente de Pablo Iglesias, que lo ha demostrado en primera persona, condicionó mucho las negociaciones.

¿Hay un Podemos más razonable que Pablo Iglesias?

Más razonable que Iglesias no es difícil ser. La cara de Íñigo Errejón cuando estaba oyendo el discurso de la “cal viva” lo dice todo. Hay mucha gente en Podemos, incluso en sus confluencias, que no se siente cómoda con esa intransigencia. Eso les ha perjudicado. Es verdad que luego lo han compensado con el apaño de unirse a IU, pero eso no oculta que en estos meses han pasado cosas. No solo lo decimos nosotros. Hay mucho votante del PSOE que quizá hoy no ve tan claro un acuerdo con Podemos como lo veía en diciembre.

¿Descarta apoyar cualquier Gobierno en el que participe Podemos?

Nosotros no vamos a apoyar nunca eso. Podremos votar con ellos alguna ley o sentarnos a negociar temas de Estado, lo hacemos también con los nacionalistas en Cataluña. Pero una cosa es no romper la vía de diálogo y otra estar en un Gobierno con quien tiene como objetivo una enmienda a la totalidad de la Transición. Dicen que todo fue una estafa y algunos de ellos reniegan ya incluso de Carrillo. Eso es un error. Es negar 40 años de prosperidad. No lo puedo compartir. Nosotros queremos una revisión, pero siempre dentro del modelo constitucional.

Entonces el escenario seguirá bloqueado el 27 de junio, ¿no?

Mi opinión es que si no hay renuncias personales, no salimos de esta. No veo posible que con el erre que erre salgamos de esta. Por eso yo propongo el pacto antisillones. Si ninguno estamos, quizá nuestros partidos puedan poner contenido, reformas y calendarios. Yo no seré el problema, pero espero que los demás tampoco lo sean.

¿Sería más fácil si Pedro Sánchez renuncia también dentro del PSOE?

Evidentemente, es más fácil cuando la gente se sienta a hablar. Con nosotros Sánchez lo hizo y con Podemos lo intentó, pero con el PP, a pesar de nuestros intentos, siempre se negó. Es una mala idea negar un encuentro a quien representa a siete millones de españoles. Yo me he reunido con todos. Hay que sentarse y yo dudo que Sánchez y Rajoy sean capaces de llegar a un acuerdo para poner en marcha el país.

¿Cómo es su relación con Susana Díaz? ¿Se ve negociando con ella?

Esto no tiene nada que ver con relaciones personales. La gente no lo sabe, pero yo tengo una relación cordial con Rajoy. En trato personal no tengo ninguna queja. El problema es de regeneración, no de piel, de personas.

¿Mantiene la idea de que alguien de consenso puede desbloquear la situación?

Bueno, eso es un plan B... o un plan C. Ahora tenemos que pensar en el plan A, que es sentarse entre partidos y negociar un Gobierno. Pero antes que repetir elecciones sería más sensato el pacto que yo propuse: es decir, demos un paso atrás los líderes de los partidos para evitar ser un obstáculo e intentemos no abocar al país a unas terceras elecciones. Insisto, no es una solución ordinaria, lo lógico sería que hubiésemos pactado un Gobierno, pero aquí estamos repitiendo elecciones.

¿Se ve usted como presidente de una tercera vía?

No. No tiene lógica, no lo veo en este momento ni seremos nosotros quienes lo planteemos.

Jordi Sevilla ha propuesto que gobierne la fuerza con más apoyos en el Congreso. ¿Qué le parece?

No es muy distinto de lo que decían en los últimos meses. Hay una batalla entre PP y PSOE porque son incapaces de ponerse de acuerdo. Yo creo que lo sensato es reconocer que no va a haber mayorías, sentarse y ver qué temas compartimos, qué medidas se quieren tomar y cómo se gobierna eso, no quién forma parte del Gobierno. En Alemania, cuando se habló de formar esa gran coalición la base no fueron los nombres, fue el propio acuerdo sobre las reformas que eran necesarias, detalladas, con calendario de ejecución...

Y todos renunciaron a imponer o vetar personas al resto de partidos...

Pero ninguno de esos líderes aparecía en los papeles de Bárcenas. Si el segundo gran problema de España es la corrupción no puede liderar el cambio alguien que está en los papeles de Bárcenas, con un partido imputado... Hay un problema de credibilidad. No es una cuestión personal. Yo no voy a entrar a discutir si Rajoy es mejor o peor político. En una lógica normal, si no estuviera salpicado y bajo sospecha de corrupción, podríamos hacer lo mismo que en Alemania, pero yo no confío en la capacidad de ilusionar o la autoridad moral de ese presidente. Insisto, la condición no es personal, es de limpieza. 

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