EXCOLABORADOR DE LOS SERVICIOS SECRETOS ESPAÑOLES

Abdelilah Issou

03 / 04 / 2013 10:39 Fernando Rueda
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Opositor del régimen alauí y exteniente de su ejército, cuenta cómo le contactaron para derrocar la monarquía.

“El CNI me propuso derrocar al rey de Marruecos”

En Marruecos le consideran uno de los cinco mayores enemigos del país. Trabajó para el CNI en el país alauí, pero al ser descubierto huyó a España, donde vive escondido. Hace tres años intentaron secuestrarle por pertenecer a un movimiento opositor en el exterior.

¿Por qué un teniente del ejército marroquí empieza a trabajar para el CNI?

El día que contacté con el consulado español pedí hablar con el agregado de prensa, porque mi intención no era hacer de espía para el CNI, sino que se publicara en la prensa española lo que estaba pasando en palacio y dentro del ejército marroquí, es decir, los escándalos de corrupción, tráfico de droga... Lo de espiar me lo propuso el diplomático español a raíz de nuestro segundo encuentro, además de proponerme un plan que consistía en formar un grupo clandestino de oficiales, que se llamaría Oficiales Libres Marroquíes, cuya misión sería, a largo plazo, el derrocamiento de la monarquía en Marruecos y la instauración de un régimen democrático. Me prometió dinero, asesoramiento e incluso armas si hacía falta, y acepté. Lo de espiar hay que matizarlo. Lo de colaborar con el CNI no fue sino un medio para llegar a derrocar un régimen dictatorial, corrupto y podrido, como es la monarquía alauí, un acto de resistencia.

 

¿Cómo fue su relación y qué tipo de trabajos realizó para el espionaje español?

Mi trabajo consistía primero en recabar información, y luego, en reclutar oficiales para el grupo que he mencionado. La información era sobre la familia real, algún que otro político y, claro está, la información militar. Y aquí también tengo que matizar. Yo aceptaba dar información sobre los altos mandos, e incluso hacerles retratos psicológicos, pero en cuanto a la información militar, sea de carácter estratégico, táctico u operacional, o encontraba excusas para no proporcionarla, o la proporcionaba a medias o simplemente daba información errónea. Al fin y al cabo, yo no sabía dónde iba a parar esa información.

 

¿Qué le pagaban y qué le ofrecieron para el futuro si aceptaba colaborar?

No tenía un sueldo fijo y nunca lo pedí. Cuando necesitaba dinero para gastos justificados de desplazamientos, hoteles o llamadas, lo pedía y me lo pagaban, siempre. En cuanto a lo que me prometieron, puse como condición que si llegaba el caso me tendrían que ayudar a salir del país, darme asilo en España, protegerme y garantizarme una vida digna. Desgraciadamente, no han cumplido con ninguna de esas promesas.

 

¿Qué fue lo que hizo que desertara del ejército marroquí?

Deserté del ejército cuando supe que estaba vigilado por el contraespionaje. Mi contacto me aconsejó seguir con mi rutina como si nada, pero era mi pellejo el que estaba en juego y, sabiendo lo que me harían una vez arrestado, no lo dudé ni un solo momento.

 

¿Considera que el CNI le dejó tirado?

Por supuesto que me dejó tirado. Deserté del ejército en septiembre de 2000 y estuve escondido hasta finales de octubre, cuando pasé la frontera en Ceuta, y llamé a mi contacto, poniéndolo delante del hecho consumado. Estaba ahí y no tenía más remedio que ayudarme y cumplir con lo acordado. Nos reunimos en un hotel y mantuvimos una conversación en la que me dejó bien claro que, de momento, no se me iba a aportar ninguna clase de ayuda, que tendría que volver a Marruecos y a mi trabajo. Me dio cita en Ceuta para junio de 2001. Era surrealista. Tuve que volver a cruzar la frontera, con un pasaporte que no era mío, y con todos los riesgos que eso conllevaba. No volví a mi trabajo y estuve escondido hasta junio. Volví a cruzar la frontera y acudí a la cita. No se presentó nadie. Volví a mi escondite en Marruecos hasta que pude conseguir el pasaporte que me iba a permitir cruzar el estrecho para la península, lo que hice a principios de enero de 2002.

 

¿Ha vuelto a tener contacto con el CNI desde su llegada a España?

La primera vez que lo intenté fue desde Zamora, donde estuve una temporada en 2002, a través de la Policía Nacional. Me llegó un rumor según el cual iba a haber un gran atentado de Al Qaeda en España. Tenía la posibilidad real de empezar una investigación y conseguir información que, quizás, habría evitado lo del 11-M. La Policía Nacional de Zamora transmitió mi mensaje a sus superiores, pero el agente que vino desde Madrid unos días después para entrevistarme no era del CNI, sino de una unidad de inteligencia de la Policía Nacional, y lo que quería era información concreta sobre aquel supuesto atentado, y yo no la tenía. Le dije que si me ponían en nómina podría trabajar en el asunto y conseguir la información, pero eso llevaría su tiempo. Me dijo que iba a transmitir la propuesta a sus superiores, pero no volví a saber nada. La segunda vez fue en Madrid, en 2005. Mandé un mensaje a través de la web del CNI, bajo una falsa identidad, ofreciéndome para colaborar en temas de terrorismo islamista. Mandaron dos agentes jóvenes para entrevistarme. Les conté toda mi historia y me dijeron que iban a transmitirlo a sus superiores, pero jamás volvieron a comunicarse conmigo.

 

¿Qué fue de su vida cuando llegó a España y decidió pedir asilo político?

Quiero aprovechar la ocasión para agradecerle al pueblo y a las instituciones españolas su hospitalidad y el otorgarme el estatuto de asilado y la protección del Estado. También le quiero agradecer a José María Aznar y a la que fue su ministra de Asuntos Exteriores, la señora Ana Palacio, el no haberme entregado, en su día, a Marruecos, porque me consta que ha habido presiones enormes de Rabat en este sentido. En cuanto a mi vida, estoy llevando una existencia tranquila y normal, como cualquier ciudadano.

 

Hace un par de años denunció ante la Policía que habían intentado secuestrarle en Madrid. ¿Cómo fue aquello y quiénes cree que eran?

En agosto de 2010 fui abordado, una mañana muy temprano, cuando hacía footing en el madrileño barrio de Villaverde, por dos individuos marroquíes armados que intentaron hacerme subir en un coche. Si no hubiera sido por una vecina, que salió de su casa justo delante del lugar del intento de secuestro, no estaría aquí ahora para contarlo.

 

¿Teme por su vida?

Después del incidente de Villaverde empecé a temer por mi vida y a sentirme menos seguro que antes. El Estado español no me puede proteger las 24 horas.

 

¿Las fuerzas de seguridad de Marruecos le consideran uno de los cinco mayores enemigos del país en el extranjero?

Sí, se publicó en Aujourd’hui le Maroc en febrero de 2011. Junto con el fundador de Justicia y Caridad; el príncipe Hicham; el excapitán del ejército del aire marroquí y asilado en Francia Mustafa Adib; y otra persona.

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