Rato entra en riesgo cierto de pisar la cárcel

Tras el final de la instrucción por el caso de la salida a bolsa de Bankia, Rodrigo Rato tiene muchas papeletas para pisar la cárcel si es condenado. Se trata de una condena algo más que probable, a tenor del durísimo auto del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que sienta en el banquillo a toda la cúpula directiva del banco nacionalizado. El exvicepresidente económico del Gobierno tiene encima una sentencia de cuatro años de prisión por las tarjetas black de Bankia, recurrida al Tribunal Supremo, y, en consecuencia, una segunda condena por este caso, incluso con pena de prisión mínima, ya no le librará de pisar la cárcel. Tendría dificilísimo pedir la suspensión de ejecución de sentencia y eludir el ingreso en prisión, ya que en ese momento tendría ya antecedentes como penado. Es la opinión unánime de varios penalistas y bufetes consultados por Tiempo.

El pasado 11 de mayo el juez Andreu firmaba un auto que sienta en el banquillo a Rodrigo Rato, José Luis Olivas, Francisco Verdú, máximos dirigentes de Bankia, y otros 29 antiguos directivos por falsear las cuentas de los dos ejercicios previos a la salida a bolsa (años 2010 y 2011) y por incluir datos falsos en el folleto de la Oferta Pública de Suscripción (OPS). En el banquillo se sentará con ellos Francisco Celma, el auditor de la firma Deloitte que firmó las cuentas del banco. La auditora Deloitte no se sentará en el banquillo, ya que el juez personaliza la responsabilidad en el auditor, como profesional dotado de autonomía profesional en la revisión de cuentas del banco.

Exculpados

Curiosamente, el juez ha exculpado a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, exgobernador del Banco de España; Javier Arístegui, exsubgobernador del Banco de España, y a Julio Segura, expresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, de cualquier responsabilidad en este caso, pese a que son las autoridades que autorizaron la salida a bolsa de Bankia.

“Rato se enfrenta a una pena de uno a seis años de cárcel por el delito de estafa a inversores y una fuerte multa, y a penas de uno a tres años por fraude en las cuentas del banco de los dos ejercicios anteriores a la salida a bolsa de Bankia, a tenor del artículo 290 del Código Penal. No lo tiene fácil, y esta vez el riesgo de cárcel es altísimo al estar ya condenado, aunque tiene recurrida su condena de  cuatro años por las tarjetas black ante el Supremo. Lo tiene muy mal”, dice Óscar Arredondo, socio de Penal del bufete  Cremades&CalvoSotelo.

Muy parecida, por no decir igual, es la valoración del caso que hacen en fuentes del Departamento de Penal de la Universidad Carlos III de Madrid. “Si dos peritos judiciales, nombrados por el juez instructor, que además son inspectores del Banco de España, dicen blanco sobre negro, en presente de indicativo, no en condicional, que se falsearon las cuentas, la perspectiva para los procesados es muy negra. Ni siquiera la presentación de informes periciales presentados por los procesados, que es el recurso más habitual, tiene mucho recorrido”, dicen medios de este departamento de Penal.

El escenario penal de Rato, Olivas, Verdú y los otros 29 directivos procesados se agravaría, a los ojos del futuro tribunal juzgador, por los daños causados a miles de pequeños accionistas, engañados con cuentas presuntamente  falseadas, el daño ocasionado a las arcas públicas por los 23.000 millones de euros empleados en el rescate de Bankia y la alarma social creada.