PSA-Opel: una boda bajo vigilancia
15 / 03 / 2017 José María Vals
La compra de Opel por PSA va a ser vigilada de cerca por los sindicatos de ambos grupos.
De izquierda a derecha, Carlos Tavares, presidente de PSA, con Karl-Thomas Neumann, de Opel, y Dan Ammann, de General Motors. Foto: Martial Trezzini
El grupo automovilístico francés PSA Peugeot Citroën ha cerrado finalmente el acuerdo con el grupo estadounidense General Motors (GM) para adquirir las marcas automovilísticas Opel y Vauxhall, que concentran el negocio europeo de GM. La operación tiene un coste para PSA de 2.200 millones de euros, de los que 1.300 millones se corresponden con las marcas y los 900 restantes son para pagar el negocio financiero. Tras esta compra, el grupo francés se convierte en el segundo más grande de Europa después de Volkswagen. Tendrá un 17% de cuota de mercado en el continente y contará con una plantilla de 40.000 trabajadores y 16 fábricas.
En España, el nuevo grupo dispondrá de tres fábricas. Dos de ellas, las de Vigo (Pontevedra) y Villaverde (Madrid), son las que ya tenía PSA. La tercera, situada en la localidad de Figueruelas (Zaragoza), es de Opel, cuenta con 5.500 trabajadores en plantilla y da trabajo a otras 7.000 personas en empleo indirecto generado por los proveedores. Con estas cifras se convierte en el grupo más potente de la industria automovilística española.
Tras la firma del acuerdo, el presidente de PSA, Carlos Tavares, se mostró convencido de que esta unión será buena para ambas partes. “Apreciamos –ha dicho– todo lo que han logrado los excelentes equipos de Opel/Vauxhall, y también las atractivas marcas y el importante legado de la empresa. Nuestra intención es gestionar PSA y Opel/Vauxhall aprovechando sus respectivas identidades de marca. Ya hemos trabajado juntos en la creación de productos ganadores para el mercado europeo, y por eso sabemos que este es el socio adecuado. Lo consideramos una ampliación natural de nuestra relación”.
