Las pensiones se recortan solas

Justo cuando los miembros de la Comisión del Pacto de Toledo comienzan a acelerar sus trabajos de cara a la aprobación de recomendaciones para una nueva reforma del sistema de pensiones, el Banco de España ha puesto negro sobre blanco lo que ya se ha hecho con las reformas aprobadas por el último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE) en 2011 y el primero de Mariano Rajoy (PP) en 2013. Y la conclusión más llamativa es que sin hacer absolutamente nada, las pensiones se recortarán más de un 30% para quienes se jubilen a partir de 2030.

En concreto, según las cifras elaboradas por la Dirección General de Economía y Estadística del Banco de España, para un español que se jubile en 2030, con una esperanza de vida de 21 años y suponiendo una inflación constante del 2% cada año, la pensión real caerá más de un 35% por la aplicación de las medidas previstas en las reformas de 2011 y 2013. Y esto es así porque las reformas introducen dos tipos de medidas que irán minando el poder adquisitivo de los trabajadores que se jubilen en las próximas décadas.

Una de ellas es el incremento de la edad legal de jubilación desde los 65 a los 67 años, que se eleva progresivamente hasta 2027. Un segundo aspecto es el aumento del periodo considerado para el cálculo de la base reguladora, que pasa de 15 años en 2013 a 25 en 2022. Y a ello se une la obligación de acreditar al menos 37 años cotizados para acceder al 100% de la pensión (ahora son 30) con un periodo transitorio que acaba también en 2027.

Hasta ahí, las principales medidas introducidas por la reforma de 2011, que según algunos cálculos suponían ya un recorte en el largo plazo de aproximadamente un 20% de las pensiones iniciales a cobrar por los jubilados. Pero a esas se sumaron otras dos muy importantes introducidas por la reforma de 2013. Se trata del denominado Factor de Sostenibilidad, que entra en vigor en 2018 y que vincula automáticamente el importe inicial de las pensiones de jubilación a la evolución de la esperanza de vida. Los técnicos señalan que la aplicación de esta fórmula implicará recortes adicionales de hasta 5 puntos cada diez años en las pensiones iniciales.

Pérdida de valor

Además, esta reforma de 2013 introdujo un nuevo Índice de Revalorización del Sistema de Pensiones (IRP), que las desvincula del IPC y por el que las pensiones no suben más del 0,25% anual si el sistema de la Seguridad Social no cuadra las cuentas. Y cuando el sistema tenga superávit, la subida máxima será del IPC más un 0,50%. La conjunción de estas con nuevas medidas suma un recorte adicional de aproximadamente 17 puntos porcentuales a las pensiones de los jubilados a partir de 2030.

Todo esto, según el Ministerio de Empleo, no basta para preservar el futuro del sistema de pensiones tal y como lo conocemos ahora más allá de 2050, y por ello es por lo que la Comisión del Pacto de Toledo trabaja en una serie de recomendaciones que debe hacer al Gobierno en los próximos meses. En paralelo, esta comisión estudia también qué hacer con una deuda histórica de 17.169 millones de la Seguridad Social con el Estado, cuya resolución mediante permuta de propiedad de hospitales (ver Tiempo número 1.759, del 5 de agosto de 2016) lleva coleando desde el último Gobierno de José María Aznar.