La nueva aventura de Google

Podría decirse que Google es al mundo de la telefonía móvil lo que Microsoft es para el de los ordenadores personales. Según datos del sector, entre el 75% y el 80% de los teléfonos inteligentes que existen en el planeta llevan instalado el sistema operativo Android, propiedad de Google. Tan solo un 15% aproximadamente funcionan con el iOS, que es el desarrollado por Apple para sus iPhone.

Este dominio del mercado siempre ha llevado a Google a tener la tentación de entrar también en el mundo de las marcas y disponer de modelos propios de terminales.

Desde finales de 2008 llevaba introduciendo modelos en colaboración con otros fabricantes bajo la marca Nexus, que los expertos consideraban de una relación aceptable calidad-precio, debido al coste equilibrado para los consumidores. Quizás fue esto lo que le llevó en 2012 a una aventura de mayor tamaño.

En ese año Google se lanzó definitivamente a la piscina y adquirió por 12.500 millones de dólares (10.400millones de euros) el fabricante de móviles Motorola. Tan solo tres años después deshizo la operación y, aunque se quedó con las patentes, vendió Motorola a Lenovo, por menos de la cuarta parte de lo que había pagado. La explicación fue que las expectativas no se habían cumplido.

A pesar de todo ello, en octubre de 2016 Google ponía en el mercado su primer modelo de smartphone bajo la marca Pixel. El nombre no parece aleatorio, ni mucho menos, cuando el gigante tecnológico anunció a los cuatro vientos que ese terminal tendría una de las mejores cámaras conocidas hasta ahora en el mundo de los móviles.

Y así fue. Los expertos coincidieron en que si no era la mejor, estaba entre las dos mejores. Y para muchos fue, sin duda, la cámara integrada con mejor resolución jamás instalada en un móvil.

¿Coincidencias? En este mundo tan competitivo no existen. El fabricante de este smartphone de Google no era otro que HTC. Un móvil desarrollado en los laboratorios de Google y fabricado en Taiwán llevaba la mejor cámara integrada del mundo. Y eso había que protegerlo de alguna manera para que no caiga en manos de la competencia. ¿Cómo? Pues con el talonario de cheques: comprando la parte de HTC encargada de fabricar esos terminales.

Alta gama

Exactamente eso es lo que ha ocurrido. Google anunciaba la pasada semana que tomaba el control de parte de los activos y empleados encargados del diseño y fabricación de smartphones del grupo taiwanés HTC por 1.100 millones de dólares (920 millones de euros). La operación se cerró con el acuerdo de que el pago se hace en efectivo y que unos 2.000 trabajadores de HTC, entre los que figura el equipo que desarrolla el smartphone Pixel, se incorporan a la plantilla de Google.

Los responsables de la operación por parte de Google dejaron el mensaje en el mercado de que esta es una “inversión a largo plazo”. Pero para empezar, el nuevo modelo de Pixel verá la luz el próximo mes de octubre. Para Google esta es la vía de entrada en el mercado de terminales móviles de alta gama (y alto precio), dominado ahora por los iPhone de Apple y los smartphones de Samsung, que son los más caros de las tiendas. Todo, pues, tiene su porqué y esta compra también.