Esta no es una economía de libre mercado.

04 / 10 / 2016 Jesús Sánchez-Quiñones
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La Reserva Federal de Estados Unidos inició la compra de activos y el BCE ha seguido la estela en Europa.

En una economía de libre mercado el precio de los bienes y servicios se fija por la confluencia de la oferta y la demanda. En una economía intervenida es el Estado el que fija los precios. Aunque los medios de comunicación nos transmitan constantemente los excesos de la “actual economía de mercado”, lo cierto es que estamos en una economía intervenida en su raíz.

Los tipos de interés de los bonos soberanos a largo plazo son la piedra angular sobre la que pivota la valoración de los distintos activos financieros y no financieros. A menor tipo del bono soberano, mayor valoración de los activos.

El tipo de interés de los bonos soberanos nunca ha estado tan intervenido como ahora. El nivel actual no refleja la libre formación de precios por confluencia de la oferta y la demanda, sino que está totalmente condicionado por la intervención de los bancos centrales, y en el caso de los bonos europeos, por la intervención del Banco Central Europeo.

Hasta la actual crisis financiera, los bancos centrales “solo” actuaban de forma directa en los tipos de interés de corto plazo subiendo o bajando los tipos de referencia. A partir de ahí, los tipos de interés de los bonos a medio y largo plazo los fijaba libremente el mercado en función, entre otras cosas, de la previsión de actuaciones futuras de los bancos centrales. Desde que la Reserva Federal comenzó con su política de compra de bonos a través de los distintos programas de expansión cuantitativa (QE) en 2009, los bancos centrales han intervenido cada vez de forma más intensa en la formación de los precios de los bonos y, por tanto, en el nivel de los tipos de interés de los mismos.

El actual nivel de los bonos soberanos no responde a una formación de precios en un libre mercado, sino a un mercado intervenido. Solo la actuación del BCE comprando en el mercado justifica que hasta diez países de la Eurozona presenten tipos negativos en los bonos soberanos a dos años, y que más de la mitad de los bonos soberanos de la Eurozona tampoco ofrezcan rentabilidad positiva. Así, los tipos de interés de los bonos a diez años están en niveles históricamente bajos, que en absoluto reflejan el incremento de la deuda pública generalizado (con la excepción de Alemania) de los últimos años.

Caducidad. El programa de compra de activos del BCE, bien en plazo, cuantía o tipo de activos, tendrá un límite, pese a que hoy se vea lejano. Los tipos actuales solo se mantendrán mientras el BCE siga interviniendo cuantiosamente en el mercado. Sea en 2017 o en 2018, en algún momento dejará de intervenir con la misma intensidad, provocando una  subida de tipos de interés a largo plazo.

Cuando la mencionada subida de tipos de tipos se produzca, inevitablemente tendrá su efecto en la valoración del resto de activos. Si la subida de tipos es brusca, las caídas de valoración de los activos también lo serán. Entonces seguro que se volverán a oír voces críticas contra los “mercados financieros” sin tener en cuenta el efecto que en las valoraciones está teniendo la actuación de los bancos centrales.

Conviene no olvidar que los tipos actuales ni serán eternos, ni reflejan el nivel que tendrían que existir en un mercado de libre formación de precios. 

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