El Popular pierde su particular 2 de mayo

14 / 06 / 2017 José María Vals
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

El Banco Popular ha perdido finalmente su guerra por la independencia. Se lo come el Santander. El ladrillo ha tenido la culpa.

Emilio Saracho fue nombrado presidente del Popular en febrero. Foto: Denis Balibouse/Reuters

Era jueves, 18 de mayo, y el consejo de administración del Banco Popular se reunía con un orden del día en el que no figuraba la posible venta de la entidad. Para entonces, algunos bancos españoles habían acudido a JP Morgan para que les enseñara el dosier con información del Popular y así hacerse una idea de cuánto les podría costar comprarlo. Con esa documentación en la mano, los cálculos hechos por la banca situaban la cifra necesaria para tapar todos los agujeros del banco presidido por Emilio Saracho en unos 7.000 millones de euros. Y acertaron. Porque esa es precisamente la cifra que ha puesto sobre la mesa el Santander al anunciar el pasado miércoles, día 7, que compraba el banco por un euro y que después tiene que hacer una ampliación de capital de 7.000 millones para poner al Popular en unos niveles de solvencia y morosidad similares a los des resto del sector.

El Popular llegaba a esta última fase de su vida como banco independiente con una morosidad del 14,91% (con cifras oficiales del primer trimestre), frente a cifras del 5,22% para el Santander, el 6,70% en CaixaBank o el 5,80% en BBVA. El problema sigue siendo el ladrillo. La cobertura de los inmuebles en el Popular se sitúa en el 39,4% frente al 47,3% del promedio de la gran banca española. De esas cifras nace la necesidad de realizar nuevas provisiones y reforzar el capital del Popular, que ya no serán hechas desde dentro, como hasta ahora, sino por su nuevo dueño, el Santander, que destinará 7.200 millones a provisionar posibles pérdidas de activos inmobiliarios.

La operación de compra del Santander ha sido pactada por la Junta Única de Resolución (JUR) de crisis bancarias en Europa y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) español, una vez que el Banco Central Europeo les comunicara que el Popular era un banco inviable en solitario. “La venta –ha dicho la alemana Elke König, presidenta de la JUR– va en el interés público, dado que protege a todos los depositarios de Banco Popular y garantiza su estabilidad financiera”. Esta es, además, la primera de estas operaciones que se pilotan desde Europa para rescatar a un banco en peligro de colapso sin ayudas públicas, tal y como se aprobó tras la crisis financiera de 2008.

Este tipo de rescate pone a salvo el dinero de los depositantes y no requiere la inyección de dinero desde el Estado, pero tiene su lado más amargo entre los accionistas y quienes hayan invertido en bonos convertibles y deuda subordinada, ya que todos perderán la inversión, ya que los bonos convertibles (CoCos) se convierten en acciones, al igual que la deuda subordinada, y el capital resultante total sirve para absorber las pérdidas generadas por el saneamiento del banco. La resolución del FROB es meridianamente clara cuando dice que el capital social actual se reducirá a cero, con lo que los accionistas perderán toda su inversión y que después se hará una ampliación de capital con los CoCos que volverá a reducirse a cero y finalmente se hará una segunda ampliación con cargo a la deuda subordinada que se quedará como capital social del banco.

Accionistas

Perder el cien por cien de la inversión en acciones del Popular es dramático para los accionistas, pero muchos ya habían perdido gran parte de lo que invirtieron en su día. Con respecto a los accionistas que llevaban ya muchos años y que vivieron los tiempos de esplendor del banco cuando en abril de 2007 cotizaba en su máximo histórico por encima de los 28 euros, el día previo a la intervención y venta al Santander el Popular cotizaba a 31 céntimos, lo que supone una pérdida de casi el cien por cien sobre aquellas cifras de máximos. Pero es que incluso habían perdido ya una parte de su inversión quienes entraron con las dos ampliaciones que el banco realizó, por un valor conjunto de 5.000 millones, entre 2012 y octubre de 2016.

Por ejemplo, a quienes acudieron a la ampliación de 2016, cuyas acciones nuevas salieron al mercado a 1,25 euros, la cotización de 31 céntimos les suponía ya una pérdida del 75% de su inversión. Un poco más de suerte acumulaban quienes entraron con la ampliación de 2012, cuyo precio fue de 0,401 euros. A estos, la cotización previa a la intervención les suponía una pérdida del 23%, que ahora verán ampliada al cien por cien. Quien sí ganará será el Santander, que se convierte en el líder del negocio bancario en territorio español con una cuota del 20% del mercado. 

ANGEL-RON-F

Ángel Ron ha vivido los mejores y peores momentos del banco. Foto: José Luis Roca

18875812_59-F

José García Cantera, que colaboró con Ana Botín en Banesto, sustituye a Saracho. Foto: Carlos Hoys

Grupo Zeta Nexica