El nuevo rey del viento

15 / 06 / 2017 Jorge Heras Pastor
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El empresario del sector cárnico Fernando Samper se ha quedado con el 40% de la potencia eólica que el Gobierno ha subastado en año y medio.

Samper (rodeado por un círculo) en la inauguración en 2008 del parque fotovoltaico de Zuera (Zaragoza)

Molinos de viento que saben a jamón. Así serán los alrededor de 400 aerogeneradores que se ha comprometido a levantar en menos de tres años Fernando Samper Rivas, un empresario zaragozano curtido en la industria cárnica del porcino que ha sacudido el negocio energético al ganar la partida eólica a las grandes eléctricas. Su empresa, Forestalia, era hasta hace un año y medio una absoluta desconocida. Ahora, después de cuatro ejercicios de sequía inversora en el sector por la moratoria que impuso el Gobierno, es la gran promesa. Lo es tras asignarse por sorpresa 1.500 megavatios (MW) de potencia eólica en las dos subastas de renovables realizadas por el Ministerio de Industria (en enero de 2016 y el pasado mes de mayo), es decir, el 40% de todo lo que se repartía. Ha reventado el mercado con una propuesta que rompe con el gran mantra que ha acompañado al desarrollo de las energías verdes en España, el de que producir electricidad con viento no era rentable sin ayudas públicas. ¿Lo conseguirá?

No cabe duda de que en el sector se respiran nuevos aires y que soplan desde Aragón, la tierra de este singular y aguerrido empresario. La misma donde tiene previsto poner en marcha la totalidad de los parques eólicos que ha ganado en las pujas con sus ofertas de prima cero. Esto supondrá una inversión que rondará los 1.200 millones de euros, además de miles de empleos durante el periodo de construcción, a los que se sumarán varios cientos de millones más para desarrollar los 108 MW adicionales de biomasa que consiguió en la primera subasta ministerial. Cuando haga realidad todos esos proyectos se convertirá en el nuevo rey de las renovables (el sexto grupo del ranking nacional y el primero entre los operadores independientes). Y lo que es más importante, será el precursor de un cambio inaudito en las reglas de juego de este negocio, al prescindir de las subvenciones
 y retribuir la electricidad generada con tecnologías limpias únicamente con el precio que estipule el mercado mayorista de luz, con el consiguiente ahorro de costes para el sistema y, en definitiva, para el consumidor.

La expectación es máxima. Todos los ojos están puestos en los pasos que a partir de ahora dé Fernando Samper Rivas, cuya figura despierta tanto admiración entre los suyos como desconfianza entre algunos de sus competidores, que dudan de la viabilidad de sus planes. Por lo pronto, ha abierto una brecha en el oligopolio eléctrico, plantando cara a titanes como Endesa, Iberdrola o Gas Natural, con muchos más recursos, estructura y personal que su todavía modesta compañía. Poco se conoce de la información biográfica de este esquivo directivo, que huye del foco mediático incluso ahora que su nombre ha saltado a las primeras páginas de la prensa económica por el fenómeno Forestalia. Tal es así que como presidente y dueño de la compañía, que fundó hace solo seis años, no ha trascendido ninguna fotografía suya ni declaración pública. En su entorno también guardan un cierto hermetismo sobre su persona. Lo definen como un hombre hecho a sí mismo en el mundo de los negocios, con más 35 años a sus espaldas como empresario, la mayor parte de ellos en la industria cárnica. También destacan de él su “marcado carácter aragonés”, que se refleja en la “tenacidad” y el “amor a la tierra” que profesa. 

Del ascenso a la escisión

Nació en Zaragoza el 28 de noviembre de 1964, está casado y tiene dos hijos, uno de los cuales le acompaña en su nueva aventura empresarial. Carece de estudios superiores y quienes lo conocen le describen como un “autodidacta” y “empedernido trabajador” que ha hecho carrera en la escuela de la Jorge, que es como llaman familiarmente al Grupo Jorge, el gigante cárnico aragonés que es propiedad de sus hermanos (la familia Samper). El gen emprendedor lo lleva en la sangre. Forma parte de la tercera generación de esta saga de origen humilde y sencillo, cuyo imperio porcino dio sus primeros pasos hace casi 90 años de la mano de su abuelo, Tomás Samper Albalá, que se dedicaba a vender lechones por las casas. Su padre, Fernando Samper Pinilla, continuó y engordó el negocio, que con el paso de los años ha prosperado hasta convertirse en una de las 14 primeras firmas cárnica de Europa y la tercera de España, donde es además la que más productos porcinos exporta a China.

A esta historia de éxito ha contribuido Fernando Samper Riva, que como hermano mayor de la familia ocupaba el cargo de consejero delegado del holding. Se encargó de pilotar la internacionalización y diversificación del negocio, lo que le llevó a adentrarse en el mundo de las energías renovables, donde vio oportunidades y ya a finales de los años 90 del siglo pasado empezó a promover los primeros proyectos. No se trata por tanto de un recién llegado. Fruto de ello, el Grupo Jorge cuenta hoy con 110 MW en explotación de eólica y fotovoltaica. Esta trayectoria se trunca en 2011, cuando el cabeza de familia decide desvincularse de la empresa por desavenencias con el resto.

De esa escisión nace Forestalia, que arrancó con los activos de renovables que recibió en pago por su marcha y con los que compró a la firma alemana RWE en biomasa. Desde entonces ha ido engrosando su cartera de proyectos –todos ellos en tramitación, ninguno en operación– y reinvirtiendo a fondo su patrimonio a la espera de que llegara su momento. Este apareció con las subastas, en las que el empresario zaragozano dio el golpe de mano que buscaba. Curiosamente, su anterior empresa no ha dejado de lado el segmento energético. Los Samper volvieron a verse las caras en el primer concurso de renovables que Industria celebró hace un año y medio, en el que el Grupo Jorge logró hacerse con una porción de 102 megavatios eólicos. En conjunto, esta familia de empresarios se llevó el 80% de la subasta.

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El presidente de Aragón, Javier Lambán, se ha comprometido a declarar de interés autonómico los proyectos ligados a las subastas de renovables. Foto: Antonio García/EFE

 “Visionario” del nuevo mercado

“Es un gran empresario que tiene la virtud de saber anticipar la visión del negocio”. Lo dice Fernando Muñoz, consejero delegado de Forestalia y cara visible de la compañía, que ensalza la figura de su introvertido presidente, al que ve como un “visionario” de las energías verdes. “Trasciende incluso lo nacional. Su filosofía de hacer renovables sin primas está siendo replicada en otros puntos de Europa y Sudamérica”, asegura. Fernando Samper dio en la tecla al tomar conciencia de que se estaba produciendo una considerable bajada de los costes de la tecnología eólica. Los aerogeneradores actuales triplican y cuatriplican la potencia de los que se instalaban hacen 15 años (de 1 a entre 3 y 4 megavatios), al tiempo que su precio se ha abaratado entre un 20% y un 30%. Con esos nuevos mimbres y los mejores emplazamientos para el viento –los de la empresa aragonesa tienen capacidad para producir entre 3.000 y 4.000 horas al año– “las cuentas salen muy bien”, sentencia Muñoz.

Si antes utilizaba el viento para curar los jamones, ahora lo empleará para producir electricidad verde. Curiosamente, algunos de los parque eólicos que pondrá en marcha se levantarán en lugares próximos a las granjas que alimentan la cadena de producción cárnica de su anterior empresa. Aunque se trata de actividades completamente diferentes, Fernando Samper intenta trasladar al negocio eólico algunas de las claves que funcionan en el porcino, como la búsqueda de la máxima eficiencia. Esa es la principal consigna que transmite a los suyos, a quienes pone de modelo a los taxistas, que “siempre eligen el modelo de coche más eficiente, por encima de la estética”. Con ese paralelismo, insiste en que la competitividad de las energías renovables debe llegar de la mejora tecnológica y la calidad del recurso eólico, en lugar de las ayudas públicas, para así hacer frente a los combustibles fósiles o la nuclear. Si del cerdo todo se aprovecha, por qué no del viento. 

Forestalia, un gigante en potencia

De cero a 1.608 megavatios. Es el gran salto que se propone dar la empresa aragonesa Forestalia en menos de tres años al calor de la potencia que se ha adjudicada en las subastas de renovables (1.500 MW de eólica y 108 MW de biomasa). Actualmente no vierte energía a la red eléctrica y todos sus proyectos están en promoción. Si logra materializar sus planes, pasará a convertirse en el sexto productor de electricidad a partir de viento, por detrás de Iberdrola, Acciona, EDP, Enel y Gas Natural Fenosa.

Los parques eólicos deben estar listos entre finales del 2019 y principios de 2020, según las condiciones marcadas por el Gobierno para que España cumpla el objetivo del 20% de renovables en ese año. Si lo consigue, esta empresa será también el adalid de una nueva era para las energías verdes, pues es la primera que pujó con el máximo descuento posible en las primas a la inversión, una fórmula criticada inicialmente por algunos operadores pero que han seguido otras grandes eléctricas. En este meteórico ascenso, Forestalia no transita en solitario. Detrás de sus ambiciosos proyectos hay poderosos compañeros de viaje. Es el caso de la multinacional estadounidense General Electric, su aliado tecnológico en eólica (fabricará los aerogeneradores) y con el que mantiene un acuerdo de “amplio espectro”  ampliable al aspecto financiero. Para afrontar la ingente inversión que requieren los parques, está ultimando acuerdos con fondos de capital internacionales, entre los que suena Blackrock. En biomasa, donde ultima la construcción de dos plantas en Cubillos del Sil (León) y Monzón (Huesca), cuenta como socio estratégico con el gigante chino Guangdong Electric Power Design Institute. También se ha ganado el respaldo de otros nombres más humildes como Caja Rural de Teruel, que fue determinante para los avales de las dos subastas (de 10 y 72 millones de euros). En el plano institucional su mayor valedor es el Gobierno de Aragón, cuyo presidente, el socialista Javier Lambán, ha incentivado el renacer de las renovables en esta comunidad al comprometerse a declarar de interés autonómico los proyectos ligados a las subastas. Así, se reducirán a la mitad los plazos y trámites administrativos.  El Ejecutivo central también ve con buenos ojos el desembarco de Forestalia, crucial para el éxito de las pujas renovables. El propio Mariano Rajoy anunció recientemente una tercera convocatoria, a la que esta firma aragonesa se plantea acudir con proyectos de fotovoltaica. Actualmente en torno a cien personas trabajan directa o indirectamente para Forestalia, que tiene las oficinas centrales en Madrid, y las técnicas en Zaragoza. Sus activos se completan con cultivos energéticos en España, Francia e Italia. 

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Grupo Zeta Nexica