El legado de Braulio Medel

Cuando la oferta pública de suscripción de acciones de Unicaja salga al mercado a final de este mes de junio culminará una larga etapa de esta entidad y de quien fuera su primer presidente, allá por 1991. Es una incógnita saber si, como apuestan algunos, terminará siendo absorbida por alguno de los grandes grupos bancarios del país. Por el momento, Unicaja es la séptima entidad financiera por activos (después de que desapareciera el puesto que ocupaba el Popular, recién absorbido por Santander) y la tercera de las que provienen de las antiguas cajas, tras Caixabank y Bankia. La entidad de origen andaluz ha vivido toda su historia bajo la presidencia de Braulio Medel, que es el último de los máximos directivos de las cajas que permanecen al frente desde los años noventa.

El histórico y poderoso Braulio Medel, al frente de la fundación que ostenta el porcentaje mayoritario de las acciones, tiene como su mano derecha a Manuel Azuaga, en la presidencia de Unicaja Banco. Culmina de esta manera uno de los hitos de un hombre que se ha mantenido durante lustros como uno de las personas más influyentes del sector. Medel ha sido presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorro (CECA) entre 1991 y 1998. Su actuación ha estado ligada a la relación con el poder socialista, al pilotar una caja cuya presencia territorial se ha concentrado en Andalucía, donde el PSOE gobierna sin interrupción desde el comienzo de la democracia. Medel fue viceconsejero de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía entre los años 1984 y 1987.

Braulio Medel ha sido un hombre siempre ligado a las cajas. Nacido en Marchena (Sevilla), en ese año de 1987 se coloca al frente de Caja de Ahorros de Ronda y tras duplicar sus recursos ajenos en tres años, en 1991 se convierte en la persona que presida la nueva Unicaja, la fusión de cinco cajas andaluzas: Cádiz, Almería, Ronda, Málaga y Antequera. Un proyecto que se tejió con grandes tensiones, ya que ambicionaba convertirse realmente en la única caja de ahorros de todo el territorio andaluz, pero que finalmente tuvo que competir durante años con Cajasur. Un cuarto de siglo después, un Braulio Medel incombustible, casi con 70 años de edad y treinta años después de su llegada a la Caja de Ronda, observa su desembarco en bolsa.

Medel dejó la presidencia de Unicaja Banco para seguir en la fundación dueña de las acciones del mismo hace un año, ya que acabó el periodo transitorio en el que podía estar en ambas. El rediseño del poder en Unicaja Banco, cuya sede central se encuentra en Málaga, se concretó en el nombramiento de Manuel Azuaga como presidente. Azuaga es un hombre del sector financiero (aunque estudió Filosofía y Letras), que nunca ha abandonado, salvo para hacerse cargo brevemente de la agencia estatal de los aeropuertos (AENA) durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando fue ministra de Fomento la andaluza (y malagueña de adopción) Magdalena Álvarez. Antes de relevar a Medel, Azuaga era vicepresidente y consejero delegado de Unicaja Banco desde 2013, y durante su experiencia de 43 años en el sector trabajó en Caja de Ahorros de Antequera, una de las cinco que dieron lugar a Unicaja. El rediseño se completó con el nombramiento de Petra Mateos como consejera coordinadora, un cargo de contrapeso respecto al presidente para una mujer con una amplia experiencia, cuyo nombre alcanzó gran notoriedad cuando fue la mano derecha del ministro de Economía socialista Miguel Boyer en los ochenta. Al cabo de los años, Mateos estuvo ligada a la Caja Castilla-La Mancha, la entidad presidida por el socialista Juan Pedro Hernández Moltó, la misma que fue intervenida tras la negativa de la Unicaja de Medel a absorberla en plena tormenta financiera. 

Casos Ere y Ausbanc

Aproximadamente en las mismas fechas en las que Braulio Medel tuvo que abandonar la presidencia de Unicaja Banco por razones regulatorias estalló la operación en la que fueron detenidos los máximos dirigentes de Ausbanc y Manos Limpias, José Luis Pineda y Miguel Bernard, por los presuntos chantajes realizados en el mundo financiero y judicial. La investigación descubrió que Unicaja presuntamente pagó 470.000 euros a estas dos entidades para que Ausbanc, personada en el caso de los ERE en Andalucía, pidiera que se levantara la imputación de Medel. Finalmente, cuando ya había estallado el escándalo de Ausbanc y Manos Limpias, fue el juez del caso ERE el que archivó la causa en lo referido a Medel al no encontrar delito en su participación en la adjudicación de ayudas por parte de la agencia pública andaluza Idea, de cuyo consejo formaba parte.

Unicaja saldrá al parqué bursátil el 30 de junio, con una valoración que se estima que puede situarse entre 1,1 y 1,4 euros por acción, con lo que este nuevo banco tendría una capitalización de entre 1.701 y 2.165 millones de euros, menor que los 2.300 millones en los que se valoraba antes de la crisis del Popular.

Antes de llegar aquí, Unicaja afrontó el proceso de reestructuración e integración del sector financiero para reforzar la solvencia de las entidades. Las necesidades adicionales de capital y los ajustes en las provisiones llevaron a que algunas optaran por la vía de la integración con Unicaja, que culminó en 2014. La caja resultante de la integración de Caja España y Caja Duero: Caja España de Inversiones, Salamanca y Soria, Caja de Ahorros y Monte de Piedad (Ceiss) se integró con la caja de origen andaluz. Este proceso no culminó hasta 2014. Esta compleja absorción aún trae cola en la salida a bolsa de Unicaja. Ceiss había recibido ayudas públicas de los que quedan pendientes de devolución 604 millones de euros en cocos, o bonos convertibles por acciones, a cuenta de EspañaDuero, una de las actuales filiales de Unicaja. La salida a bolsa permitirá cubrir esta cantidad, además de adquirir la participación que tiene el FROB en EspañaDuero de 62 millones de euros. Sobre Unicaja también se cierne la sombra de las reclamaciones sobre cláusulas suelo, que obligaría a unas provisiones de 370 millones de euros. 

Cajasur y CCM

Unicaja también se quedó con Caja Jaén en 2010. Ese mismo año había producido un intento fallido de integración con Cajasur, la otra gran entidad de ahorro andaluza. Unicaja se convirtió de esta manera en una de las 15 nuevas entidades de los 45 grupos de cajas existentes antes del proceso de transformación de este sector. También fue una de las cajas que, junto con los principales grupos bancarios españoles, fue escogida para las pruebas de resistencia realizadas entre 2012 y 2014. Unicaja decidió en 2009 no absorber Caja Castilla-La Mancha, en graves dificultades en el comienzo de la gran crisis, lo que condujo a que el Banco de España interviniera esta última.

Antes de la oferta de venta de acciones, el 86,7% del capital de Unicaja Banco está en manos de la Fundación Bancaria Unicaja y el resto en las de inversores privados, entre un 8,8% en inversores institucionales y un 4,5% de particulares. Estos últimos son los dueños de preferentes y deuda subordinada de las cajas castellanas integradas en Unicaja que ahora, con la salida a bolsa, podrán hacer líquida su inversión. Tras la oferta pública de suscripción, la fundación controlará entre el 51,7% y el 49,7%, según se ejecute o no la green shoe. El capital cotizado llegaría por lo tanto al 48,3%. Con unos activos de 56.000 millones de euros, Unicaja era el octavo grupo en la clasificación por activos de los bancos en España antes de que el Popular (sexto) fuera absorbido por el Santander y es la primera entidad financiera de Andalucía y de Castilla y León. También es el tercer banco que tiene su origen en las antiguas cajas de ahorros, ya que se encuentra por detrás de los grandes gigantes como Caixabank y Bankia. No obstante ha empeorado sus resultados en los últimos ejercicios.

Foto: Jorge Zapata/EFE