Drones: la llave inglesa voladora

29 / 01 / 2018 Miguel Cifuentes
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Se utilizan en vigilancia, construcción, agricultura, energía, cartografía, videos y cine, entre otros sectores.

Foto: Junta de Andalucía

Los drones, las pequeñas aeronaves sin piloto, son lo último en tecnología aplicada. Ha nacido “la llave inglesa voladora”. Se trata de una herramienta tecnológica  con  múltiples aplicaciones, desde el video y la fotografía a las labores agrícolas, desde la prevención de incendios forestales o el mantenimiento de infraestructuras  e industrias, y esto no ha hecho mas que empezar. Son muy útiles en los sectores de la energía o la construcción, con grandes ahorros en mantenimiento de instalaciones. “Se pueden utilizar en decenas de aplicaciones y sectores que ni nos imaginamos”, dice Antonio Sousa, consultor, piloto instructor y operador de estas aeronaves.  

En España hay 3.000 operadores, mas de 4.000 aparatos y una industria naciente que facturaría sobre 35 millones de euros anuales, aunque no hay datos verificados. No lo sabe ni AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea) que regula y controla este emergente sector .  Lo llamativo es que el boom de  los drones se ha producido en solo tres años de regulación, ya que hasta 2014 no hubo una ley sobre la actividad de estas aeronaves.

En el mundo los drones de uso civil mueven 5.600 millones de dólares y en 2021 llegarán a los 11.200 millones de dólares, según la consultora Gartner. No hay datos de la industria de drones militares, pero se estima su facturación en varios miles de millones de dólares al  año.

España fue un país pionero en la regulación de este sector en el año 2014, pero acaba de sacar un decreto en diciembre pasado (BOE del 29 de diciembre) con mas apertura y flexibilidad en esta actividad.

El Gobierno autoriza ahora el uso de drones  en espacios urbanos habitados, en zonas  restringidas  y en horas nocturnas, pero con duras exigencias técnicas  (de altura y distancia de personas y bienes)  y controles y autorizaciones previas. Un portavoz del ministerio de Fomento advierte que “ la seguridad es una prioridad , compatible con facilitar el desarrollo de este mercado emergente, cada vez mas utilizado por razones recreativas, deportivas,y ,sobre todo, profesionales. Lo hacemos  antes de que la Unión Europea dicte una normativa armonizadora, prevista en el plazo de dos años”.

Este es un mercado de futuro que va a explotar en España en los próximos años .En apenas cuatro años se han registrado en España casi 3.000 operadores, aunque una buena parte no están activos, y hay ya mas de 3.500 pilotos, más de 4.000 aeronaves y 73 escuelas ATOS que imparten cursos de pilotos de drones y 89 organismos entre operadores y fabricantes que imparten formación práctica.

Un mercado en expansión

Antonio Sousa,consultor, piloto e instructor de drones, miembro de la comisión de RPAS (Aeronaves pilotadas con control remoto) , organismo del ministerio de Fomento, dice que”el dron es una de las máquinas mas vendidas en el mundo y a la que apenas se ha sacado partido hasta ahora. Hay una imagen deportiva y recreativa de estos aparatos, pero no son juguetes ,son herramientas de trabajo con múltiples utilidades. Deben estar regulados y controlados”.

Esta actividad figura entre los objetivos de la Unión Europea horizonte 20- 20 porque tiene un enorme potencial y una gran desarrollo tecnológico, y es susceptible de ser utilizado en casi todos los sectores de actividad económica. “Estamos hablando de una actividad que en Estados Unidos se estima puede tener una capitalización de 120.000 millones de dólares en inversión en 5 años y en la Unión Europea llegará a mover 60.000 millones de euros en 5 años”, dice Sousa.

La experiencia europea es muy prometedora,en países como Francia “el uso de drones en la agricultura es ya intensivo, en el control de cosechas y plagas, estado de los cultivos, cartografía y evaluación de terrenos”, subraya el consultor. En España se usa en la agricultura cada vez más, pero también en la construcción , en servicios de seguridad, en siniestros , en vigilancia de todo tipo, y en video industrial y publicidad y cine. “El dron tiene ventajas competitivas en precio sobre la aviación convencional,como son las avionetas y helicópteros, con ahorros espectaculares”,remata.

Sectores tan importantes como las energías renovables utilizan drones para vigilar el mantenimiento de instalaciones fotovoltaicas o molinos eólicos, con un grado de proximidad  que no permiten las avionetas y helicópteros. Las constructoras hacen topografía con estos aparatos y evalúan el mantenimiento de infraestructuras con enorme precisión. En la conservación del medio ambiente, en siniestros, en prevención de riesgos y catástrofes estos pequeños pájaros tecnológicos pueden hacer milagros.

El mito del transporte en drones

Lo que es un mito, por ahora,  es el uso de drones en el reparto de paquetería, una ensoñación que se atribuye a Amazon. “Eso es un sueño irreal, dice Sousa, ya que exigiría llenar las ciudades de plataformas de vuelo con drones. Hoy por hoy, el transporte de mercancías sobre zonas urbanas y habitadas está prohibido en España y en el mundo”.Otra cosa es  “grandes drones de carga, punto a punto, eso será real. Lo pueden hacer los grandes transportistas como Fedex, DHL etc..” advierte el consultor.

Sin embargo el sector no está del todo contento con la nueva normativa. Jerónimo García, presidente de la Federación Española de Asociaciones de RPAS y propietario de una empresa de drones, advierte que la ley abre el campo a zonas hasta ahora vedadas a los vuelos como las ciudades y poblaciones, y permite vuelos nocturnos, “pero seguimos teniendo muchas limitaciones”. Un solo ejemplo: no se puede volar a mas de 120 metros de altura. Por otro lado los aparatos no están bien certificados, no son muy seguros todavía y prima la seguridad por encima de todo. Los operadores ven que hay excesivas limitaciones y exigencias técnicas que no existen en el mercado. En su opinión van a quedar en el mercado 20 empresas que operan con drones valorados en mas de 200.000 euros y cartera de clientes asegurada.

Por otro lado España esta llena de CTR ( zonas de vuelo prohibido) por los aeropuertos, bases aéreas, aeródromos, e instalaciones de todo  tipo, con restriccciones estratégicas o de seguridad.

Finalmente García cita “el excesivo intrusismo en el sector. Tenemos registrados en los ultimos años mas de 8.000 trabajos ilegales, documentados en una web. Todo ello sin que haya una actividad inspectora y sancionadora seria y contundente”. De los 3.000 operadores registrados trabajan de verdad unos 400 operadores.”Hay mucho intruso y mucho paracaidista en este sector, que viene por la novedad, o del paro”, remata García.

Finalmente los precios que se practican no son remuneradores. “Un estudio de una finca , de su estado de abono, salud fitosanitaria , puedes cobrar de 6.000 a 10.000 euros, un audiovisual publicitario, que cuesta hacer media jornada, se factura en 500 euros, pero hay gente que lo hace por 100 euros en plan pirata”.

Jerónimo García aprecia el avance del decreto de liberalización del sector, pero cree que quedan muchas normas técnicas por desarrollar y normalizar este mercado incipiente. “Yo soy pionero en este negocio, trabajo en la agricultura, un sector de gran potencial, y trabajo todas las horas del mundo y doy formación, pero muchos operadores no trabajan o no sobreviven. No es oro todo lo que reluce, en unos años habrá una criba tremenda”, remata el presidente de la Federación de Asociaciones de RPAS.

Prioridad a la seguridad

El vuelo de drones en España es una actividad muy regulada. Requiere autorizaciones de los ministerios de Fomento e Interior. Se exige  a los operadores estar registrados y autorizados, es preceptivo presentar planes de vuelo, con detalle de horas y lugares de sobrevuelo. Los drones solo pueden ser operados por pilotos con formación y licencia administrativa y con seguros de responsabilidad civil. Se da prioridad a la seguridad ya que se utiliza el espacio aéreo, compartido con todo tipo de aeronaves civiles y militares. “Los drones no son juguetes, pueden sobrevolar espacios urbanos habitados y pueden ocasionar siniestros graves en las personas”, dice un portavoz de la Agencia de Seguridad Aérea, del ministerio de Fomento.

Tan serio es el tema de seguridad, que desde 2014 se han abierto 135 expedientes administrativos, en los que se han sustanciado 119 sanciones por un importe de mas de 600.000 euros. La más alta por valor de 21.000 euros y la mas baja por 360 euros. La mayoría de las multas se impusieron por no ser operador habilitado o por no cumplir los requisitos relativos a la aeronave y por sobrevolar zonas no permitidas.

La Policía Nacional y la Guardia Civil vigilan y tramitan denuncias sobre esta actividad ya que se considera “actividad con potencial riesgo terrorista”. En Oriente Medio hay organizaciones terroristas como  el ISIS, Hamas y Hezbolá, que utilizan drones para lanzar bombas.

Una herramienta barata y útil

Un dron es una aeronave muy barata y multifuncional. Puede costar entre 94  euros y 1.299  euros en la gama standard , aunque uno muy profesional puede costar 100 veces más. Sus competidores de vuelo, avionetas y helicópteros, no bajan de 200.000 euros, con costes de mantenimiento, operación, derechos de vuelo y seguros carísimos. Un dron profesional cuesta 1.500 euros y su mantenimiento no más de 400 euros al año. La hora de dron tiene un coste ínfimo, frente a una avioneta o un helicóptero, que cuesta 1.800 euros la hora. Eso es lo que se cobra profesionalmente por hacer videos y fotos, vigilar o controlar instalaciones, infraestructuras o industrias.

Los drones personales son un mercado en gran expansión, no solo para aficionados  a la fotografía y los videos, sino para muchas actividades industriales y empresariales, lo que representa un negocio de futuro. Un dron puede volar como máximo a 5.000 metros de distancia en una hora, con un límite de altura de 500 metros, pesan del orden de 2 kilos y cuestan menos de 5.000 euros la gran mayoría. Los drones profesionales son mucho mas caros, llevan mas carga útil y tienen mas tiempo de vuelo. Los dos tipos de aparatos se superponen cada vez mas.

Los drones militares sin embargo van desde  los 5 o 6 kilos, portados por un soldado en la mochila,  a 15 toneladas de peso y alas del tamaño de un avión de pasajeros. Este es el caso del Predator norteamericano, portador de misiles, empleado en Afganistán e Iraq.

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