Comienza la vuelta a la normalidad

29 / 03 / 2017 Jesús Sánchez-Quiñones
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La última subida de tipos de la Reserva Federal de EEUU marca el inicio de una política monetaria ortodoxa.

Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal

Tras nueve años de medidas heterodoxas por parte de los bancos centrales, la vuelta a la normalidad es un largo camino. La Reserva Federal estadounidense fue la primera que en su día tomó medidas extraordinarias contra la crisis, y es la primera que ha emprendido el camino hacia la normalidad, pero todavía queda un largo trecho.

Los bancos centrales primero bajaron los tipos de interés a niveles de mínimos históricos, incluso negativos. La Reserva Federal ha sido el único de los grandes bancos centrales del mundo que nunca llegó a situar los tipos en negativo, situándolos en el 0%.

 

Compras masivas

Viendo que la bajada de tipos no era suficiente para evitar una posible caída en una depresión económica, los bancos centrales comenzaron a comprar bonos soberanos de forma masiva. Posteriormente las compras se ampliaron a otros tipos de bonos. El Banco de Japón y el Banco Nacional de Suiza incluso adquirieron, y siguen adquiriendo, acciones de empresas cotizadas en los mercados de valores.

Tanto la situación de tipos de interés negativos como el papel de los bancos centrales actuando como los principales demandantes de bonos soberanos provocan una distorsión en los mercados financieros que en cualquier caso debe ser considerada como coyuntural, nunca como permanente.

Tras años acostumbrados a estas políticas, el principal riesgo de los inversores radica en considerar que no se volverá a una situación de política monetaria ortodoxa, o tradicional. Los pasos dados hasta ahora por la Reserva Federal estadounidense reflejan que es necesario volver a la normalidad para poder tener instrumentos de actuación ante la próxima crisis económica, que en algún momento llegará.

Dos o tres años más

La Reserva Federal anunció en mayo de 2014 que en algún momento dejaría de adquirir bonos y que dejaría, pues, de incrementar su balance. Pero hasta noviembre de dicho año continuó haciéndolo. Una vez estabilizado el tamaño de su balance comenzó una suave y paulatina subida de tipos de interés. Desde diciembre de 2015 ya van tres subidas, pero los tipos todavía se encuentran lejos de los considerados como normales. Al menos tendremos dos o tres años adicionales de subidas de los tipos de interés oficiales.

La última fase de la normalización es dejar de reinvertir al vencimiento de los bonos mantenidos en el balance de los bancos centrales.

Como todas las medidas de las autoridades monetarias, la no reinversión de las cantidades obtenidas al vencimiento de los bonos se realizará de forma gradual para minimizar el impacto sobre los tipos de interés de largo plazo. En el caso de que la Reserva Federal previsiblemente inicie esta última fase en algún momento de 2018, o en 2019 como tarde, el proceso de paulatina vuelta a la normalidad en la compra de bonos llevará aún varios años.

Existen factores para considerar que los tipos de interés, tanto a corto plazo como a largo plazo, no volverán en esta ocasión a niveles tan elevados como los existentes en otros ciclos. Aun así, los inversores deberían ser conscientes de que los tipos actuales no serán eternos. Antes o después tenderán a niveles de normalidad. La intervención de los bancos centrales no puede ser permanente y creciente.

Aunque en Europa parece lejano un escenario de normalidad en los tipos de interés, llegará. La Reserva Federal marca el camino.

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