CaixaBank ya tiene un nuevo delfín

08 / 07 / 2014 José María Vals
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Gonzalo Gortázar sustituye a Juan María Nin en el sillón que acumula el poder ejecutivo del banco. 

Una reunión no excesivamente larga puso fin hace pocos días a siete años de colaboración entre Isidro Fainé y Juan María Nin en la cúpula de La Caixa y CaixaBank. Las relaciones tirantes entre ambos habían dejado de ser un secreto en el mundillo financiero desde hace meses. Los dos tienen una fuerte personalidad. Tanto Fainé como Nin tienen formas muy personales de ejercer el poder y algunas de las personas del círculo de confianza del primero nunca acabaron de congeniar con Nin.

En sus apariciones en público se encargaban, sin embargo, de transmitir la impresión de que formaban una especie de comunidad de intereses en la que los dos estaban a gusto, ambos ganaban trabajando juntos y sobre todo ganaba CaixaBank. Pero los acontecimientos se precipitaron cuando Isidro Fainé, como presidente, montó un nuevo equipo para la Fundación Bancaria La Caixa, entidad que sustituye a la antigua caja de ahorros, y Nin no estaba en la lista. Sí aparecían, por el contrario, algunas de esas personas de confianza del presidente que nunca acabaron de congeniar con Juan María Nin.

La suerte estaba echada. Fainé seguirá como presidente de la fundación bancaria y como presidente no ejecutivo de CaixaBank hasta junio de 2016, que es la fecha tope que marca la ley financiera para poder simultanear ambos cargos. Nin abandonaba todos sus cargos en CaixaBank, lo que implicaba dejar libre el cargo de vicepresidente y consejero delegado que ejercía hasta ahora. Y el presidente optó por una solución muy parecida a la que adoptó hace poco más de un año Emilio Botín cuando Alfredo Sáenz dimitió como consejero delegado del Santander. En aquel episodio, el puesto fue ocupado por Javier Marín, un hombre de la casa, nacido en 1966 y con escasa relación hasta entonces con la banca comercial, la de sucursales a pie de calle. En CaixaBank, el nuevo consejero delegado es Gonzalo Gortázar, nacido también en 1966, y también con escasa relación hasta ahora con la banca comercial.

En el caso de Javier Marín nadie se atreve a apostar por que sea el sucesor de Emilio Botín en la presidencia del Grupo Santander, porque ese sillón parece preparado para alguien que se apellide Botín. Pero en CaixaBank las cosas son distintas y Gortázar sí puede ser quien sustituya a Fainé en la presidencia del banco, ya como presidente ejecutivo, cuando este último abandone el puesto en junio de 2016. El consejo ha nombrado también a un vicepresidente, Antonio Massanell, al que ha encargado las áreas internacional y de seguros.

Un banco nacional.

Sea o no el delfín sucesorio, la verdad es que Gonzalo Gortázar tiene ante sí la labor de poner en marcha y cumplir un nuevo plan estratégico para CaixaBank que irá de 2015 a 2018. Su antecesor en el cargo, Juan María Nin, que accedió al puesto en 2007, ha dejado al banco como el primero en negocio nacional (con una cuota del 15%) y el tercero por volumen de activos en el mercado bancario español. El plan aún vigente (2011-2014)tenía también el objetivo de convertir CaixaBank en un banco nacional. Cuando se puso en marcha, a principios de 2011, el 55% del negocio del banco ya estaba fuera de Cataluña y Baleares, que son las comunidades autónomas en las que nació La Caixa. En mayo de este 2014, según datos del propio banco, el negocio fuera de Cataluña y Baleares es ya del 65% y sigue creciendo.

Gonzalo Gortázar llegó al grupo de La Caixa en 2009, procedente de la delegación madrileña del banco internacional Morgan Stanley. Es especialista en banca de inversión y corporativa (la de grandes empresas) y no es catalán: nació en Madrid y procede de una familia vasca, como atestigua el Rotaeche que lleva como segundo apellido.

Ahora tendrá que acercarse a la banca comercial, la de los clientes individuales, aunque su experiencia en banca de empresas le puede resultar muy útil para terminar de lograr uno de los objetivos que CaixaBank reconocía este último mes de mayo y que aún no ha cumplido. A principios de 2011, cuando puso en marcha el plan hasta 2014, se propuso llegar a este año con una cartera de crédito en la que el 35% estuviera formada por préstamos a empresas sin que dentro de este grupo pudieran contarse los créditos a promotores inmobiliarios. La cifra estaba en el 29% en 2011 y con datos a diciembre de 2013 la suma de banca de particulares y banca personal sigue proporcionando el 71% del volumen de negocio del banco. Este es, pues, uno de los objetivos que le esperan a Gortázar y que seguramente figurará entre los grandes hitos del nuevo plan estratégico 2015-2018.

Ajuste de oficinas.

Juan María Nin dirigió “con éxito”, según dice el propio Fainé, la integración en el grupo de Banca Cívica y Banco de Valencia. Eso exigió, por el lado positivo, el cambio de las plataformas informáticas de las redes del propio Banco de Valencia y de las cajas de ahorros de Navarra, Canarias, Burgos y CajaSol (las fusionadas en Banca Cívica). Por el lado negativo, esas adquisiciones han obligado al grupo a reducir en un 20% el número de empleados y a cerrar un 25% de las oficinas operativas. En total, CaixaBank tiene ahora 31.000 empleados y 5.716 oficinas (a mayo de 2014). Sin embargo, estas cifras pueden exigir un nuevo esfuerzo futuro, ya que el banco tiene una cuota de mercado del 15% en volumen de negocio y cuenta con el 17% del número de oficinas bancarias abiertas en España. El acercamiento de ambas cifras seguramente exigirá nuevos cierres de sucursales. Además, sus dos directos competidores y seguidores en el ranking de banca nacional, Santander y BBVA, cuentan con redes de 4.000 y 3.200 oficinas, respectivamente.

De cualquier manera, el cambio de consejero delegado no va a suponer en CaixaBank un salto en el vacío, ni siquiera desde el punto de vista de los equipos personales. Cuando en 2007 Isidro Fainé sustituyó a Ricard Fornesa como presidente de La Caixa, se trajo a Juan María Nin como número dos y este, a su vez, fichó a Juan Antonio Alcaraz, al que colocó como director general adjunto. Desde 2011 era ya director general de Negocio de CaixaBank, responsable de la banca comercial y la banca mayorista. Ahora, con la nueva reorganización, conserva el puesto, pero con facultades reforzadas. De esta forma, el que ya es considerado en el grupo como número tres del escalafón, se mantiene como nexo de unión entre la etapa de Nin y la nueva que ahora abre Gortázar.

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