}

¡Viva la deuda pública!

29 / 08 / 2014 José María Vals
  • Valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
  • Tu valoración
  • Actualmente 0 de 5 Estrellas.
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
¡Gracias!

La avidez de los inversores por las emisiones de deuda española tiene su origen en dos factores: la inflación negativa y el respaldo del BCE.

La deuda pública está de moda en Europa y de modo particular en España, donde las letras del Tesoro a tres meses ya registran tipos de interés negativos en el mercado secundario en algunas sesiones. ¿Tiene sentido esto? Los expertos dicen que sí, porque entre otras cosas, la inflación en España es muy baja. El último dato oficial cerrado, el de julio, señala un IPC negativo de -0,3% en términos interanuales. Es decir, que el valor del dinero ha subido tres décimas en los últimos tres meses, porque con la misma cantidad de efectivo se pueden comprar un 0,3% más de productos y servicios. Así pues, con un tipo de interés cero, el dinero ya habría ganado un 0,3% y de eso se está aprovechando el Tesoro.

La última subasta de letras celebrada por el Tesoro Público español, el pasado 26 de agosto, sirvió para colocar entre los inversores 1.106 millones de euros a tres meses con un interés medio del 0,034%, el más bajo de su historia, y que se acerca a marchas forzadas hacia un tipo cero. En la misma subasta, el Tesoro colocó 2.395 millones en letras a nueve meses, con un tipo de interés del 0,115%. Al final, el Estado español consiguió que los mercados le dieran 3.500 millones de euros a tipos irrisorios y con peticiones de los inversores tres veces superior a la cantidad finalmente adjudicada.

Con estas cifras en la mano, unidas a las de inflación, es fácil de entender la tendencia a la baja de los tipos en el mercado secundario, donde los inversores que tienen letras se las venden a otros que quieren comprarlas ahora de segunda mano. En junio y julio, las subastas de letras del Tesoro a tres meses marcaron tipos de interés del 0,131% y del 0,138%, respectivamente. Según los datos acumulados del Instituto Nacional de Estadística (INE), la variación del IPC acumulada de estos dos meses ha sido del -0,9%. Como la rentabilidad de la deuda pública se calcula sumando el tipo de interés pagado y el efecto de la inflación, resulta que la rentabilidad real lograda por alguien que comprara letras en junio al 0,131% es ahora superior al 1%.

Estas cuentas son las que justifican que algunos inversores, ávidos de seguridad para sus inversiones a corto plazo, por las que los bancos tampoco dan mucho más, busquen refugio en la compra de letras del Tesoro de segunda mano (en el mercado secundario) incluso con intereses ligeramente negativos. Un ejemplo: la última semana se cruzaron operaciones de letras que fueron vendidas a inversores con tipos negativos del -0.020%. Es decir que por cada 1.000 euros invertidos de esta manera, el Tesoro ingresará en la cuenta corriente al vencimiento de los títulos 999,8 euros.

Subastas por debajo de cero.

El propio Ministerio de Economía ha pensado en la posibilidad de que el Tesoro pueda realizar subastas de letras en los próximos meses en las que directamente ofrezca tipos de interés negativos de salida. Esto tiene una dificultad para los ahorradores individuales que desean comprar directamente a través de Internet, por ejemplo, donde se pueden pedir letras en las subastas con una cuenta abierta en el Tesoro a través del Banco de España. Estos particulares no pueden ofrecer precios, es decir, no participan en la subasta, sino que se les adjudica después, por prorrateo, las letras que les correspondan al tipo resultante de la subasta. Si el tipo es negativo, resulta que tendrán que pagar por tener letras en lugar de recibir algún dinero del Tesoro.

Para evitarlo, el Ministerio ha modificado las normas para las subastas que quedan de 2014 y las de los primeros meses de 2015. Con la nueva operativa, las ofertas no competitivas, que son precisamente las de los particulares que no pueden competir ofreciendo precios, se considerarán como no presentadas cuando el tipo final de adjudicación de los títulos sea negativo. De esta manera, ningún inversor individual tendrá que pagar por tener letras del Tesoro español en su cartera de inversiones, cosa a la que, sin embargo, sí están dispuestos muchos bancos. Y de todas formas, si un particular quiere invertir a toda costa en letras, podrá hacerlo en el mercado secundario, donde sí puede tener tipos negativos pero aceptados consciente y libremente.

Y, ¿por qué los bancos sí están dispuestos a comprar letras del Tesoro en las subastas con tipos negativos? Actualmente, el Banco Central Europeo (BCE) tiene establecido un sistema de castigo para las entidades financieras que en lugar de poner en circulación el dinero que atesoran prefieran guardarlo en la caja del propio BCE en forma de depósito. El Banco Central, en lugar de pagarles por este depósito les cobra el 0,1% de interés con la intención de que la banca busque otras inversiones más rentables, como por ejemplo dar créditos a empresas y familias. Pero como la banca sigue con pánico al riesgo después de la morosidad a la que ha llevado la crisis en muchos de los préstamos, siguen dejando dinero en el BCE.

Con una inflación en la zona del euro próxima al cero (el índice armonizado de julio era del 0,4% cuando el objetivo del BCE es del 2%) e inflaciones negativas en términos interanuales como en España, cualquier inversión que castigue menos que el 0,1% impuesto por el BCE, pero que cuente con la seguridad de no poner en peligro la inversión es una buena vía de escape para el excedente de tesorería de las entidades financieras. Las letras a tres meses de España cumplen perfectamente con estas condiciones y no es extraño, pues, que el Ministerio de Economía quiera también sacar partido de la situación buscando financiación para el Estado cada vez más barata.

Ayuda del BCE.

Y aún hay un dato más. Países periféricos de la zona del euro como España e Italia, con menos problemas que Portugal y Grecia, se están beneficiando también de la posibilidad abierta por el BCE de realizar compras masivas de deuda pública de los Estados miembros con más dificultades para ayudar al crecimiento europeo y meter dinero fresco en el sistema que estimule la concesión de créditos. Lógicamente, ante la perspectiva de que en caso de apuro el BCE va a acudir con la artillería financiera de su capacidad de compra de deuda, los países realizan sus colocaciones entre inversores a tipos cada vez más bajos. Es la vieja máxima de que si ya tengo el producto vendido, cuando alguien quiere comprarlo tiene que bajar sus pretensiones, porque el vendedor juega con ventaja. ¿Cuánto durará esta situación? Los expertos coinciden en que es difícil de prever, pero de momento hay un sentimiento generalizado de ¡viva la deuda!, pública, por supuesto.

Grupo Zeta Nexica