Roberto Ampuero: "No creo en utopías ni en el hombre nuevo"

07 / 07 / 2015 DPA
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El escritor chileno Roberto Ampuero se ha asentado en el liberalismo y en un pragmatismo desde el que rechaza toda utopía.

Tras una intensa trayectoria vital y política, en la que ha simpatizado con ideologías opuestas, el escritor chileno Roberto Ampuero (Valparaíso, 1953) se ha asentado en el liberalismo y en un pragmatismo desde el que rechaza toda utopía.
 
 "No creo en las utopías ni en la idea de crear un hombre nuevo", afirma en entrevista con dpa en Madrid, donde ha aprovechado una visita para promocionar su última obra "Detrás del Muro" (Plaza & Janés) que sale el jueves 2 de julio a la venta en las librerías españolas.
 
 "Detrás del Muro" es el testimonio de un joven chileno, el propio Ampuero, que creyendo en una utopía y huyendo de la dictadura de Augusto Pinochet en 1973 se trasladó a vivir a Leipzig, en la extinta República Democrática Alemana (RDA). Y allí descubre, como poco después en la Cuba de Fidel Castro -a donde se muda tras emparejarse con Margarita Cienfuegos, hija del comandante cubano Camilo Cienfuegos- el lado oscuro de esos regímenes. 
 
 Su experiencia cubana, germen de su desencanto con la ideología comunista, ya la narró en "Nuestros años verde olivo". Y ahora continúa esa labor con "Detrás del Muro", vinculada a la primera pero que se puede leer de forma independiente.
 
 Con "Detrás del Muro", Ampuero arroja también luz sobre una parte de la Historia latinoamericana que asegura, ha permanecido oculta: "la de los latinoamericanos que durante la época de las dictaduras de derechas en América Latina buscaron refugio en el mundo comunista y allí encontraron un sistema de partido único, dictatorial y represivo", una perspectiva sobre la que ha habido un "silencio sepulcral".
 
 ¿A qué se debe ese silencio? Según Ampuero, en parte a la "doble moral" de la izquierda latinoamericana, que "mientras ha criticado las dictaduras de derecha de los años 70 y 80 en el continente, una condena a la que me pliego totalmente, ha guardado silencio frente a dictaduras como la cubana, norcoreana y en la Europa del este comunista", asegura.
 
 Tras abrazar la causa comunista y romper con ella tras su paso por Alemania Oriental y Cuba, Ampuero, que también ha vivido en Estados Unidos, Suecia o ha sido embajador en México, se convirtió en el último ministro de Cultura del anterior gobierno conservador de Sebastián Piñera en Chile, cargo que dejó en 2014 cuando asumió el nuevo gobierno de Michelle Bachelet.
 
 Ahora, no pertenece a ningún partido y se declara "liberal en lo económico y en lo valórico: respecto la tolerancia, la libertad individual y los derechos humanos" y asegura que su eje para evaluar los países es "el lugar en que se encuentra el individuo, sus derechos, dignidad y libertad". "Para mí la gran utopía es que el ser humano, en libertad y democracia, tenga la posiblidad de organizar su país (...) para crear un mundo mejor".
 
 Desde esa experiencia, Ampuero critica las utopías políticas que están surgiendo en muchas partes del globo. Al ser preguntado por la situación en Grecia, dirigida por un partido de izquierda como Syriza, Ampuero insiste en un partido debe desarrollar un proyecto viable y responsable. "No basta con los grandes ideales, utopías y sueños, sino que deben ser financiables, viables y realistas".
 
 Lo mismo responde al ser preguntado por el partido emergente español Podemos.
 
 "El gran greto de la izquierda actualmente es que pueda unir sus sueños con realidades concretas, factibles y viables". ¿Y el de la derecha? "Que vaya más allá de las cifras y de saber manejar la economía y que aprenda a encantar e inspirar".
 
 Ampuero está en España para participar en el VIII Foro Atlántico, "Iberoamérica de cara al futuro: Democracia y Populismo, nuevos desafíos", en el que participará junto a ponentes como el escritor peruano Mario Vargas Llosa o la bloguera cubana Yoani Sánchez, pero también con Cristián Larroulet, que desempeñó un importante papel en la política económica de la dictadura de Augusto Pinochet.
 
 Al ser preguntado al respecto, Ampuero reitera su condena a la dictadura de Pinochet, en la misma medida que a las dictaduras de izquierda, y defiende que al igual que él, Larroulet fue también ministro del gobierno de Piñera en Chile, destacando que en estos momentos todos los sectores en Chile están comprometidos con la democracia.
 
 Ampuero es un hombre muy político, pero como escritor es quizá más conocido por las novelas policiacas protagonizadas por el inspector Cayetano Brulé. Quizá porque "ningún otro género literario está tan vinculado a la política como la novela policiaca, porque se enfoca en la radiografía de las relaciones de poder dentro de una sociedad".
 
 Pero su literatura no se limita a eso. Sus novelas abordan otros temas como las parejas modernas y presentan la imagen de una mujer independiente, profesional y emancipada que, si bien pudiera parecer contradictoria en América Latina y más concretamente en Chile, no lo es tanto. 
 
 "Chile ha sido un país conservador hasta hace muy poco pero también es capaz de dar grandes saltos", como demuestra que Michelle Bachelet llegara a la presidencia en 2004 por méritos propios, señala Ampuero, que destaca la existencia en América Latina de ese tipo de mujer en determinados sectores. "Y en los sectores populares la mujer es un elemento central en la vida de las familias".
 
 Uno de los escritores más vendidos y reclamados en Chile y autor de obras como "El hombre golondrina", "Los amantes de Estocolmo" y "Pasiones griegas" o "La otra mujer", Ampuero destacar su interés por "los personajes que se desplazan por el mundo, que circulan como nunca antes, viven otras culturas, aprenden y comparan". Por ello ha bautizado su obra con un término particular, el de "realismo cosmpolita".

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